Fue un día frío que comenzó en onda familiar, mientras algunos acudieron a la tradicional procesión de San Pedro que se hace en Corral. Pero el partido de semifinales entre Chile y Perú estaba en la mente de todos los aficionados al fútbol.

El comercio abrió tímidamente con la venta de gorros, vuvuzelas y banderas chilenas, amigos se reunían desde temprano con sus camisetas rojas para alguna reunión con un asado y costó ver pubs o restaurantes abiertos en el centro valdiviano para los clientes.

El ambiente se respiró desde temprano para apoyar a la selección que tras ganar a su similar de Perú se transformó en el primer finalista de la Copa América 2015.