Hace unos cinco años, un maestro de buen carácter llegó a la casa de Oflanda Baeza, ubicada en la avenida Pedro Aguirre Cerda, en el sector valdiviano de Las Ánimas. El hijo de ella, el ingeniero electrónico Luis Rubén Burdiles, lo había contratado para construir un quincho en el patio.
En algún instante el maestro divisó a la dueña de casa y le preguntó: "Señora, ¿usted participa en alguna agrupación? Yo estoy en un grupo de adulto mayor y lo pasamos bien. Vamos a paseos, nos juntamos a tomar tecito, conversamos y pasamos el tiempo. Vaya cuando quiera, intégrese con su familia".
Aunque todavía no cumplía la edad para sumarse al grupo, le hizo caso al maestro. Fue a participar y, junto a su esposo, se hicieron socios de la Agrupación de Adultos Mayores Río Calle Calle, de la villa animeña Teodoro Segovia. Hoy es la presidenta y en su mente hay muchos planes para el futuro (ver página 9).
Nació el 4 de septiembre de 1949 en la localidad de Lolol, situada a unos 74 kilómetros al poniente de San Fernando, en la región de O'Higgins. Fue una de los cuatro hijos del matrimonio formado por Rubén Antonio Baeza Guzmán, que hizo carrera en Carabineros y alcanzó el grado de suboficial, y de la paramédico Gilberta Álvarez Álvarez. "En 1970 nos vinimos a Valdivia, porque se abrió una plaza para mi padre, que era enfermero de ganado polical", evoca.
¿Cómo vivió el cambio de un pueblo de la zona central a una ciudad sureña?
-Fue muy difícil, porque nos vinimos en abril y antes llovía más que ahora en Valdivia, y también hacía más frío. Nos establecimos en una casa en los Barrios Bajos, frente a la plazuela Pastene. Fue horrible en un principio: recuerdo que llegó el día que tuvimos que salir bien temprano en la mañana al colegio, y mi padre y mi madre a trabajar, y no teníamos cómo salir: estaba todo inundado. Ése fue nuestro primer invierno en Valdivia, pero con el tiempo nos empezamos a ambientar.
¿Dónde le tocó estudiar?
-En la Escuela Técnica. De allí salí con la especialidad de corte y confección, y me puse a trabajar haciendo monitorías en diferentes partes: estuve en Cema Chile, después para el obispado en los campamentos. Por esta razón, asistí a varios cursos de pedagogía que dictaban en la universidad, en los veranos. Después, hice otros cursos de mayor duración en Inacap. ¿Por qué los hacía? Mi anhelo siempre fue ser profesora, pero por circunstancias de la vida no pude serlo. Y después me casé.
¿Con quién se casó?
-Con Luis Burdiles Fuller, el 10 de agosto de 1974. Lo conocí en la calle; ninguno de los dos había pololeado y nos encontrábamos a cada rato en la micro. A mí no me gustaba…
"Él trabajaba en el centro y yo, en la Escuela México. Me caía muy mal porque me miraba mucho. Y un día fui a comprar una bebida a un negocio, y aparece él. ¡Donde yo iba, él se aparecía! Conversamos y me invitó a salir. Mi hermana gemela era más galla que yo, más audaz. "Pololea con él, no seái tonta", me decía. Y estuvimos pololeando cuatro años, después de haber estado un año conociéndonos".
¿Cómo han sido sus año de casada?
-Muy buenos. Hemos dado un ejemplo a nuestro hijo, porque hemos estado siempre unidos, nos hemos querido y nos hemos respetado.
¿En qué momento se convirtió usted en dirigente?
-Cuando me integré a la agrupación Río Calle Calle, vi a don Juanito Madrid, que fue un gran dirigente deportivo, a quien lo conocíamos con mi marido desde la época en que frecuentábamos la población Teniente Merino. Entonces, su presencia en el grupo me dio confianza. "Debe ser un grupo bueno", me dije.
Hace tres años fui elegida secretaria y el 5 de marzo de este año asumí como presidenta, porque mi marido -quien sería primeramente el presidente- debió echarse para atrás, por problemas de salud.
Un trabajo poco comprendido
A cinco meses de su asunción como presidenta de la Agrupación de Adultos Mayores Río Calle Calle, Oflanda Baeza manifiesta que su trabajo le genera sentimientos encontrados. "Es una labor bonita pero ingrata, porque si bien la gente no es mala, ignora cómo se hacen las cosas y no reconocen el sacrificio que se hace como dirigente", dice.