Lamentable es la situación que enfrenta la escuela rural Los Pellines de Curiñanco, que perdió sus salas de clases y equipamiento en un incendio registrado el miércoles y que aparentemente comenzó por el aparato de calefacción del recinto.
Afortunadamente, gracias a la oportuna acción de los profesores, no hubo niños ni adultos lesionados. Sin embargo, el fuego se llevó desde cuadernos a computadores, dejando a la comunidad escolar sin recursos, en medio del segundo semestre del año académico. Las autoridades anunciaron aportes, reconstrucción pronta y la habilitación de la sede social del sector para volver a clases desde el lunes, y es de esperar que así suceda, para que esta experiencia traumática no se convierta, además, en un retraso para los 35 estudiantes del sector que atiende la escuela.
Además de este problema, el incendio y las circunstancias en las cuales ocurrió permiten mirar nuevamente hacia el aislamiento en que se encuentran algunas zonas de la región, aunque geográficamente se ubiquen cerca de una ciudad como Valdivia. En este caso, sin adecuadas señales para teléfonos celulares, fue complejo dar aviso del siniestro a Bomberos y las llamas avanzaron, mientras algunos hacían intentos por controlarlas.
Frente a ese relato, es imposible no recordar un hecho similar ocurrido con la escuela en la isla de Mancera el año pasado u otras situaciones parecidas en áreas rurales, donde los incendios multiplican sus efectos, debido a que no existen medios para un primer combate.
La voluntad regional de apoyar estas "zonas rezagadas" apunta en esta dirección y claramente es la correcta, para que la igualdad de oportunidades en todo el territorio sea un hecho y no un discurso. Con situaciones como la registrada en Los Pellines, queda en evidencia que es necesario profundizarla y ampliarla, para adelantarse a las necesidades y no comenzar recién a visualizarlas cuando una tragedia las pone en evidencia.
Es de esperar, entonces, que los esfuerzos anunciados de parte del ministerio de Educación, de la municipalidad de Valdivia y de la Subsecretaría de Desarrollo Regional, se activen y coordinen en beneficio de la comunidad, rápida y eficientemente.