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las exigencias para la gratuidad

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Cobertura Según el Ministerio de Educación, los estudiantes que estarán cubiertos por gratuidad en 2016 deben pertenecer a los cinco primeros deciles socioeconómicos de la población y estar matriculados en carreras de pregrado presenciales, diurnas o vespertinas, dictadas en las "instituciones elegibles". La medida incluirá tanto a los alumnos que ingresen a la educación superior el próximo año como a los que ya se encuentran cursando alguna carrera o programa académico en los planteles que cumplen con los requisitos.

"Instituciones elegibles" El Mineduc determinó, en una primera etapa, un grupo de instituciones elegibles: las 25 universidades que conforman el Consejo de Rectores de Universidades Chilenas (CRUCH) y los Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales que estén acreditados y tengan una personalidad jurídica sin fines de lucro.

Los que se suman Según datos del Mineduc, además de estos planteles se sumarían las universidades privadas que cumplan con estar acreditadas por cuatro años o más, no poseer como integrantes de la corporación o fundación universitaria sociedades comerciales con fines de lucro y considerar representantes en sus estamentos estudiantil y/o funcionario en algún órgano de gobierno superior del plantel, de acuerdo con sus estatutos.

Beneficios La propuesta indica que se mantienen todas las becas de arancel que existen hoy, disponibles para los estudiantes que no accedan a gratuidad por estar matriculados en instituciones acreditadas no elegibles o para estudiantes del sexto y séptimo decil de los planteles elegibles. También se mantienen las becas de mantención y alimentación.

Una de las principales críticas de las universidades privadas es el hecho de que cuatro entidades del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH) -las universidades Católica de Temuco, Arturo Prat, de Los Lagos y UTEM- no cuenten con el mínimo de años de acreditación solicitado por el Gobierno, pero que por el solo hecho de pertenecer a esa entidad sí sean susceptibles de recibir el beneficio. Un cuestionamiento que desde las estatales rechazan.

Mientras que las universidades estatales critica,el hecho de que se haya acortado en un decil, del 60% inicial al 50%, el porcentaje de estudiantes que podrían ser beneficiados, además del "aterrizaje" de las normas y exigencias que serán parte del marco jurídico de la propuesta.

DELEGACIÓN DE LOS RÍOS Asistirá a DISCUSIÓN SOBRE INEMBARGABILIDAD DE BIENES

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Una delegación de adultos mayores de la región de Los Ríos participará en la discusión del proyecto de ley que busca establecer la inembargabilidad de los bienes de este grupo etario, sesión que se efectuará mañana en el edificio del ex Congreso Nacional, en Santiago. Junto con ellos, asistirán el seremi de Desarrollo Social Leonel Vera y la coordinadora regional del Senama, Rocío Araya.

En la ocasión, la representante de Futrono, Isolde Muñoz, manifestará su impresión de la ley y las observaciones a la iniciativa. Tomarán la palabra también el ministro de Desarrollo Social y la directora nacional del Senama, Rayén Inglés, quien destacó "la importancia de reconocer que las personas mayores son protagonistas de sus acciones. Y en este sentido, creo que cada vez se entiende más en Chile que los adultos mayores tienen hoy la capacidad de hablar por sí mismos, de representar sus necesidades, planteamientos y observaciones".

Finalmente, el senador y autor de la moción, Alfonso de Urresti, señaló que "este proyecto -que ya fue aprobado en la Cámara de Diputados- busca asegurar condiciones mínimas de bienestar y seguridad para los adultos mayores, estableciendo como inembargables su residencia principal y los bienes de su propiedad". Los requisitos consisten en que el deudor propietario haya cumplido 60 años de edad; que el inmueble esté inscrito exclusivamente a su nombre en el Conservador de Bienes Raíces con 10 años de antigüedad, a lo menos; que su avalúo fiscal no supere las 5 mil unidades de fomento; que los ingresos del deudor no excedan las 50 unidades tributarias mensuales; que la acción que origina la ejecución no sea hipotecaria; y que el deudor no sea propietario de otro bien raíz.

hernán paredes: de la construcción, la docencia y la escuela industrial

CAMINO. Egresado de la antigua Escuela Industrial, estudió en la Universidad Técnica y recorrió una destacada trayectoria profesional.

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Pocos meses quedan para que el constructor civil Hernán Paredes Aguilar entregue su cargo de presidente de la Unión Comunal de Adultos Mayores de Máfil. Será en noviembre. Pero su trabajo como dirigente social no es algo nuevo: con anterioridad fue el timonel del club de adultos mayores Padre Hurtado, en la misma comuna, responsabilidad que concluyó hace un par de meses.

