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"Aventuras en Valdivia": niños y jóvenes imaginan a la capital de Los Ríos

creatividad. Por segundo año fue la celebración de la Semana de la Infancia, actividad que consideró un concurso para niños y jóvenes de la ciudad.

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La Red Comunal de la Infancia, la Oficina de Protección de Derechos de la Infancia y Adolescencia de Valdivia y el programa Chile Crece Contigo fueron los responsables de la Semana de la Infancia, tradicional actividad que junto con promover los derechos del niño, tuvo como atractivo un concurso de creación y arte. La invitación fue para niños y jóvenes, quienes se sumaron a "Aventuras en Valdivia", bajo una sencilla premisa: imaginar la capital de Los Ríos a través de cuentos, fotografías, pinturas y dibujos.

El concurso fue patrocinado por la Municipalidad de Valdivia en colaboración con Diarioaustral. Fueron inscritos 218 dibujos y pinturas, 75 fotografías y 28 relatos, en los que cada autor mostró su particular forma de ver la ciudad, rescatando algunos iconos representativos. Esta fue la apuesta creativa de Diego Saavedra, estudiante de 11 años de edad del Hampton College. Obtuvo el primer lugar en cuentos con "El reino del río", la aventura de un niño que sale de paseo por la costanera y termina en el fondo del río, donde descubre un reino mágico.

premiados

En la categoría de dibujo y pintura, Camilo Mora logró el tercer puesto con su propia versión del puente Pedro de Valdivia. Es estudiante de 4° año básico de la Escuela Rural Cayumapu y su trabajo fue considerado entre los cinco obras que fueron premiadas. Y en fotografía, la gran apuesta por el blanco y negro de Sebastián Quezada, estudiante de segundo año medio del Colegio Teniente Merino, fue premiada con el primer puesto. Es el retrato de un joven dentro de un juego infantil metálico, que genera una sensación de encierro.

En definitiva, los estudiantes que recibieron premios son en dibujo: Darlyn Levin (primer lugar, Escuela México), Sebastián Pradenas (segundo lugar, Hampton College), Camilo Mora (tercer lugar, Escuela Rural Cayumapu), Kevin Ortiz (mención honrosa, Escuela Rural Cayumapu) y Tiare Pino (mención honrosa, Escuela España).

En cuento: Diego Saavedra (primer lugar, Hampton College), Martín Siburo (segundo lugar, Hampton College), Mauro Santana (tercer lugar, Instituto Salesiano), Florencia Fuica (mención honrosa, Hampton College), Mirko Martínez (mención honrosa, Escuela Diferencial Walter Schmidt) y Catalina Viveros (mención honrosa, CET Inka Poyén).

Y en fotografía: Sebastián Quezada (primer lugar, Colegio Teniente Merino), Sophie Jooris (segundo lugar, Windsor School), Maryoriza Castro (tercer lugar, Liceo Santa María la Blanca), Cristóbal Olivares (mención honrosa, Colegio Teniente Merino), Samantha Olivares (mención honrosa, Liceo Armando Robles) y Rodrigo Andrade (mención honrosa, Liceo Los Avellanos).

Todas las obras participantes fueron evaluadas por especialistas en cada área, como Samuel Lizama en dibujo y pintura; Marcos Matus en fotografía; además de representantes del Sename, la Oficina de Protección de Derechos de las Infancia y la Adolescencia y el Daem.

Almorzamos en el mercado, nos comimos un rico ceviche, miramos las artesanías y la idea era seguir nuestro paseo a la Isla Teja. Antes de emprender nuestro tour por la ciudad decidimos tomarnos una foto, estábamos en eso cuando me embobé mirando a los lobos marinos que entretienen a los turistas, me distraje y me caí al río sin poder evitarlo. Lo último que escuché fue la voz de mis papás que relajadamente me decían que me calmara.

Cuando llegué al fondo, sentí un frío terrible e insoportable. Al abrir los ojos me maravillé de todos los seres que allí viven. Había miles de lobos marinos, peces, mariscos y también muchas algas.

Nadé mucho hasta que llegué a la altura del submarino O´Brien, había mucha gente señalándome… pero al darme la vuelta la gente no me señalaba a mí, sino a un extraño ser que no era un lobo marino ni nada conocido en la zona… era un sireno!!!

Nos acercamos, nos saludamos y conocí su nombre, Troti, originario de la familia de los Krrxtlit del Calle Calle. Nos tuvimos confianza de inmediato y me invitó a conocer a su familia.

Era un lugar donde había oxígeno, así que pude andar libremente y sin problemas. Su familia era muy numerosa.

Después me explicó algo que me sorprendió, y era que ellos estaban en guerra con otras familias de otros ríos. "Así que queríamos pedirte que nos ayudes a vencer a nuestros enemigos: Los Tullxht y los Tfrrkx, del río Cau cau y a los Hdrrccmil y Rkritos del río Valdivia", dijeron. Todos ellos eran familias de sirenas y sirenos.

Nuestra familia aliada son los Polccxit, me dijo Troti…

¿Y por qué están peleados?, le pregunté.

Todos queremos los ríos de los demás, entonces… ¿Nos ayudas?

