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Recuerde ser activo

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David Ergas

Con el paso del tiempo comienzan a aparecer limitaciones en el cuerpo y la mente, por lo cual muchas personas van dejando de lado las actividades como el ejercicio físico o las que estimulan la mente, aunque lo que se recomienda y lo que se debería hacer es lo opuesto. El mantenerse activos durante la llamada tercera edad -teniendo en cuenta las posibilidades reales de cada persona, por supuesto-, puede ayudar a prolongar la salud y una mejor calidad de vida. En este caso, el solo hecho de caminar, salir a hacer las compras, ocuparse de la jardinería y otras tareas del hogar es suficiente en muchos casos para lograr este objetivo.

Pero si piensa en la actividad física regular, recuerde que también es muy buena para evitar o reducir el riesgo de desarrollar otro tipo de condiciones crónicas de salud como la diabetes, la hipertensión o presión alta, las enfermedades del corazón, la obesidad y el colesterol alto.

El ejercicio también le puede ayudar a mejorar la sensación de bienestar general así como la salud física y psicológica global, al mismo tiempo que le permite mantener un estilo de vida independiente durante más tiempo.

Asimismo, son aconsejables los juegos que ejercitan la mente y la memoria como los crucigramas, que ayudan a mantener activas las capacidades cognitivas y que son las que te permiten pensar, razonar y conocer. Hasta el uso de la computadora o de teléfonos celulares puede ser benéfico. No se olvide de leer: la lectura para el cerebro es como el ejercicio para el cuerpo.

Con el paso de los años, el cuerpo experimenta cambios que afectan de manera distinta a cada persona. El cuerpo se transforma y va adquiriendo una nueva imagen mientras que algunas capacidades pueden ir disminuyendo, como la memoria, la vista o la audición.

Por eso, no se dé por vencido ni se deje llevar por los "achaques de la edad". Busque cualquier excusa para mantener su cuerpo y su mente activos; esto le permitirá vivir mejor por más tiempo.


Opinión

arcelia martínez se niega a bajar la guardia: cumplirá 101 años

FORTALEZA. Desde hace dos años reside en el Hogar Padre Pío de la Fundación Las Rosas, en Valdivia, donde recibe amor y cuidados.
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En 38 días más, específicamente el 24 de junio, Arcelia Martínez Jaramillo cumplirá 101 años de edad. Ciertamente es una larga vida, pero para comprender su verdadera magnitud bien vale situarla en contexto. Cuando nació, en Panguipulli, habían transcurrido poco menos de dos años del hundimiento del Titanic, el barco más grande del mundo al momento de su botadura, y tan sólo cuatro días antes de que estallara la Primera Guerra Mundial.

Residente desde hace aproximadamente dos años en el Hogar Padre Pío de la Fundación Las Rosas en Valdivia, Arcelia Martínez apenas deja fluir algunas palabras y se hace necesario alzar la voz, para que logre entender lo que se dice. Sin embargo, su mente se encuentra lúcida y quizás esto la torne un poco ansiosa, al querer responder aquello que se le pregunta.

AÑOS DIFÍCILES

Arcelia Martínez transitaba por la edad de los juegos y de la inocencia, cuando sus padres, Andrés Martínez y Sara Loreto Jaramillo, se separaron. Esto la obligó a vivir esa etapa de su vida envuelta en soledad y tristeza. Junto con ello, nunca pudo asistir a la escuela.

Posiblemente, el abrazar con tan sólo diez años de edad el oficio de los quehaceres del hogar en casas ajenas, le quitó las lágrimas.

¿Con quién empezó usted a trabajar?

-Empecé a trabajar con una señora alemana en Lanco, a los diez años. Ella me cuidó y me enseñó muchas cosas. Más tarde, me vine a trabajar a la casa de una familia alemana, en donde me trataron muy bien. Eran cariñosos y excelentes personas; además, me querían mucho porque decían que yo preparaba muy buenas comidas. Con esta familia viajé dos veces a Alemania, porque me pidieron que los acompañara. Una vez pasamos dos años allá.

¿Qué la lleva a decir que la trataron bien?

-Porque no solamente me trataban con cariño, sino también porque logré aprender a leer y escribir con mis compañeros de trabajo. Además, me enseñaron muchas cosas acerca de diversos asuntos, especialmente en temas legales y previsionales. Puedo decir que me formé como trabajadora con ellos, porque me estimularon a hacer ahorros y de esta forma podría yo tener una jubilación en el futuro.

GRATITUD A ALEMANIA

Con la ayuda de su sobrino nieto Christian Ramírez, Arcelia manifiesta su admiración por Alemania.

"Las familias para las que trabajó eran alemanas y éstas la tuvieron siempre en mucha estima y consideración, mi tía guarda un enorme cariño por todo lo que recuerde a ese país. Siempre me dijo que de no haber sido por esas familias, en especial con la primera, mi tía no sería lo que fue y lo que es hoy", afirma Ramírez.

El sobrino añade que su tía abuela le contó muchas veces que gracias a sus empleadores pudo disfrutar de buenos momentos. Se convirtió en una excelente cocinera, gracias a la ayuda de una compañera de trabajo.

Pero lo más importante que Arcelia Martínez comentaba era la muy cercana relación con sus patrones.

"Con el tiempo, fue considerada como un miembro más de la familia. Mi tía se emocionaba al contarme que la sentaban a la mesa, a diferencia de sus compañeros de labores. Esto significó mucho para mi tía, sobre todo que fue en una época en que se acostumbraba que los trabajadores almorzaran en otros cuartos", concluye Ramírez.

"Empecé a trabajar con una señora alemana en Lanco, a los diez años. Ella me cuidó y enseñó muchas cosas".

Arcelia Martínez Adulta mayor