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Plan busca llevar la lectura hasta las zonas más alejadas de la región

difusión cultural. La Política Nacional de Lectura y el Libro persigue aumentar los porcentajes de lectoría en el país. Para eso, se enfocará en la difusión, la creación y también en el fortalecimiento de la industria.

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Una política y un plan. El mismo día en el que fue celebrado el Día Mundial del Libro -el 23 de abril- la ministra de Cultura, Claudia Barattini, dio a conocer los ejes en los que se centrará el gobierno para enfrentar los bajos índices de lectura y de comprensión lectora que afectan a todo Chile.

La Política Nacional de Fomento al Libro y la Lectura 2015-2020 fue lanzada en una ceremonia realizada en la Municipalidad de Recoleta. La misma ministra dijo que "su objetivo es que todos los habitantes del país -incluyendo a los pueblos originarios, a las comunidades tradicionales, rurales y de inmigrantes- participen y tengan acceso a la lectura, al libro, a la creación, el patrimonio y los saberes".

Esta política, que considera a la lectura como un derecho social, fue creada sobre la base de las opiniones de 700 personas ligadas a los libros, quienes participaron en mesas desarrolladas en todo el país. Con esta política se quiere fortalecer a las bibliotecas como instrumentos de la democratización en el acceso al libro, apoyar la creación literaria, incentivar el emprendimiento de editoriales y librerías, fomentar las ediciones electrónicas, promover la internacionalización de la industria editorial nacional y regional.

Todo esto se realzará a través del Plan Nacional de la Lectura 2015-2020. Un plan que apoya a la Reforma Educacional y persigue aumentar en un 10 por ciento la población que declara leer libros en formato impreso, o sea, elevar del 51 por ciento al 60 por ciento la cantidad de personas que aseguran haber leído al menos un libro durante el último año. También se quiere aumentar de un 26 por ciento a un 28 por ciento el número de personas que lee libros digitales. Y cada región debe desarrollar su plan a través de comités ejecutivos.

el plan regional

¿Qué traerá este plan para Los Ríos? La directora de Cultura Lorenna Saldías explicó que se quiere llegar a cada rincón de la región con el plan y que el mismo 23 de abril ya comenzó con una acción relacionada con él. Ese día, fueron lanzados los Diálogos en Movimiento, en los que escritores locales asistirán a colegios para hablar sobre su obra. La primera actividad fue en el Liceo Rodulfo Amando Philippi de Paillaco. Hasta ahí llegó la poeta Heddy Navarro.

Además, este mes se inaugurará Cultura Móvil. El 14 de mayo un gran camión equipado con libros y material para dictar talleres y charlas comenzará a recorrer la región, con la misión de llegar a todo el territorio con el Plan de Fomento a la Lectura. Empezará su recorrido en la comuna de La Unión. "Vamos a llegar a zonas rezagadas. Estaremos en Liquiñe, por ejemplo, implementando el plan en las bibliotecas y centros culturales" dijo.

Las actividades del plan regional están siendo diseñadas y programadas. "Todo está gestándose. Se tiene pensado trabajar con la seremía de Gobierno y la Dibam en incentivar la lectura desde la gestación de las madres, por ejemplo en los consultorios de atención primaria", destacó. "La política apunta al acceso al libro y también a que sean utilizados por las personas con capacidades diferentes y por los pueblos originarios. Habrá libros en mapudungún o en braille", agregó.

para la industria

Aldo Astete fue uno de los participantes de la Mesa del Libro que se realizó en la región de Los Ríos. Él es director y editor en Austrobórea Editores, una editorial independiente que está ubicada en la comuna de Paillaco y se especializa en publicar textos sobre ciencia ficción, fantasía, realismo sucio y pornografía literaria. Para Astete la nueva política presentada es interesante, porque busca una difusión popular de la lectura, formar a un público lector y también fomentar la industria.

Respecto a este último punto, la política indica que se persigue incentivar el emprendimiento de editoriales para fomentar la sustentabilidad de la creación, producción y circulación del libro dentro del país. Además de promover la mejora de calidad de los libros que elabora la industria editorial a través de mesas técnicas con participación de organismos públicos y organizaciones de autores y editores.

