Vecinos del pasaje Parasol de Valdivia detuvieron a un menor de 15 años, iniciales B. C. M., al que sorprendieron dentro del patio de una vivienda, cuando intentaba sustraer especies desde un vehículo estacionado dentro de la propiedad. Señalaron que el ladrón ingresó a la casa, luego de escalar una pandereta de un metro 70 centímetros de alto, pero que no alcanzó a robar nada. Los mismos vecinos, alertaron a Carabineros de la Tenencia Mogollones que acudieron y detuvieron al menor.

Hombre de Río Bueno extraviado en fiestas patrias apareció muerto

Muerto apareció e el sector de El Arrayán, en Río Bueno, Gustavo Orlando Riquelme Campos, de 56 años, quien estaba extraviado desde el pasado 19 de septiembre, según una denuncia por presunta desgracia, que sus familiares habían hecho en el retén de Carabineros de Carimallín. El cadáver del hombre, no tenía lesiones atribuibles a tercera personas, según un informe preliminar de la Brigada de Homicidios de la PDI, que se constituyó e el lugar, a requerimiento de la Fiscalía.

Malestar existe entre los vecinos de la Villa Galilea, ubicada en la prolongación de la calle Arica de Valdivia, porque cada día pasadas las 19 horas, son varios con conductores que llegan con sus vehículos para convertir esa arterias en velódromos y hacer carreras clandestinas.

Uno de los vecinos, Barra Cabrera, dijo que se trata de "vehículos enchulados a alta velocidad, con tronadores muy molestos, que corren hasta muy tarde de la noche, causando un ruido que causa malestar e interrumpen la paz , la tranquilidad y la seguridad, que todos anhelamos tener".

SERíAN MENORES

Según la misma denuncia, hay vecinos que pueden afirmar que "estos vehículos son conducidos por menores de edad, lo que es aun más peligroso".

Sin embargo, eso no sería todo, porque quienes viven en la Villa Galilea, también observan cómo otros conductores "estacionan sus máquinas sobre los bandejones centrales de la calle, lo que es una lástima, porque con mucho esfuerzo, varios de nosotros hemos plantado flores para hermosear el lugar, nuestra villa".

Reclamos

Los vecinos del sector, dijeron haber reclamado en su oportunidad a los organismos competentes, pero que "al parecer no pasa nada, porque seguimos viendo hasta con horror y temor, como cada tarde, cada noche, nuestra villa se transforma en un velódromo y los bandejones en un parque de estacionamientos".

Pidieron que Carabineros, "tome cartas en el asunto y se preocupe, sancionando a los irresponsables, que en uno de estos días, causarán un accidente que podría ser fatal".

Juan Vargas Oñate

En medio del dolor de sus dos hijas y nietos fue sepultada ayer en el Parque Los Laureles, Fernanda Segunda Calisto Zumelzu, de 83 años, la mujer que el pasado jueves vio muy acongojada cómo un incendio destruía su vivienda de dos pisos en Pedro Montt 1802.

Según relataron sus familiares, no resistió a la pena y una hora después de haber sido trasladada de urgencia al Hospital Regional, falleció de un paro cardíaco.

Su corazón no tuvo cabida para el consuelo, que su hija María Angélica, quien vivía con ella, y sus vecinos, le daban ese día, mientras con impotencia observaba cómo el fuego arrasaba su bien más preciado, donde vivió por más de dos décadas.

Dolor

Fernanda Calisto, oriunda de La Unión, estaba radicada en Valdivia hacia 40 años; y su corazón ya había quedado delicado, cuando en noviembre de 2011, su hijo mayor, Marcelo Rodríguez, entrenador de tenis del Club Deportivo Asenav, murió en un accidente de tránsito entre Paillaco y Valdivia.

Su hija, María Angélica, señaló que entonces su madre quedó resentida por la pena de esa tremenda pérdida. Y un años antes, también había perdido a su esposo, Arturo Rodríguez.

Personas que estaban junto a ella el día del incendio, recordaron ayer, que en un momento dijo que le dolía mucho el pecho, por lo que llamaron la ambulancia.

No es el final

Durante la misa por el eterno descanso de su alma, realizada en la parroquia Sagrados Corazones de Valdivia, llegaron sus amigos a expresar las condolencias para las hijas y sus nietos.

Mireya del Carmen, otra de sus hijas, agradeció a los presentes la compañía en el difícil momento, destacando el valor espiritual y moral que su madre les dejaba para toda la vida. "Su perseverancia y el amor hacia nosotros, su familia. Siempre fue una mamá y lo seguirá siendo", dijo.

El sacerdote dijo que los cristianos sabían que "la muerte no es el final, si no el comienzo de una vida con el Señor".