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Pelchuquín y su iglesia vuelven a cobrar fuerza gracias a jóvenes investigadores

proyecto. La historia del sector fue plasmada en un libro y quieren que la construcción sea Monumento Nacional.
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dnavarrete@australvaldivia.cl

El 11 de febrero del año pasado se escribió uno de los capítulos más significativos en la historia actual de Pelchuquín. Fue el lanzamiento de "Misión de Pelchuquín: Imágenes y relatos de lo personal a lo colectivo 1950-1980". Y ese día, con el estreno de una exposición de fotografías y un libro, la localidad ubicada entre Valdivia y San José de la Mariquina volvió a cobrar protagonismo en el mapa del patrimonio regional. El proyecto fue realizado por el profesor de historia y ciencias sociales Mauricio Villanueva. Trabajó con recursos del Fondart Regional y en el proceso descubrió que junto a la memoria y las fotografías, también era necesario rescatar la importancia de la arquitectura de la zona. Por ello, integró un equipo con Karin Müller (gestora cultural), Carlos Aguayo (arquitecto) y Erwin Leal (fotógrafo), para continuar promoviendo a Pelchuquín. Esta vez, con la elaboración de un archivo para la solicitud de declaratoria de Monumento Nacional de la Iglesia San Antonio de Padua.

La nueva investigación consideró la elaboración de planos y registros históricos de la construcción, que es propiedad de la Diócesis de Villarrica. El inmueble de 320 metros cuadrados está ubicado en calle Enrique Brudny de la Villa Pelchuquín y se habría construido a mediados del Siglo XIX. Según explican los investigadores la iglesia es un referente de la labor y expansión misional capuchina, que involucró al sur de Chile desde la provincia del Cautín a la de Llanquihue.

la importancia

Para el historiador, tanto la iglesia como Pelchuquín destacan por aportar a la historia del sur desde distintos ángulos. Villanueva, explica: "Este territorio habría sido ocupado por diversas familias mapuche-williche, distribuidas entre Tralcao, Pelchuquín, Linguento, Nanihue, etc., las que habrían constituido un lof, encabezado por el linaje de la familia Huechante, pero entre las que se encontraban otras también importantes como Pangui, Lefihuala, Huincatripay, por mencionar sólo algunas. Eso es sumamente importante, y por ejemplo si vas al cementerio de Pelchuquín lo puedes notar, ya que ahí están sepultados la gran mayoría de los ascendientes y descendientes de las familias mapuche del territorio, y pienso que a la fecha ese tema es una deuda que se tiene con esas mismas comunidades, ya que no sea estudiado en profundidad esa ocupación ni se ha reconocido este cementerio en su categoría mapuche".

Otro de los factores determinantes para el investigador es el rol fronterizo del territorio. "Constituyó parte del espacio de frontera hispano-mapuche en los siglos coloniales, digamos que fue parte de ese espacio intermedio entre la ciudad de Valdivia y el territorio propiamente mapuche. Y desde ese punto de vista se puede notar que siempre este territorio despertó interés en cuando a la evangelización, por ser desde donde comenzaba el avance desde Valdivia hacia el norte. Creo que eso se ve reflejado en que desde muy temprano se haya misionado en la zona de Mariquina y que los franciscanos hayan querido fundar una misión en 1777, aparte de la de San José, a aproximadamente 1 kilómetro de donde hoy está la villa de Pelchuquín".

descubrimientos

Trabajar para el proyecto estrenado el 2014 y la posterior campaña por la protección patrimonial de la iglesia, significó recopilar antecedentes y escudriñar en un pasado poco conocido hasta para la propia comunidad. "Sobre la historia del lugar se tiene conocimiento parcial. Hay antecedentes más lejanos que no son conocidos por toda la población, entre ellos, aspectos ligados a la historia en los siglos coloniales(...) en cuando a la iglesia en específico, nuestra apreciación como equipo es que si es un elemento valorado socialmente y sobre el cual se manifiesta preocupación desde la comunidad. Por una parte, porque existe un grupo de personas que están vinculados al uso y mantención del inmueble, y por otra porque la historia o más bien la memoria de los habitantes está cruzada por esas experiencias que se guardan de la misión, de una u otra manera, aparece en el imaginario de la población y se valora y reconoce desde ese punto de vista", aclara Mauricio Villanueva.

El protagonismo social de la iglesia igualmente fue confirmado a través de las acciones de un comité, integrado por el historiador, cuya principal misión es promover y valorar el patrimonio de Pelchuquín. "Realizamos en dos oportunidades un concurso de dibujo dirigido a niños de la localidad y es importante destacar que en la representación de su patrimonio o lo que ellos así entendían, aparecía muchas veces la iglesia, por eso digo también que es un elemento reconocido por ellos", concluye. Los antecedentes históricos, relatos y fotografías reunidos en la investigación se pueden consultar en redes sociales y en los sitios misiondepelchuquin. blogspot.com y pelchuquin-retrospectivo.blogspot.com.


2013 es el año

de adjudicación de recursos del Fondart Regional para el proyecto de investigación que finalizó con una exposición de fotografías y un libro.

 

320 metros

cuadrados tiene la iglesia San Antonio de Padua de Pelchuquín. Su construcción fue responsabilidad del padre capuchino Gaudencio de Nirazca y del colono alemán Kilian Meckes.

 

25 capuchinos

pasaron por la misión de Pelchuquín desde su fundación en 1863 hasta que fue entregada al clero diocesano en el año 1962.