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"A flor de piel"

El escritor español Javier Moro, dedicado a rescatar hechos y héroes olvidados, presentó esta semana en Santiago su nueva novela "A flor de piel", que narra la llegada a América de la vacuna para frenar la viruela en 1803.
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Hace algunos años el escritor español Javier Moro dio por casualidad con esta hazaña y la convirtió en la novela "A flor de piel", que presentó esta semana en Santiago. En el siglo XIX, la viruela era uno de los problemas de salud más complejos que enfrentaba la humanidad. La enfermedad diezmaba ciudades enteras en América y los mismos gobernantes estaban en jaque.

Las vidas que se llevaba el virus significaban una reducción de la mano de obra para los colonos españoles y también un golpe directo a las monarquías. La línea de sucesión de los Habsburgo de Austria, por ejemplo, se vio alterada por la viruela, que no solamente causaba la muerte, sino que además dejaba marcadas a sus víctimas con cicatrices, en muchos casos indelebles.

En ese tiempo, el rey Carlos IV pidió hacer algo para aliviar la crisis sanitaria. "La viruela no conocía jerarquías, la propia familia de Carlos IV fue azotada por la viruela, que incidió más en la historia de España que cualquier grupo humano", dice Moro sobre los hechos que inspiraron su nuevo libro.

El ganador del Premio Planeta 2011 por "El imperio eres tú", salió este año a acompañar a "A flor de piel", que lanzó en mayo y que ficciona esta historia real para darles corazón y espíritu a personas que existieron, pero cuyo carácter quedó olvidado con el paso de los años.

"Es una historia muy desconocida", dice el español, que la encontró por casualidad un día, cuando visitó el Jardín Botánico de Madrid, institución que tiene más de 200 años. Hasta donde él sabía, iba a ver un jardín. Sin embargo, ese lugar atesora toda la documentación de las grandes expediciones científicas españolas.

Conversando sobre esas expediciones con la directora del Jardín Botánico, ella le contó sobre la hazaña de la vacuna, que era muy desconocida y cuyos protagonistas habían sido niños huérfanos. "Todo me pareció tan descabellado, tan loco, que me llamó la atención", dice Moro, quien luego se obsesionó y recopiló todo lo que existía sobre la expedición y más.

Uno de los personajes que más llamó su atención fue la única mujer que participó del viaje, la gallega Isabel Zendal, una adelantada a sus tiempos que, pese a haber nacido en un hogar muy pobre, con padres campesinos, huyó de aquel destino hacia La Coruña, en busca de mejores posibilidades.

Ella soñaba con algo distinto para su vida, sabía leer y escribir y tenía ambiciones, como llegar a América, la tierra prometida. Sin embargo, al convertirse en madre soltera las opciones se redujeron. Para aquella época, eso era una mácula imposible de borrar.

"Estuve en Galicia. donde se crió. Estuve con los herederos de los Zendal, siguen siendo campesinos allí", cuenta el autor y agrega: "Hice lo posible por meterme en todos los archivos posibles e imaginables". Para Moro, que tiene estudios de Historia y ha publicado siete libros, "ha sido una historia muy complicada de hacer", por la dificultad que implicó que no existiera documentación, como diarios personales.

"La precisión se puede siempre que tienes los documentos para llegar a ella, pero hay una parte en que tienes que suplirla con la imaginación, porque aquí no había documentación de tipo personal", explica Moro.

Eso fue lo que hizo con ayuda de sicólogos que lo asistieron en la creación de las personalidades que retrató con detalle.

"Había información sobre Balmis, poca sobre Salvany y sobre Isabel Zendal no había nada", cuenta. Así fue que través de un periodista que había investigado el tema, pudo dar con datos del origen de la única mujer de la historia, que le fueron aportando rasgos para sumarle al personaje en el libro.

Escribir esta novela para Moro fue rescatar del olvido a esos héroes. "Se puede dividir la historia de la humanidad entre un antes y un después de la vacuna. Su descubrimiento supone salvar mil quinientos millones de vidas desde entonces", sopesa. "El libro está cumpliendo su cometido: rendir un tributo a los que arriesgaron la vida por salvar a los demás", agrega.

