Romy
Valenta
Entre las décadas del '60 y '70 surgieron los llamados "curas rojos", verdaderos próceres de la libertad, como el padre Pierre Dubois, mítico sacerdote francés. En 1986, luego del atentado contra Pinochet, fue expulsado de Chile, regresando en 1990 pero con la orden de no residir en La Victoria. En 2001 recibió la nacionalidad por gracia y por fin en 2010 volvió a vivir en su querida población, donde falleció en septiembre de 2012.
Raúl Silva Henríquez en 1962 fue nombrado Cardenal. En su apostolado, repartió cinco fundos y 128 hectáreas de la Iglesia Católica a 244 familias campesinas, dando pie a la reforma agraria. Fue mediador en las protestas universitarias de 1967 y trató de evitar el golpe de Estado contra Allende en 1973. Durante la dictadura ejerció un importante trabajo en derechos humanos. Murió en 1999 a los 91 años.
La lista es larga y la obra de cada uno de ellos recoge el corazón. El documental "Habeas Corpus", de Claudia Barril, se remonta a 1973 cuando, tras el golpe militar, un grupo de funcionarios del Comité de Cooperación para la Paz, primero, y a partir de 1976 de la Vicaría de la Solidaridad de la Iglesia Católica, inició el arriesgado camino de salvar la vida de los perseguidos y buscar el destino de los detenidos. Con el tiempo, comprendieron que existía una política de exterminio contra los disidentes y que para descifrar su funcionamiento y responsables directos, debían convertirse en un sofisticado equipo de contrainteligencia.
El hábeas corpus es una institución jurídica que persigue evitar los arrestos y detenciones arbitrarias, asegurando los derechos básicos de la víctima, algunos de ellos tan elementales como son estar vivo.
Lo que más rescato es que este filme está elaborado de manera reflexiva y sumamente respetuosa de la integridad humana. En una hora y media viajamos en el tiempo, somos aplastados por la tristeza de un país que busca respuestas y el coraje de madres y esposas que no pierden la esperanza. Destaco también su calidad audiovisual, de una estética asombrosa por su sencillez y coherencia, pero sobre todo recomiendo este documental por su profunda verdad, atributo escaso en esta época carente de héroes. (Será exhibido hoy en el Cine Club de la Uach).
Opinión