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Editorial

El uso de elementos contaminantes más la caída de cenizas volcánicas hace una mala combinación sobre la ciudad. La ciudadanía no debe olvidar que debe vivir preparada para salir adelante.
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Calidad del

aire valdiviano

Además de los acontecimientos generados ocasionalmente por la naturaleza y que en los últimos meses han marcado a fuego grandes zonas de nuestro país, como aluviones y erupciones volcánicas, y que en el último caso también se han hecho sentir de manera secundaria en el territorio de Los Ríos, la ciudadanía no debe olvidar que debe vivir preparada para salir adelante frente a situaciones perfectamente esperables, como las que cada año nos depara el invierno.

Es lo que ocurre, a manera de ejemplo, en la ciudad de Valdivia con las alertas sanitarias por mala calidad de aire, que se producen cuando las bajas temperaturas obligan al uso de los más diversos tipos de calefacción domiciliaria, incluyendo a aquellas que provocan contaminación, saturación aérea, que a su vez se convierte en motivo de prohibición del uso de aquellos artefactos que utilizan a manera de combustible elementos que ayudan a deteriorar la calidad del aire. Más específicamente se trata en la mayoría de los casos de leña húmeda.

Ya el año pasado la población conoció las alertas sanitarias con prohibición del uso de calefactores contaminantes, aquellos que envían partículas fuera de las viviendas hasta convertir el aire valdiviano en una nociva combinación que afecta directamente la salud de las personas.

A pesar de las determinaciones adoptadas por los expertos a través de las autoridades ambientales, es fácil apreciar que tras los primeros días en que el frío se ha hecho presente sin disimulo, que en muchos hogares no se toma mayormente en cuenta la recomendación de usar leña seca y de las chimeneas continúa emanando un humo espeso y de aspecto inconfundible.

Cuando esta situación se suma a la excepcional caída de cenizas volcánicas, como ha ocurrido en las últimas semanas, se completa un cuadro lamentable, que ha obligado a adelantar el periodo de vigencia de la Alerta Sanitaria, lo que implica la llegada de las restricciones según calendario. Es molesto para los afectados, pero totalmente necesario.

Estar con Jesús

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En el evangelio que se nos ofrece para nuestra meditación dominical (Jn 15, 1-8), Jesús se presenta como la vid, y al Padre como el viñador.

Nosotros somos los sarmientos de esta vid que es el mismo Cristo, al cual estamos invitados a estar siempre unidos. El evangelio repite insistentemente en que debemos permanecer en el Señor. Esta invitación a permanecer en Él es una llamada a la oración, pero no solamente a rezos ni fórmulas, sino que todo esto sea una oración que nos una al Señor, que nos haga entrar en relación íntima con Él.

Por medio de la escucha y meditación de su Palabra entramos en esta relación más radical con el Señor; por la Palabra de Jesús los discípulos quedaron limpios -dice el evangelio-. Y a través de esa misma Palabra podremos obtener del Señor sus gracias, ya que dice el texto:

"Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán". Permanecer en el Señor y guardar su Palabra hará que produzcamos muchos frutos en nuestra vida; unidos a Él nuestra vida se hace más llevadera y llena de esperanza.

Esta relación con el Señor no es pasajera ni superficial, sino que es profunda y estable: permanece en el tiempo, porque el amor de Dios es para siempre y Él cumple sus promesas. Seguir al Señor significa precisamente esto: permanecer y estar con Él.

Hay que encontrarse con el Señor, para amarlo y así seguirlo con radicalidad. ¡Buen domingo!

Carlos Martínez


Opinión

No se olviden de nosotros

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A medida que nos acercamos al invierno, las consecuencias de la sequía estival se van haciendo más evidentes. Un sector importante de las lecherías se ha visto obligado a "descargar" sus rebaños para hacer caja; las visitas a los bancos se están haciendo más recurrentes y muchos han tenido que ir a poner la cara ante sus proveedores para reprogramar pagos comprometidos porque simplemente no es factible asumir esos pagos en las condiciones originales. Aunque este escenario era absolutamente previsible para quienes estamos en el día a día de la producción de leche, hicimos un esfuerzo adicional a nivel regional para sentarnos con las autoridades sectoriales locales y trabajamos en conjunto para ponerle "datos duros" a este diagnóstico.

En este esfuerzo se han sumado algunos actores de la industria láctea que han aportado antecedentes aún más categóricos para demostrar que estamos frente a un problema realmente grave y que afecta con especial rigor al segmento de los medianos productores. Luego de este análisis compartido por el mundo público y privado regional, el Intendente, Egon Montecinos, ha liderado las gestiones para transmitir este mensaje de alerta hacia el nivel central y tratar de convencer al Ministerio de Agricultura y a la Corfo, acerca de la necesidad real de disponer de un mecanismo que permita garantizar las operaciones financieras que están requiriendo los productores lecheros para "pasar el invierno", bajo condiciones de tasas y plazos acordes a la magnitud del problema. Lamentablemente, el tiempo transcurrido desde que comenzamos a dar las señales de alerta y la ausencia todavía de medidas concretas para respaldar a nuestro sector con estas acciones -que no implican desembolso de subsidios-, nos hace pensar que por alguna razón las autoridades del nivel central no han logrado dimensionar ni sensibilizarse respecto del problema, como sí ha ocurrido a nivel regional.

Entre aluviones en el norte y erupciones volcánicas en el sur, seguramente hemos bajado en el ranking de la preocupación de las autoridades, lo que resulta lógico dada la elocuencia con que se han manifestado estos fenómenos naturales.

Adicionalmente, la dinámica de nuestra actividad no permite que se vean vacas muriendo de hambre a la orilla del camino, tampoco hay una ola de despidos de trabajadores, ni se cierran lecherías de un día para otro. Y esto no ocurre porque detrás hay empresarios que con su esfuerzo y sacrificio personal están tratando de salir adelante y haciendo ajustes para sostener sus empresas y para que el país pueda disponer del abastecimiento de leche que requiere. Por esta razón es que esperaríamos un rol del Estado un poquito más activo.

Edgardo Zwanzger A.


Columna