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Jiménez: "Valdivia tiene esa cosa más pretensiosa que otras ciudades del sur"

cine. Director de película "La voz en off" retrata una historia familiar que transcurre marcada por la realidad local.
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En octubre se estrenará en los cines del país "La voz en off", la última película del cineasta Cristián Jiménez. El filme sigue el devenir de una familia valdiviana donde los padres (Paulina García y Cristián Campos) y sus hijas (Ingrid Isensee y María Siebald) viven las tensiones del ajetreo diario entre lo dicho, lo hecho, lo callado y lo otorgado.

"Siempre me interesaron las películas sobre familias, son un género en sí mismas, a veces son comedias, otras son dramas familiares. Había tocado el tema familiar pero no era lo central en mis anteriores películas. Tenía ganas de hacer una película que tuviera como centro la dinámica de una familia", explica Jiménez para quien "uno nunca sabe muy bien cómo son sus familiares, hay como unas zonas donde uno nunca llega a entrar. Las verdades familiares suelen ser muy opacas pero a la vez son fuertes e intensas".

El ELENCO

La historia y búsqueda del elenco partió por las hijas. Jiménez ya había trabajado con Ingrid Isensee; y María Siebald le gustó mucho en "Piotr, una mala traducción". Ambas encarnan a dos hermanas muy diferentes que se alinean, cada cual por su lado, con los padres en conflicto.

Paulina García y Cristián Campos, "fueron una buena dupla también porque quería que fueran unos papás que se entendiera que fueron padres muy jóvenes, veinteañeros", cuenta el director.

Hay un par de niños, que interpretan a los hijos de una de las hermanas, con los que Jiménez tuvo sumos cuidados al momento de rodar. La niña es Maite Neira y ya había trabajado con ella en la serie "El reemplazante". "El hermano pequeño es un niño de Valdivia, Lucas Miranda, que al momento de filmar tenía cuatro años", cuenta.

A Jiménez le interesaba que el mundo de los niños estuviese presente "y toda esa cosa media maligna que hay en la infancia. La niñez tiene un montón de crueldad y momentos que se pasa de lo alegre a lo feroz sin escalas".

VALDIVIA

Jiménez nació en Valdivia, ciudad que ha sido una constante en su filmografía. "Valdivia entrega esa cosa de ciudad chica pero que se da un poco como unas ínfulas, una ciudad donde hubo mucha plata en el siglo XIX, que estaba muy arriba antes de que viniera el terremoto y se cortaran todos los lazos comerciales con Alemania que eran muy fuertes", explica.

Y cree que la familia retratada en su película es un producto local: "Valdivia tiene esa cosa como un poco más pretensiosa que otras ciudades del sur, hay como un tipo de burguesía ligada a la universidad, con ambiciones intelectuales, algo esnob. Yo soy súper valdiviano igual, el mundo donde ocurre la historia es totalmente el mundo desde el cual yo provengo".

Para el director, la opción de haber dejado un final abierto era la más honesta según cómo se resuelven los conflictos familiares. "Me molestan un poco ciertos finales, como el de 'La celebración' por ejemplo, un drama terrible que se soluciona en un fin de semana. Todas las piezas se ordenan, los personajes cambian, se transforman y se acomodan. Eso es falso. Creo las situaciones familiares son súper complejas y no es tan fácil reacomodar las piezas", dice. "Me parecía que era más fiel al problema donde estaba poniendo el ojo aceptar que las cosas pueden ser un poco más opacas.