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Educar, emprender y liderar

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Carla Greppi

El liderazgo se puede entender como la capacidad de tomar la iniciativa, gestionar, convocar, promover, incentivar y motivar actividades personales, gerenciales o institucionales. Por lo tanto, el comportamiento emprendedor es innato en un líder, pero no todos lo desarrollamos de igual manera. Emprender es llevar a la práctica una idea (nueva o no) hasta su implementación final.

Esta característica emprendedora es la que hay que despertar, fomentar, dirigir o guiar en los líderes de los diferentes ámbitos de la actividad social y económica de la región, de tal forma que se produzca la acción que genere cambios y resultados reales.

La clave está en acercar la educación, los jóvenes y el mundo de la empresa a través de la capacitación como fuente de desarrollo de emprendedores. Capacitar en habilidades personales e interpersonales como inteligencia emocional, percepción de los otros, el manejo de impresiones, persuasión e influencia, adaptación a diferentes contextos sociales, orientación a la acción, creatividad, riesgo, comunicarse adecuadamente con otras personas, liderar y motivar a nuestros colaboradores, trabajar en equipo, negociar, entender los puntos de vista de personas diversas, etc...; aplicando lo aprendido en estudios de casos y, posteriormente, en la realidad.

El mayor desafío para un país, para una región o cualquier localidad que desea desarrollar el espíritu emprendedor, es la educación. Desde la educación básica hay que traspasar a las generaciones futuras los componentes positivos que posee la actividad de emprender y no de reaccionar. Las acciones de inversión en capital humano generan que las personas ganen más y a las empresas les permiten competir mejor frente a mercados globalizados que imponen a las regiones nuevos desafíos.

Por lo tanto, la educación, el emprendimiento y el liderazgo son claves para el desarrollo de la economía local.


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