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Arquitectura
La celebración, ayer, del Día Mundial de la Arquitectura, aparece como una oportunidad para cuestionar algunos convencionalismos de la disciplina en la sociedad contemporánea. Cuando escuchamos hablar con grandilocuencia de un supuesto rol político del arquitecto, sucede que nos mienten un poco.
Un poco, porque la definición de ese rol puede resultar tan imprecisa como la propia definición de arquitectura. Imaginar la existencia de un papel disciplinar en política, apartado de lo meramente ideológico o discursivo, nos aproxima naturalmente a uno de los ámbitos más recurrentes en el quehacer profesional: lo público. ¿Será que tener algún rol en el ámbito público es lo que otorga a los arquitectos cierta militancia? Veamos. Si la respuesta solo apuntara, por ejemplo, a encabezar ministerios afines o comisiones parlamentarias relacionadas con vivienda o cultura, entonces una sensación de desaliento se apoderaría del gremio. Es así como el liderazgo permanente de los intereses profesionales frente a la autoridad de turno o la opinión pública recae en la figura del presidente(a) del Colegio de Arquitectos a nivel nacional y local. Por fortuna, no es ésa la última instancia en la que el rol disciplinar opera positivamente en la sociedad. Desde el punto de vista de su injerencia, la labor de centenares de colegas que se desempeñan en el sector público, ya sea como asesores o contraparte técnica de diversas autoridades, aparece como clave en la formulación e implementación de iniciativas que apuntan a mejorar nuestra calidad de vida. Con el mismo entusiasmo, arquitectos trabajando desde la sociedad civil aportan al desarrollo del país desde plataformas diversas tales como organizaciones territoriales, ONGs, universidades y oficinas. Con todo, tomar nota de un conjunto de acciones relacionadas con la esfera pública no parece suficiente para responder sobre un rol político de la arquitectura.
Es posible convenir en que hay algo transversal en el oficio del arquitecto que antecede siempre su actuar, y es la capacidad de nombrar las cosas antes de que ellas siquiera existan. Es a través de las palabras que damos primero vida a los espacios, edificios o lugares que conjurarán aspiraciones colectivas con posterioridad. Es una capacidad que ejercitamos con responsabilidad y ética militante, y que seguiremos ofreciendo desde el rol que nos toque, sea político, público o simplemente ciudadano.
Emil Osorio Schmied Arquitecto Master of Architecture; Académico Facultad Arquitectura y Artes, Uach.
Bandera en la copa
Acabamos de celebrar el Octavo Aniversario de la creación de la Región de Los Ríos, se están realizando muchos esfuerzos para potenciar la Región turísticamente y estamos a menos de 3 meses de que Valdivia sea la Capital Americana de la Cultura 2016.
Por esos motivos sugiero visualizar estos acontecimientos en una construcción emblemática y visible en todo Valdivia y alrededores: pintar la bandera valdiviana en toda la circunferencia de la parte superior de la copa de agua de Aguas Décima en Avenida Picarte, que sobrevivió el megaterremoto de 1960.
Apelo a todas las personas que están involucradas y/o apoyando en la preparación de los eventos de Valdivia como Capital Americana de la Cultura consideren la realización de mi propuesta.
Alberto Horzella Rademacher ajhorzella@gmail.com
Forados en el puente
Soy valdiviana y por ello para mí es muy importante que nuestra querida ciudad, luzca bella y se muestre al país y extranjero como una ciudad emergente.
Estoy preocupada por los enormes forados que hay en los dos extremos de acceso al Puente Pedro de Valdivia. Los que ya sabemos que cada cierto tiempo aparecen, les hacemos el quite, pero una persona que viene por primera vez a nuestra ciudad, cae en él y se puede sufrir un accidente. Si bien es cierto a la construcción del puente Pedro de Valdivia no le podemos pedir más, pero sí podemos pedirle a las autoridades que mantengan como corresponde este acceso "único" hacia la costa y viceversa. Pronto nos empezarán a visitar muchos turistas y tenemos que entregarles lo mejor de nosotros.
Llamo a las autoridades que les corresponda, que tomen cartas en el asunto y le den una solución, que me imagino será de parche, puesto que para una obra mayor no estamos en condiciones, ya que es la única vía de conexión con la ciudad. ¡Qué falta nos hace otro puente!
V.Montesinos
Presupuesto 2016
El presupuesto del 2016 no es austero y nos vamos a endeudar: Chile sólo crecerá menos de la mitad (2.5) de lo que el gobierno va a gastar (6,4). Un presupuesto que prioriza el gasto por sobre la inversión es un mal presupuesto. Lo más peligroso de todo esto es que en este presupuesto Bachelet, sabe que no tendrá el dinero con crecimiento, ni piensa en ahorrar y está pidiendo permiso para pedir prestado en el extranjero y endeudar a los chilenos en 9.500 millones de dólares, para cubrir en parte, este aumento del gasto fiscal.
Henry Azurmendi ex intendente Los Ríos