Imputado por crimen tiene denuncia pendiente por intento de abuso sexual
testigos. Joven que atacó a militar, fue acusado en abril por una mujer en Panguipulli, mientras que en La Unión hay testimonios de cuatro mujeres sobre conducta agresiva similar.
El joven repartidor de pan José Patricio Gaete, formalizado ayer por el asesinato de la cabo segundo de Ejército María Elizabeth Orellana Hernández, tiene una denuncia pendiente en los tribunales de Panguipulli desde abril, por intentar abusar sexualmente de una mujer a quien llevaba en su furgón. Ella alcanzó a escapar y acudió a Carabineros.
El antecedente lo reveló en la audiencia de control de detención en el Juzgado de Garantía de La Unión el fiscal Raúl Suárez, al imputar a Gaete por homicidio simple y pedir al juez su internación por 5 meses, mientras dure la investigación del crimen.
Por su parte la abogada del Centro de Ayuda a Víctimas del Ministerio del Interior en la provincia del Ranco, Denny Jaramillo, afirmó al término de la audiencia, que cuenta con el testimonios de 4 mujeres de La Unión que fueron invitadas a subir al furgón de Gaete y que acreditan la misma conducta agresiva por parte del imputado.
La abogada anunció que el próximo lunes interpondrá una querella criminal en contra del joven por "delito agravado", haciéndose parte de la causa en representación de Remigio Orellana y María Hernández, padres de la cabo María Elizabeth Orellana, quienes ayer asistieron a la audiencia.
Jaramillo, sostuvo que a su juicio el caso es un "homicidio calificado" porque podría haber más méritos y pruebas, como el secuestro y robo (aún no aparece el celular de la víctima), cargos que podrían hacer recalificar la imputación. Además, cree que esta tesis podría ser avalada con los resultados de la autopsia.
Tanto el fiscal Suárez como la abogada coinciden en que la pena que puede recaer sobre Gaete oscila entre los 10 años y un día, hasta presidio perpetuo.
FUERTE RELATO
Ayer, durante la audiencia, el fiscal Suárez relató ante el juez, que el imputado asesinó a María Elizabeth Orellana, estrangulándola con sus manos dentro del furgón que él conducía y al que ella subió después de hacer dedo en la calle Comercio de La Unión, a las 5 AM del lunes.
La asfixió y que luego la sacó del vehículo para golpearla con un palo en la cabeza, y asegurarse de que estaba muerta.
El relato corresponde a las declaraciones que el mismo Gaete hizo al confesar el crimen y señalar dónde había dejado el cuerpo.
Según el fiscal, el joven no confesó una violación, pero dijo que ella comenzó a gritar y hasta alcanzó a propinarle un golpe en el rostro.
Una vez que la mató, la llevó hasta Huecahue -a diez kilómetros de La Unión- y dejó el cadáver tirado en una quebrada, para volver más tarde.
Salió de Huecahue y pasó a buscar a su madre, quien lo acompañó a Panguipulli, donde hizo entrega del pan, que era su trabajo.
En esa comuna se compró una pala, con la que regresó a Huecahue y utilizó para hacer un hoyo de 50 centímetros y enterrar el cuerpo de Orellana.
Su madre -que ayer se desmayó a la salida de la audiencia- nunca se enteró de lo que hacía su hijo ese día lunes, porque éste jamás le comentó nada.
CAPILLA ARDIENTE
Los restos de la cabo Orellana fueron entregados ayer a su familia y trasladados al Regimiento Maturana de La Unión, donde la joven militar estaba destinada hace tres años.
Anoche se efectuó un velatorio en el recinto y una ceremonia religiosa a cargo del pastor Juan Ortega Fritz. Luego sus padres se llevaron el féretro hasta Lota, donde mañana será sepultada, a las 10 de la mañana.
Una delegación del Regimiento "Maturana", encabezada por su comandante, coronel Aquiles Gloffka, viajó con ellos.
"Este es un caso de violencia extrema contra la mujer y pone de manifiesto la necesidad de ampliar la actual ley de violencia intrafamiliar y contar con una ley integral para sancionar las diferentes formas de violencia contra las mujeres, no sólo aquella que se vive al interior de las familias o en el contexto de relaciones de pareja o ex pareja", señaló la directora regional del Sernam, Paula Cárdenas, en relación al caso de la joven cabo del Ejército. Agregó que "es necesario que la sociedad entienda que la violencia contra las mujeres no es un hecho casual, tiene raíces socioculturales que determinan relaciones desiguales entre hombres y mujeres.
Las cifras son claras y así lo indican, son mayoritariamente las mujeres las que mueren sistemáticamente a manos de sus parejas, son mujeres las que sufren mayoritariamente violencia sexual", dijo.