Fieles católicos, civiles y militares, celebraron ayer en Valdivia la festividad de la Virgen del Carmen. En la mañana, correspondió a los miembros de las Fuerzas Armadas, de Orden y Seguridad conmemorar el "Día de la Espiritualidad", con una procesión organizada por la guarnición militar valdiviana. Cerca de 150 uniformados del Ejército, la Armada y Carabineros desfilaron tras la imagen de la madre de Dios -que fue escoltada por estandartes institucionales- desde el muelle Schuster hasta la iglesia Catedral, al compás de las marchas interpretadas por la banda instrumental de la Tercera División de Montaña.
Al respecto, el jefe de la guarnición, general de brigada Camilo Vidal, señaló que "para Chile y sus Fuerzas Armadas y de Orden, el 16 de julio es una efeméride relevante donde celebramos a nuestra patrona. Por eso, cada año acudimos como un signo de respeto y cariño hacia la Virgen del Carmen, que es parte de las más profundas tradiciones cristianas de nuestras instituciones y su desarrollo espiritual".
Procesión
Durante la tarde, los festejos a la Virgen del Carmen continuaron. No importó el frío, una treintena de fieles se reunieron en el cruce ferroviario -en Collico- para participar en la procesión que tenía como destino llevar la figura de la virgen hasta la Parroquia Nuestra Señora del Carmen. La procesión comenzó a las 16 horas en punto y los fieles -con sus banderas cafés y paraguas- caminaron entonando canciones a María y orando.
Entre quienes caminaban estaba Gladys Carrasco, de 64 años, quien contó que desde niña participa en todas las actividades dedicadas a la Virgen del Carmen porque su madre realizó una manda. "Yo tenía problemas a la vista. Mi mamá le pidió a la Virgen que me ayudara y las cosas fueron mejorando. Hasta los 15 años me vestí de café. Ahora sigo con la tradición", relató. Vive en la población Yáñez Zavala, pero también están los que participan por su sentimiento de pertenencia al barrio, como Roberto Jaramillo. Vivió 26 años en Collico y aunque ahora su casa está en Las Ánimas sigue asistiendo a la procesión. "Vengo a acompañar a mi mamá y también a participar en las actividades del barrio. Aquí uno conoce a todos", explicó.
Mientras que Mónica Rojas, de 50 años, asiste por su admiración a la Virgen del Carmen. "Soy devota de la Virgen. Me siento identificada con María, porque tenemos a una mujer en nuestra religión", destacó.
En la mitad de la procesión, se unió la Banda Instrumental Renacer, de Las Ánimas, integrada por unos 25 músicos y dirigida por Fernando Garcinuño. Interpretaron marchas militares, como Adiós al Séptimo de Línea y Penachos Rojos, además del Himno Nacional.
La procesión terminó con una eucaristía presidida por el Obispo de Valdivia, monseñor Ignacio Ducasse. En ella, habló sobre la glorificación de Jesús, que comienza con la respuesta a las necesidades de la humanidad. "María es quien empuja, por decirlo así, a realizar el primer milagro. Nosotros, con la misma confianza de María, le debemos pedir al señor por lo que pasa a nuestro alrededor. Porque haya pan, respeto y alegría".
Confiar en
la palabra
El relato de las "bodas de Caná" fue el pasaje de la Biblia que el obispo de Valdivia explicó en la ocasión. Está en el evangelio según San Juan y cuenta cómo Jesús, ante el ruego de su madre, la Virgen María, convierte el agua de seis tinajas en vino. "Esto nos indica que debemos confiar en la palabra de Dios para llevar adelante nuestra tarea", dijo monseñor Ducasse.