Eehhhh… primero, iré a visitar a los demás sirenos... Adiós.

¡Wow!, ¿qué rayos es todo este problema? ¿De qué equipo seré?... pensé

Cuando decida algo, lo primero que haré será tratar de parar esta guerra, pero mi problema era ver cómo lo haría…

Lo primero que hice fue ir donde la familia que vivía en el Río Cau Cau... (no me acuerdo de su nombre), les expliqué de donde venía y cual era mi objetivo, a lo cual se negaron rotundamente.

Ellos igual me pidieron su ayuda. Yo les dije que estaba allí para entablar la paz entre las familias y para lo cual estaba dispuesto a hacer un trato.

Éste consistiría en turnarse el río cada mes entre las familias y así disfrutarían todos de todos.

A las familias del Cau Cau les encantó la idea y aceptaron de inmediato, pero las del Río Valdivia lamentablemente no aceptaron, así que nuevamente me dispuse a hablar con ellos y les dije:

Hola sirenos y sirenas, les traigo la propuesta de regalarles un río más grande y torrentoso, para que disfruten y compartan, les regalaré el grandioso Río Bueno para que así vivan en paz y sean amigos.

Todos quedaron contentos, cuando alguien dijo: "No sabemos llegar al río Bueno".

Tranquilos, yo los llevaré cada mes.

Eehhhhhhh!!!!!!!!!!, gritaron todos.

También les voy a regalar máscaras de oxigeno para salir.

Yeahhhh!!!!!!!

Ahora lamentablemente me tengo que ir, pero los vendré a buscar dentro de unos días.

SIII!!!!!, gritaron… Adiós!!!!!

Y salí de un chapuzón, pero aparecí en…. la laguna de flor de lotos del parque Saval!!!!! Allí estaban mis papás…

Hola hijo, qué tal tu estadía con las siren…. - dijo mi mamá.

Papá, mamá!!!! ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Qué?... ¿Por qué están aquí, acaso sabían????

Sí hijo, todos los adultos de Valdivia sabemos de los sirenos y sirenas del río, a tu papá y a mí nos pasó lo mismo a tu edad. Al finalizar nuestra aventura salimos aquí mismo… en la laguna. Si le preguntas a cualquier adulto seguramente lo negará.

Quedé realmente sorprendido, mientras caminábamos por el parque les conté sobre lo del Río Bueno y creo que les pareció buena la idea.

Fueron las mejores vacaciones y recuerda… hay sirenas en el río Calle Calle y todos los adultos de Valdivia lo saben…

De repente, a pesar del ruido que había, escuchamos de lejos la música suave de un instrumento que no conocía. Entonces vimos un señor con un carro pequeño, que daba vueltas una manillita y salía la música. Mi mamá me dijo que era un organillero. Nos acercamos a verlo, tenía globos, sorpresas y otras cosas para vender.

Entre tanta cosa de colores vi una cabecita verde. Era un loro, no muy grande y el señor nos dijo que hablaba. Entonces pregunté: ¿Y cómo aprendió a hablar el loro? Y él me contó la siguiente historia: Como él se sentía solo porque sus hijos no lo venían a ver, le hablaba todos los días al loro para ver si podía aprender a hablar y así sentirse más acompañado. Pero pasó mucho tiempo y el loro, no aprendió. Don Juan Ubilla estaba enfermo y un poco viejo. Entonces un día en su cama, a punto de morir, acarició a su lorito y le dijo: "Me hubiera gustado tanto que aprendieras a hablar, saber tus opiniones, que me contaras las cosas que te gustan y así yo podría haberte contado las mías también.

Esa noche Juan Ubilla murió y cuando vinieron sus hijos al funeral, el loro habló y les dijo: "solo solo, Juan solo". Ellos se fueron tristes y para no sentirse culpables por lo que el loro decía, le regalaron el loro a una vecina, que tenía una lorita, así el loro tuvo sus hijos y les enseño a hablar, y esos loritos enseñaron a sus hijos, y los hijos de sus hijos, a sus hijos, a sus hijos también… y así se transmitieron palabras de generación en generación y los hijos de Juan Ubilla entendieron que debieron acompañar más a su papá y que a veces no hace falta hablar para acompañar a alguien.

Cada vez que me acuerdo del organillero, pienso que era su propia y que no me lo dijo para que no me pusiera triste.

El reino del río Primer lugar: Diego Saavedra (Hampton College) El desastreSegundo lugar: Martín Siburo (Hampton College) Historia de cómo aprendió a hablar el LoroTercer lugar: Mauro Santana (Instituto Salesiano)

218 dibujos

fueron inscritos en el concurso realizado como parte de las actividades de la Segunda Semana de la Infancia. La categoría fue para niños de entre 5 y 9 años de edad.

75 fotografías

participaron en el certamen, donde uno de los jurados fue el fotógrafo y músico Marcos Matus. El primer lugar de la categoría quedó en manos de Sebastián Quezada.

28 relatos

fueron parte de "Aventuras en Valdivia". La invitación fue para escribir en un máximo de dos mil caracteres las ideas más creativas en un cuento con inspiración en el paisaje local.