Una joven corre por un parque. Paralelamente, una pequeña niña juega con una muñeca en su casa. De pronto ambas realizades se cruzan con un macabro resultado. Esta es la historia de "Voodoo child", cortometraje de dos minutos de duración escrito por Romy Valenta y dirigido por Cristóbal Durán, que fue seleccionado en la competencia del festival internacional de cine de terror Blood Window TV.
Al certamen se inscribieron 207 obras y solo 12 fueron seleccionadas para definir al ganador a través de votación popular. Todos los cortometrajes están disponibles en el sitio www.bloodwindowtv.com y hasta el momento el ranking de preferidos lo lidera "Pan de muerto" de México con 596 preferencias. El filme valdiviano, y único chileno en la competencia, está en undécimo puesto con 63 votos, solo por delante de "Heaven & hell" de México con 19 sufragios. La votación será hasta el miércoles 2 de diciembre. Un día depués se conocerá el ganador. El premio consiste en exhibiciones del cortometraje en Ventana Sur de Buenos Aires y en las galas de Blood Window Marche du Filme del Festival de Cannes del próximo año
Las motivaciones
"Voodoo child" es la segunda colaboración entre valenta y Durán, también responsables del cortometraje "B-collection". Con ambos obtuvieron premios en el Festival de Cine de Terror y se repartieron las labores de escritura de las ideas y su posterior rodaje. "Con Cristóbal discutimos las historias, pero cada cual se encarga de las áreas en las que es especialista. En este caso optamos por un relato que no fuera tan típico del género y a eso le sumamos el tener que trabajar con pocos recursos", dice Romy Valenta.
El cortometraje fue autogestionado y realizado en aproximadamente cinco horas de trabajo en terreno en un día, en dos locaciones y con tres actrices en escena: Ignacia Vidal, la corredora y Fernanda Benavides, la niña que juega con una muñeca. Alejandro Contreras se encargó del sonido y María Izquierdo del maquillaje y efectos especiales.
Cristóbal Durán, explica las claves de la obra: "Lo hicimos todo muy rápido. Romy tiene una forma muy visual de escribir y eso me permite llegar a los lugares con los planos precisos, con la historia más clara. Lo que hicimos fue casi un proceso de edición en cámara, donde la improvización fue en base a ciertos límites. El cortometrajes es bastante minimalista y una de las claves para hacerlo más efectivo es jugar con los sonidos, que además es algo escencial del género de terror".
12 cortometrajes son parte del certamen en que la obra valdiviana es la única representante de Chile.
2 minutos dura el filme que además es la segunda obra de terror de Romy Valenta y Cristóbal Durán.