Secciones

El tercer rescate griego no zanja las dudas sobre el futuro del país y el euro

europa. Los expertos coinciden en que se trata de una solución temporal y analizan el momento que vive Grecia tras la dimisión de Alexis Tsipras y las preguntas que esa decisión implica.
E-mail Compartir

El tercer rescate de Grecia es una solución temporal a las dudas que la crisis helena ha abierto sobre el futuro del país y del euro, una incertidumbre que ha tomado un nuevo curso con la renuncia de Alexis Tsipras.

"Grecia es y seguirá siendo irreversiblemente un miembro de la zona del euro", dijo el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, una vez se aprobó el rescate de hasta 86 mil millones concedido a Grecia.

Sin embargo, nadie se atreve a pronunciarse con un optimismo tan rotundo, mientras los analistas coinciden en que la concesión del tercer rescate sí supone un punto y aparte a más de seis meses de tensiones y desencuentros, pero no un punto final.

La incertidumbre aún es alta y se mantienen sin resolver preguntas como si funcionará el rescate, qué medidas están dispuestos a aprobar los socios del euro para aliviar la deuda griega, cuál será el grado de implicación del Fondo Monetario Internacional (FMI) en el rescate y si Atenas aplicará las reformas.

"Es difícil formular una expectación positiva sobre el rescate, teniendo en cuenta cómo los dos programas anteriores se desarrollaron", coincide la investigadora de Bruegel Silvia Merler.

El director del centro de estudios CEPS, Daniel Gros, considera, en cambio, que la posición de partida esta vez es "mejor que nunca", dado que la mayor parte del ajuste fiscal ha sido llevado a cabo ya en los últimos cinco años y los salarios en Grecia "han caído ya mucho". "Si algunas reformas se aplican ahora", apunta Gros.

Elecciones

Una de las cuestiones que más moviliza a los socios europeos es asegurar que Atenas cumpla con lo prometido, pese a que las elecciones anticipadas que se esperan en septiembre no ha creado mucha inquietud.

En Bruselas, el movimiento de Tsipras de abandonar el cargo de primer ministro se plantea como una decisión que puede resultar beneficiosa, si se logra un Gobierno más sólido.

Un nuevo gobierno abre la posibilidad de nuevos retrasos en la aplicación de unas reformas claramente secuenciadas en el rescate, pero los socios tienen la seguridad de que Atenas tratará de cumplir, porque un nuevo pago de tres mil millones depende de ello. Además, sin progresos, no se podrá finalizar la primera misión de revisión que se espera para octubre.