Olores, colores, sabores. Eso es más eficaz que cualquier libro de historia. Un libro de historia te va a dar las fechas, va a seguir un método historiográfico, pero apela al conocimiento; una novela histórica apela al sentimiento, a la emoción.

Por estos días de promoción y viajes acompañando a su libro, Moro busca, y con dificultad, el tiempo para comenzar en una nueva novela, para la que aún no encuentra el tema y que le tomará, seguro, varios años más publicar. Todavía no sabe si ocurrirá en Asia, Europa o nuevamente en América. Eso lo sabrá cuando nuevamente dé con alguna historia olvidada para recuperar.

Moro narra en su libro que la vacuna contra la viruela supuso salvar mil quinientos millones de vidas en el siglo XIX.

Javier Moro

Editorial Planeta

496 páginas

$15.900

En 1803 zarpó desde La Coruña, España, una corbeta con dos médicos, 22 niños huérfanos y una mujer a bordo, para cumplir con una de las primeras misiones humanitarias de la historia: llevar la vacuna contra la viruela a América y parte de Asia. Esa historia había permanecido, hasta ahora, bastante escondida del conocimiento público.

Los héroes

La historia la protagoniza el médico Francisco Xavier Balmis y su ayudante, Josep Salvany, que llevaron la vacuna descubierta por Edward Jenner a flor de piel, como dice el título de la novela, a través de niños huérfanos, pues debía transportarse viva.

Ellos eran inoculados con una cepa bovina de la viruela, que no era letal en seres humanos y que provocaba la inmunización de las personas a la mortal enfermedad, por lo que se podía difundir de "brazo a brazo".

-¿Por qué cree que esta historia pasó al olvido?

-Porque hay una tendencia a olvidar esas historias que no conllevan muertos, guerras. Y luego, esto ocurrió en un momento en que España estaba en la ruina total, el Rey estaba secuestrado en Bayona y este rayo de luz en el ocaso del imperio fue eclipsado por otros hechos. Luego Isabel Zenda murió en México. Eso ayudó a que se perdiera la memoria de ella.

- ¿Cuál es el límite entre la realidad y la ficción? ¿Cuál es la distancia que toma de la realidad?

- Yo escribo novela, entonces, límite no hay. Pero procuro poner siempre el listón lo más alto posible y estar lo más cerca posible de los hechos históricos, me gusta inventar lo mínimo y si lo hago, es para recrear con la ficción una realidad que por los datos no consigo.

- ¿Con qué se compromete la novela histórica? ¿Con la historia, con los hechos, los personajes?

- Con los hechos no, pero con la historia sí. No hay un mejor invento para viajar en el tiempo que una novela histórica buena, donde a través de la literatura se recrea una época histórica.

"La precisión se puede siempre que tienes los documentos para llegar a ella, pero hay una parte en que tienes que suplir con la imaginación".

dinko eichin frost

Sirios en Valdivia lamentan la situación que atraviesan hoy en su país de origen

AYUDA. Razouk Kouro y Keryakos Hanna tienen familiares en esa zona, quienes desean emigrar por causa de la guerra. Kouro incluso dice estar dispuesto a alojar a una familia siria en su casa.
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Claudia Muñoz David

Todos los días Razouk Kouro -dueño del supermercado Hiper Kor- busca noticias sobre el conflicto en Siria a través de Internet. Él llegó a Chile desde ese país en 1971, cuando tenía 15 años, pero nunca ha dejado de estar vinculado con su tierra. Mucho antes de que el mundo se conmoviera con la muerte del pequeño Aylan Kurdi en las costas de Turquía, Razouk sabía que lo que estaba ocurriendo en esa zona del planeta -guerra civil, además de conflictos religiosos- es grave. Especialmente porque él mismo no ha podido comunicarse con gran parte de sus familiares desde 2011. Simplemente no sabe dónde están.