"Estos puntos son importantes porque la política busca formar nuevos lectores, pero si ellos se encuentran con que no hay una oferta que llegue más de cerca es complejo lograr la masificación", explicó.

También aseguró que dentro del reforzamiento al área editorial es necesario potenciar fuertemente la realización y participación en ferias del libro a nivel nacional, regional, comunal y en colegios. "Esa es la instancia que tienen editoriales y escritores para acercarse al público. Nuestras principales ventas como editoriales están dadas por la participación en las ferias del libro. Más que vender, es nuestra principal vitrina y promoción", destacó. Para el editor, una de las necesidades del sector es lograr estandarizar los precios que se cobran en las ferias para tener un stand.

El papel de librerías

Sobre las librerías, la Política Nacional de la Lectura y el Libro indica que se busca impulsar la creación de instrumentos de fomento productivo para el surgimiento de librerías regionales, con énfasis en las universidades. Además de impulsar un debate a nivel de municipios sobre la exención de patentes a librerías y ferias dedicadas exclusivamente al comercio del libro.

Hugo Campos, propietario de la Librería Praxis, ubicada en calle Arauco, también valoró la nueva política, ya que la consideró bien elaborada, pero hay un punto en el que discrepa. En el que indica que "en Chile no faltan libros, sino que lectores y que los libros lleguen a todos los lectores del país".

Campos explicó: "Yo veo que también faltan libros. Eso estaría afectando al eslabón de la comercialización dentro de la industria. Son las librerías las que permiten que haya libros a disposición y si no hay, si no son de fácil acceso o si no los pueden ver cuando van caminando por la calle, difícilmente van a poder sensibilizarse con respecto a la lectura".

Hugo Campos indica que uno de los problemas es la importación de los libros, centralizada principalmente en Santiago. "En las librerías de regiones tenemos que agregarle un costo de venta más a los libros por traerlos. También dependemos de los tiempos de las editoriales y de la oferta que ellos nos puedan entregar. Eso hace que como librerías tengamos una desventaja, no podemos responder a la demanda de los clientes que nos vienen a pedir libros constantemente".

Campos indicó que este hecho influye en que a nivel nacional no se cumpla con que hayan libros. "Por otra parte, las bibliotecas -por un tema cultural- se ven como espacios herméticos hasta donde llegan personas que ya están cultivadas en términos académicos", agregó.

"La política apunta al acceso al libro y también a que sean utilizados porlas personas con capacidades diferentes y por los pueblos originarios".

Lorenna Saldías Directora regional de Cultura

Lectura en Cifras

En Chile, el 51 por ciento de quienes leen lo hacen por motivos de ocio o entretención, en comparación al 44 por ciento que declara hacerlo por motivos de estudio o trabajo.

La población del segmento E que declaró haber leído al menos un libro al año alcanzó sólo el 29,8 por ciento frente al 70,3 por ciento del ABC1.

Evaluaciones internacionales indican que el 20 por ciento de los estudiantes no alcanza el nivel más básico de comprensión de lectura.

El 78 por ciento de los estudiantes chilenos carece del nivel de lectura necesario para insertarse satisfactoriamente en el mundo de hoy.

Impuesto al libro

Una de las áreas que no fue incluida en la política, fue que no incluye la eliminación del IVA de los libros, el que disminuiría el precio de los libros. El propietario de la librería Praxis, Hugo Campos, dijo que " es un poco complejo el tema. Creo que ese tema no es el único que influye en el costo de los libros. La producción en Chile y en todo lo que significa la importación de tecnología hace que el proceso de producción sea caro. La distribución a regiones -que debería estar subsidiada- también encarece el libro. Nos estamos solo cuestionando el impuesto cuando toda la industria editorial está retrasada, lo que hace que cada eslabón de la cadena aumente el precio".

7 principios

sustentan a la Política Nacional de la Lectura y el Libro: participación, diversidad cultural, interculturalidad, inclusión social, territorialidad, equidad y fomento a la creatividad.

5 ámbitos de acción

serán desarrollados: fortalecer la lectura, creación, patrimonio bibliográfico, industria e internacionalización y el marco jurídico.

700 personas

del mundo del libro y la lectura de todo el país participaron en las consultas ciudadanas realizadas entre agosto y octubre del año pasado para formar la política.