Celebramos este domingo en la Iglesia, la solemnidad de la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo; tres personas, pero un solo Dios no más, como se rezaba antiguamente.

El texto que se nos propone para nuestra meditación, es el final del evangelio según san Mateo (Mt 28, 16-20), es el envío misionero de Jesús a sus discípulos y la promesa de estar hasta el final de los tiempos. Es el Señor Resucitado quien ha convocado a sus once discípulos a un monte en Galilea. Ellos reconocen en Jesús al hijo de Dios, y lo manifiestan postrándose delante de él. Aunque todavía algunos dudaban.

Jesús se les acerca en un gesto cariñoso hacia ellos, y les envía con el poder que ha recibido de su Padre, y con la asistencia del Espíritu Santo. "Vayan y hagan discípulos míos". Es un mandato a salir de su instalación e inmovilidad en el que han estado sumidos, por el desánimo y el miedo. A ponerse en camino, a ser peregrinos como Jesús, haciendo de todos los que encuentren discípulos de mismo Señor, bautizándolos en el nombre de la Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo). Además de enseñar a los que conviertan en discípulos de Él, todo lo que ha enseñado en el evangelio. Por eso, la misión permanente de la Iglesia será la de anunciar el mensaje de salvación que Jesús trae a todos los pueblos y que toda la Iglesia peregrina está llamada a predicar.

La promesa de Jesús al final del texto que afirma que estará presente hasta el final de todos los tiempos juntos a sus discípulos, nos da la alegría y la esperanza de que el Señor no nos ha dejado solos, sino que la asistencia del Espíritu Santo prometido por Jesús, es el que lleva adelante la misión de toda la Iglesia. ¡Buen Domingo!

Carlos Martínez

Las nobles estructuras de nuestra madera que han sido fundamentales para entender la vida de los primeros habitantes, tienen lamentablemente su talón de Aquiles, en el fuego. Sucedió de nuevo con la Escuela de El Llolly de Paillaco.

Una primera palabra sobre Paillaco, es decir que se trata de una comuna joven. Recién en 1934 el presidente Alessandri le dio ese rango.

El edificio ahora destruido era una grande casa de campo, edificada hacia 1900 por su primer propietario, el Sr. Eugenio Errázuriz. Posteriormente compró el fundo el Sr. Osvaldo Hoffmann el que lo mantuvo hasta 1954, cuando lo traspasó a la sociedad italiana de los Srs. Camilo Pasti Guillona y Virginio Neri.

La cabida del fundo El Llolly era de 1800 has. La primera explotación destinada a la producción de madera y a la limpia de praderas fue importante por los espesos bosques donde pululaban huiñas, zorros y pumas. La casa fue ampliada por la compañía italiana y se le colocó una chimenea hogar, la que cayó en el terremoto de 1960.

Cabe hacer notar que el fundo fue ganadero y lechero y llegó a tener cuatro lecherías, descremándose parte de la leche en sus instalaciones. Al mismo tiempo sembraban 200 has. de trigo. Terminó abruptamente en 1973 con la reforma agraria que le negó hasta la reserva legal a los propietarios.

Es, entonces que la casa se transforma en la Escuela 205 El Llolly para atender al asentamiento campesino, funcionando como tal hasta 2003, cuando se construye en las cercanías, otra escuela, cumpliendo una importante labor educativa. En 1976 se hizo una nueva parcelación con cabidas de 40 a 60 has, con buen resultado conociéndose como Granja Modelo El Llolly.

La antigua casa recuerdan algunos vecinos, tuvo momentos de gran relevancia, donde se realizaban reuniones y grandes fiestas; ello entendido por la gran cantidad de personal especializado que para distintas tareas tenía la sociedad italiana.

La memoria campesina del importante sector El Llolly debe guardar la vieja estampa de su hermosa escuela.

Oscar Gayoso Aguilar

Aunque la región todavía está muy lejos de alcanzar la categoría de modelo que desde su nacimiento se ha tratado de conquistar, resulta muy positivo que se mantenga dentro de las tres con menor tasa de desempleo a nivel nacional, al presentar un índice de 4,2%.

Los Ríos ratificó en el informe móvil febrero-abril del Instituto Nacional de Estadísticas, INE, que junto con Los Lagos y Aysén constituye el grupo de regiones que colaboran de manera importante para que el porcentaje nacional de desocupación llegue a un 6,1 por ciento, cifra que de acuerdo a los expertos resulta satisfactoria.

En lo que se refiere a la capital regional, el informe entrega cifras algo peores, pero el 4,7% de Valdivia tampoco da a entender que se trate de un problema crítico. Más específicamente, se señala que hay 3.290 personas sin empleo en la ciudad, mientras que la ocupación llega a 66.140 ciudadanos, lo que significa que hubo un aumento de más de seis mil personas con respecto al año pasado.

En cuanto a las actividades, los rubros con mejores números son la Construcción y la Administración Pública, que presentaron significativas alzas.

En medio de todos estos índices, ha llamado la atención una tendencia que se ha instalado en todo el país y que tiene que ver con el elevado número de personas que figuran como desempleadas, pero que no tienen la menor intención de pasar a engrosar las filas de la fuerza laboral. Por extraño que parezca, hay casi 500 mil chilenos, distribuido a lo largo de todo el territorio, que no desean trabajar bajo ninguna circunstancia, o que solamente lo harían bajo especiales condiciones expuestas por ellos mismos y que muy difícilmente podrían verse satisfechas, ya que en algunos casos llegan a lo insólito.

Esta situación también está presente en Los Ríos, y los estudiosos han informado que el grupo está integrado mayoritariamente por mujeres jóvenes.

Será materia de interés para las autoridades llegar a una salida para esta situación, que tarde o temprano afectará a todo el andamiaje económico.

Hay casi 500 mil chilenos, distribuido a lo largo de todo el territorio, que no desean trabajar.