EL EJERCICIO FÍSICO CONTROLA Y PREVIENE DOLENCIAS CRÓNICAS
BENEFICIOS. El académico de la USS Felipe Poblete señala que la práctica regular puede disminuir las tasas de mortalidad y morbilidad en los adultos mayores.
Diversas investigaciones han demostrado que un estilo de vida sedentario, una mala alimentación y una alta ingesta de medicamentos generan un colapso sistémico en el adulto mayor, que incide no sólo en su organismo sino también en sus relaciones sociales. Es aquí donde la práctica de ejercicio físico toma un renovado interés y un rol fundamental en la percepción de la calidad de vida, mejorando aspectos físicos, psicológicos y sociales para el adulto mayor.
Como lo explica el profesor Felipe Poblete, coordinador de prácticas de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física de la Universidad San Sebastián, "es importante destacar que la planificación de la actividad física dentro de los procesos de rehabilitación, prevención y educación del adulto mayor en relación a una mejora de la calidad de vida y estilos de vida saludables basados en parámetros biopsicosociales y la recuperación a procesos de depresión, dolencias físicas, dolencias cardíacas, funcionales, entre otras; es un factor primordial a la hora de considerar en la mejora de todos los aspectos".
Dice que no hay que perder de vista que según ha establecido Bonnie G. Berger, la percepción de la calidad de vida en adultos mayores está mejorando. Esto cobra importancia al considerar que este grupo etario aumenta cada día en cantidad y también en expectativa de vida, y va descubriendo nuevas perspectivas y nuevos desafíos que debe enfrentar y superar.
BENEFICIOS
"La práctica de ejercicio físico determinada por un especialista de la disciplina, como el profesor de educación física, en relación a los efectos causados por dolencias de tipo crónico en el adulto mayor; es de vital importancia", sostiene el académico. Añade que la práctica regular de ejercicio puede disminuir las tasas de mortalidad y morbilidad de los adultos mayores.
"La práctica de ejercicio físico posee directa incidencia en problemas crónicos como obesidad, hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes y osteoporosis, entre otras. Cada una de estas enfermedades puede ser prevenida o controlada gracias a la práctica de ejercicio físico determinado por un especialista, el que deberá poseer una especialización en este grupo etario con conocimientos sólidos y actualizados", precisa Poblete.
Por otra parte, la planificación del ejercicio físico específico dependerá exclusivamente del objetivo que se pretenda alcanzar, ya sea a corto, mediano o largo plazo. "En general, se recomienda que el adulto mayor realice la mayor cantidad de actividades que permitan un entrenamiento integral, cautelando algunos principios de entrenamiento básico como el de progresión: ir de menos a más, alternancia (ir cambiando los distintos grupos musculares y ejercicios) e individualización (cada adulto mayor posee su propio plan)", señala el profesional agregando que se debe poner énfasis en las variables de flexibilidad, equilibrio, fuerza y deterioro cognitivo.
Finalmente, Felipe Poblete detalla que dentro de los beneficios que genera el ejercicio físico en relación a las dolencias crónicas, se cuenta que los adultos mayores activos registran "menor presión arterial, bajas cantidades de lípidos y lipoproteínas, menos cuadros depresivos, mayores niveles de funcionalidad, fuerza y flexibilidad frente a adultos mayores inactivos o sedentarios".
"Diversas investigaciones científicas han demostrado que la práctica física regular reduce el riesgo de enfermedades crónicas".
Felipe Poblete Ped. Educación Física USS