"Nací en la localidad de Cancahual, un lugar que está en la Isla del Rey, el año 1937. Allí estuvo la inspección fiscal de la Dirección de Obras Portuarias. Había muchos trabajadores, empleados, ingenieros que tenían como finalidad hacer el track de navegación del río Valdivia, esto es, hacer los espigones para ordenar el paso de las embarcaciones", recuerda. Su padre, Manuel Paredes García, ejerció el oficio de carpintero mueblista en ese lugar desde 1936, y su madre, Delfina Aguilar Gallardo, se ocupaba de la crianza de los diez hijos que tuvo este matrimonio.

Los primeros tres años de la enseñanza primaria los hizo en la Escuela Nº 65 de Cancahual. "Posteriormente, me vine a Valdivia a estudiar. Entonces, Obras Portuarias ponía a disposición de los jóvenes un remolcador que nos llevaba los domingos hasta la Aduana, y el sábado siguiente nos iba a buscar". Los restantes tres años los cursó en la Escuela Nº 4 de Valdivia.

¿Qué camino tomó después?

-Me fui al Instituto Comercial, pero ahí estuve sólo un año porque no me gustó. No sabía qué hacer, hasta que de repente mi padre me dijo: "¿Qué vas a hacer? Bueno, ya que a ti te gusta la mueblería, ¿por qué no te vas a la Escuela Industrial?", aunque la verdad es que me gustaba más la electricidad. "Bueno sería", le contesté. Vino a Valdivia, conversó con las autoridades de la Escuela Industrial, que era dependiente de la Universidad Técnica del Estado en esa época. Ingresé como interno y estuve del 53 al 56, y finalmente terminé mi cuarto medio o sexto de humanidades en mueblería.

¿Cómo fue esa experiencia?

-Bonita. En el primer año, uno pasaba por diferentes talleres y al final le daban a elegir prioridades de estudio. En la primera yo puse electricidad y en la segunda, mueblería. Pero como era bueno p' al cepillo y el serrucho, gracias a mi padre, me dijeron que tenía yo más habilidad en mueblería y me dejaron ahí.

Di el bachillerato industrial y don Hugo de la Fuente, ingeniero de Obras Portuarias, me dijo: "¿Te gustaría seguir construcción civil?". Aunque le dije primero que era mueblista, terminé elevando una solicitud a la casa central de la UTE en Santiago y a los dos días quedé aceptado. Quedé con la misma beca que tenía en la Escuela Industrial y en 1961 terminé la carrera.

¿Cómo fue su trayectoria profesional?

-No me había titulado, y empecé a trabajar con los arquitectos Eduardo Preller y Víctor Westermeyer, proyectando el complejo educacional del Instituto Salesiano en Valdivia. Más tarde, en 1965, como necesitaban un dibujante en Obras Portuarias, fui y supe que había dos ingenieros franceses destacados en Chile para el estudio de puertos.

En junio de 1965 entré a Obras Portuarias, y luego el ingeniero hidrográfico Luis Corniquel Barbier me mandó llamar y me dijo: "Vámonos a Valparaíso. Habla con tu familia". Yo ya estaba casado y tenía un hijo. Como no me podían contratar como profesional, lo hicieron como obrero permanente grado 1.

¿Era ventajosa esa posición?

-Sí, porque me daban el sueldo de tal, 30 días de viático y todas las horas extraordinarias. La paga equivalía a unos 5 palos de ahora. Recorrí Chile, desde Iquique hasta Punta Arenas. Lo mejor de todo fue cuando estuvimos en Tocopilla, donde hicimos tres proyectos para construir el puerto. En esa época, vine a Valdivia para regularizar mi título.

Y después, ¿cómo transcurrió su vida?

-Bueno, ese ingeniero me ofreció irme a Francia, pero yo desistí por mi familia. Ese año 1970 me vine a trabajar a la Escuela Industrial, porque necesitaban un constructor civil o un arquitecto para echar a andar la especialidad de construcción habitacional. Después de un año, pasé a ser jefe técnico de las especialidades. En 1987 entré como inspector general de la Escuela de Adultos, que en ese tiempo estaba en el Liceo de Hombres. Había unos mil alumnos en esa época. Al año siguiente se trasladó a calle Bueras. Más tarde, me nombraron director de la Escuela Industrial nocturna y jubilé en 2003.

Tiempo para rehacer la vida

Tras jubilarse en 2003, el constructor civil Hernán Paredes decidió dar un vuelco a su vida. "Cuando enviudé, tenía a mi hijo mayor casado, y en esas circunstancias yo estaba solo. Una niña que fue alumna mía en la Escuela Industrial de Valdivia, Olimpia Martínez Navarrete, me fue a dar el pésame. Estaba separada y después de conversa y conversa... me quedé con ella". Cuenta que ambos se mudaron a Máfil, específicamente a La Traca, camino a Folilco, donde viven hoy.