También por otra cosa. El año pasado se casó con Amira Sarkhuach, una mujer siria que había huido de su país y que en ese momento vivía en un campamento en el Líbano. Ella ahora vive en Valdivia. No habla español, pero dice que le gusta aquí, porque es una ciudad muy tranquila.

Razouk Kouro está completamente de acuerdo con que lleguen sirios a Chile en calidad de refugiados. "Tenemos que dar humanamente la mano a todos los que lo necesitan. Los campamentos no dan abasto y lo que está pasando en Siria es muy triste, a mí, al menos, me emociona mucho. Los gobernantes del mundo deben ser un poco más humanos", explicó.

Incluso está dispuesto a alojar en su casa a una familia siria, pero sabe que los trámites para lograrlo son difíciles. "Mi esposa todavía no tiene la residencia, lleva un año acá pero todavía está en trámite. No puedo inscribirla en la Isapre, incluso a pesar de que yo avalo su bienestar. Chile ha cambiado mucho, ya no es tan abierto a recibir extranjeros como cuando llegué", dijo. Sin embargo, él está muy contento de que Amira esté aquí. "Ella está feliz, se acostumbra. Prefiere aquí más que la guerra o estar en un campamento donde hay agua una hora al día o viene un camión a dar a la gente agua. Es muy difícil vivir en un campamento de refugiados. Ellos no saben cuándo va a terminar la guerra y sus ciudades están destruidas", aseguró.

Llegada reciente

Keryakos Hanna llegó a Valdivia en 2010, un año antes de que comenzara la guerra en Siria. Él dejó su país porque es cristiano y la convivencia con los musulmanes en esa tierra es compleja. Es peluquero, demoró seis meses en aprender castellano -aunque ahora entiende más de lo que puede hablar- y actualmente administra un estacionamiento en calle Carlos Anwandter. No ha sido difícil para él acostumbrarse, porque "somos de mente abierta, no cerrada como hay gente que cree".

Sobre la situación actual de Chile asegura que "cuando vi lo que pasó con el niño (Aylan Kurdi) fue muy triste porque el niño no entiende nada. No sabe por qué la guerra. Eso más duele, porque es injusto".

La mayor parte de su familia vive en Europa, en Suecia. Solo una hermana suya y sus hijos están en Siria, en la ciudad de Alhsake, ubicada cerca de Turquia. "Ellos quieren ir a Europa, quieren salir de Siria por la guerra. No hay luz ni agua ni internet y viven con miedo. Eso es lo más importante". Aunque dice que en estos momentos en su ciudad la situación está más tranquila que en el mes pasado, su ciudad está destruida.

"Allá es muy difícil todo. Yo prefiero quedarme acá y volver allá solo de vacaciones. Yo creo que me quedaré en Valdivia, me gusta", aseguró.

"Cuando vi lo que pasó con el niño (Aylan Kurdi) fue muy triste porque el niño no entiende nada. No sabe por qué la guerra. Eso más duele". Keryakos Hanna Sirio en Valdivia desde 2010

"Tenemos que dar humanamente la mano a todos los que lo necesitan. Los campamentos no dan abasto y lo que está pasando en Siria es muy triste". Razouk Kouro Sirio en Valdivia desde 1971

La situación de refugiados

Hace unos días la Presidenta Michelle Bachelet anunció la posibilidad de dar acogida a un grupo de refugiados sirios -entre 50 y 100 familias- ante la crisis humanitaria que mantiene esa nación. Genaro Muñoz, del departamento de Extranjería de la Gobernación Provincial de Valdivia, aseguró que "el refugiado tiene que reunir una serie de requisitos, como vivir en un estado de conmoción social, económica o desastre natural que le da un estatus diferente, porque ellos están obligados a salir de su país. Cuando tenemos una solicitud de refugio tenemos que hacer una entrevista presencial", explicó. En la provincia, si alguien quiere solicitar refugio debe llegar hasta el país por sus propios medios. Muñoz dijo que en Valdivia, en los últimos 17 años ha llegado solo una persona en calidad de refugiada.