Lamentable y vergonzosamente, otra vez Chile se ha convertido en escenario de un repudiable delito: la colusión. Nuevamente, dos poderosos conglomerados empresariales han elaborado un minucioso proceso para eludir la norma antimonopolio y las más básicas reglas de la economía de libre mercado, con el fin de sacar a la competencia del camino y ver engordar cada día más, sus utilidades. Un premeditado y bien organizado delito que aumenta las brechas de desigualdad de nuestro país, en donde el más rico se hace más rico, poniéndole cuesta arriba la vida a las personas de medios y bajos ingresos.
Quienes resultan víctima de un episodio de colusión, no son más que los micro, pequeños y medianos empresarios, y por cierto, la ciudadanía. Con respecto a las Mipymes, claro está que en estas circunstancias, sería como tratar de que un ciervo le ganara a un león hambriento. Anuladas las posibilidades de competir lealmente, las Mipymes no tienen otra opción que ver como su esfuerzo se atora en un espiral sin fin que nunca logra concretar el anhelado crecimiento. Una situación injusta, egoísta y desesperanzadora.
Sin embargo, en especial quiero referirme al perjuicio que este tipo de casos provoca sobre la gente vulnerable.
Cada mes, son muchos los chilenos que batallan por cubrir necesidades, con sueldos que apenas logran cubrir las más básicas; y ni hablar de la situación de nuestros adultos mayores, que luego de toda una vida de trabajo deben sobrevivir duramente con paupérrimas pensiones.
Frente a estas realidades, la colusión se hace más grave que una simple de falta de humanidad y ética, porque se están enriqueciendo a costa de inocentes que terminan el mes de rodillas para vivir decentemente. Es abominable que empresas que facturan millones, manejen los precios de artículos de primera necesidad como los pollos, los medicamentos, y ahora, el papel tissue.
Hay que enseñarles a estos "cultos y grandes" empresarios que su apetito por crecer tiene un límite que raya en lo ético y lo moral, más allá de lo económico.
Es el momento de ponerse los pantalones y establecer límites para estos personajes que le han robado a la gente de Chile.
Iván Flores García Diputado