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"A la mesa de control del básquetbol, no le dan la importancia que se merece"

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La labor de la mesa de control del básquetbol es fundamental en los partidos y se puede decir que es absolutamente complementaria a la que hacen los árbitros. Muchas veces pasa inadvertido su desempeño, porque en rigor debe ser así, para que un partido sea considerado normal, aunque eso implica estar pendiente de muchos detalles del juego, tales como cronómetros, las faltas de los jugadores y los puntos, entre otros aspectos.

En Valdivia, Catalina Gutiérrez Rodríguez ha ofrecido su esfuerzo como integrante de mesa de control ininterrumpidamente desde 1994, principalmente por su gusto por el deporte de los cestos. Cuando niña practicaba este deporte en el antiguo club Ferroviarios y conoció de cerca el auge de aquellos campeonatos escolares que llenaban el Coliseo, pese a que no había tantos recursos. Fue durante la presidencia de Elizabeth Vásquez en la Asociación de Básquetbol de Valdivia que inició su labor en la mesa de control, luego que su amiga Iris Salazar la invitara a cumplir este rol. Así se incorporó al Colegio de Árbitros de Valdivia y desde entonces se le ha visto cada fin de semana otorgando su experiencia e intentando formar a las nuevas generaciones de chicas y chicos que también se inician en la labor.

¿Cómo parte una persona que ayuda en la mesa de control?

-Lo básico es hacer de planillera que es esencial, después se maneja el cronómetro y el reloj de los 24 segundos. Al final, una tiene que manejar todas las actividades que se hacen como mesa de control. También, dentro del Colegio de Árbitros de Valdivia fui secretaria y trabajé muchos años. Nosotros funcionábamos bajo el alero del Colegio de Árbitros de Básquetbol de Chile, que con el tiempo se disolvió, no sé por qué, y después todos se desparramaron y se dividieron.

¿Por qué se entusiasmó en una labor que a veces es ingrata?

-Hemos recibido muchas críticas, tanto negativas como positivas, pero al ponerlas en una balanza son más positivas. Yo al básquetbol lo llevo en la sangre y fue un deporte que me apasionó. Cuando llega enero y febrero y no hay básquetbol es como si me faltara algo.

¿Cómo vislumbra Ud. la relación entre los árbitros de básquetbol y la mesa de control?

-En las primeras clínicas de arbitraje de la Libsur aprendí muchos conceptos de ambas labores y comprendí que nosotros tenemos que ser un equipo y apoyarnos mutuamente, pero veo que hoy día se ha perdido un poco eso y está como muy individualizado. Yo he tratado de una u otra forma de que se mantenga el concepto del equipo, porque si un árbitro se equivoca o nosotros nos equivocamos, tenemos que apoyarnos y no podemos correr con colores propios. Obviamente, los árbitros son los que se llevan el trabajo más pesado, pero nosotros también tenemos una gran responsabilidad. En el Coliseo también recibimos bastantes gritos, tenemos que tener mucho aguante, porque aquí en Valdivia la gente sabe mucho de básquetbol, pero hay otros que se ponen a discutir porque no están al tanto de las modificaciones que hay dentro de las reglas del básquetbol. A veces nos encontramos con jugadores o entrenadores que son complicados, pero son gajes del oficio.

¿Cuántas personas realizan esta labor en Valdivia?

-Hay chicas y chicos que se están recién incorporando, son estudiantes de educación física, creo que somos 17, a todo reventar 20. Hay más chicas que chicos y a veces los varones derivan en el arbitraje, pero eso es bueno porque tenemos que dejar una herencia y para mí eso es fundamental.

¿Cómo siente que está ordenado nacionalmente el tema referil y de control del básquetbol?

-A mí, lo que me molesta es que se armen campeonatos, pero a nosotros nunca nos llega la información del comienzo o de cuánto se va a pagar, todo se avisa una semana antes del inicio. Creo que no nos están dando la importancia que nosotros tenemos dentro de una liga.

¿Son remunerados?

-Sí. No es una gran cantidad de plata la que nos pagan. Con la Dimayor sí que ganábamos plata, pero hoy en día no. Yo hago esto porque me gusta, pero veo las necesidades de las chicas, sobre todo en sus estudios. Nosotras llegábamos antes a las 9 de la mañana y nos mamábamos todo el día en la mesa, pero nos daban colaciones o café, pero ahora no. Veo que hoy se mueve más plata, pero se paga menos, no sé cuál es la razón. A la mesa de control no le dan la importancia que se merece en un partido de básquetbol.

¿Quién tiene la culpa de estas omisiones a la labor de Uds.?

-Esto pasa porque ya no hay dirigentes como los que había en el Colegio de Árbitros. Había más seriedad, ahora las informaciones te llegan por Facebook y no hay un conducto regular como debiera ser y eso hace que nada funcione como corresponde y que sea poco transparente. El arbitraje es para unificar criterios, pero eso nunca se ha podido lograr ahora. Hay mucho individualismo y cada uno corre con colores propios.

¿Quién nomina a las personas que van a estar en la mesa de control en un partido?

-Acá en Valdivia hay una persona que hace las nominaciones, de acuerdo a la disponibilidad de tiempo y experiencia de las personas. Hoy las chicas están trabajando muy bien y eso a mí me da mucha alegría, porque son esforzadas y responsables. No voy a dejar que nadie nos insulte y nos pase a llevar y tengo el apoyo de la gente de Valdivia.

¿Extraña a algún personaje del básquetbol valdiviano?

-A tres: a Pedro Kairath, porque cada vez que me siento en la mesa de control y veo a su papá al otro lado de las butacas, veo de nuevo a Pedrito en la cancha: a Paulo Henríquez, que pese a que aún lo tenemos, no está en cancha; y a mi amigo Tirso Pérez, un dirigente muy humilde, trabajador y muy amigo, con quien trabajando hacíamos las horas muy gratas y eso es algo que nunca voy a olvidar nunca. También recuerdo a Antonio Azurmendy, que me decía que nosotros nos íbamos a morir en el Coliseo y a David Barriga, que fue un entrenador muy importante en el básquetbol valdiviano.

¿Hay diferencias de cómo se jugaba el básquetbol antes con el de ahora?

-El básquetbol de ahora no es tan técnico. Antes había reglas fundamentales, como no darle la espalda al balón, ni perder la visión de la pelota y esas cosas ya no las veo hoy. El básquetbol se ha vuelto más físico, no se ve tanto trabajo en equipo,se trabaja más en base a un jugador y eso no puede ser.

Catalina Gutiérrez Juez de mesa de control

Con deseos de trascender

Catalina Gutiérrez reconoce que le habría gustado ser técnico de básquetbol, pero que sí le habría costado ser referí. "Yo tengo mi temperamento y no habría aguantado ciertas cosas. Hay entrenadores que se pasan de la raya y una se aguanta, pero a veces tienes que poner límites para que no se suban al chorro", expresó la juez de mesa. Sobre el interés de formar manifestó que "quiero dejar un legado con las niñas de la mesa de control. Me entregan tanto cariño que eso compensa el tiempo que se entrega por el básquetbol".

21

años en forma ininterrumpida lleva Catalina Gutiérrez, como jueza de mesa de control.

3

nacionales de maxibásquetbol ha vivido esta juez también integrante de la asciación senior.

3

eventos internacionales

ha vivido en Valdivia: los sudamericanos de 2001 y 2002

y el Preolímpico de 2007.