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Buscan extender garantías a productos como electrodomésticos y automóviles

SENADORES. Una moción parlamentaria quiere dar más protección al consumidor en la compra de bienes durables.
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Una moción parlamentaria que será analizada por la Comisión de Economía del Senado, propone extender las garantías en productos no consumibles que tienen una vida útil más extensa, como electrodomésticos, los productos tecnológicos o los vehículos.

La iniciativa propone modificar la ley 19.496, que establece normas sobre protección de los derechos de los consumidores, estableciendo garantía para los bienes durables, que son aquellos que no son consumibles.

La moción fue ingresada por las senadoras Jacqueline Van Rysselberghe, Ena Von Baer y los senadores Víctor Pérez Varela y Eugenio Tuma y en ella los parlamentarios destacaron que la actual norma "cuando regula la garantía a que tiene derecho el consumidor, no hace distingo alguno en relación al bien que es objeto del acto de comercio, fijando un plazo de garantía estándar de 3 meses". Y agregaron que "tratándose de bienes durables, rara vez las dificultades se presentan tan tempranamente y fijar la garantía legal en el breve plazo establecido, prácticamente equivale a dejar dicho producto sin garantía".

Este hecho, según manifestaron en la iniciativa los senadores, ha provocado que las empresas generen un negocio de garantías comerciales, "garantías extendidas e integración ve»rtical, con condiciones fijadas unilateralmente, en perjuicio de los consumidores".

EE.UU. sorprende al FMI al aprobar una reforma que da más peso a emergentes

VOTACIÓN. Pese a que tuvo varios reveses, la propuesta finalmente logró pasar por el Congreso estadounidense. La iniciativa beneficia principalmente a países como China, India y Brasil, que subieron en su representación.
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El Congreso de Estados Unidos logró a última hora y de manera inesperada sacar adelante uno de los principales reclamos del Fondo Monetario Internacional (FMI), la reforma del sistema de cuotas para otorgar mayor peso político a las economías emergentes en la institución.

Desde 2012, la directora del Fondo, Christine Lagarde, no había dejado de instar y criticar a EE.UU., por su retraso de cara a la propuesta de reforma interna del organismo para reflejar el ascenso de potencias emergentes como China o Brasil.

Estos países, centrados en torno a los BRICS (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica), elevaron el tono de sus quejas a Washington por su incapacidad para ratificar una reforma de la que EE.UU. había sido impulsor.

De hecho, en los últimos dos años los emergentes decidieron lanzar varias instituciones alternativas al FMI o el Banco Mundial, como el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII), impulsado por Beijing; el Nuevo Banco de Desarrollo y el Fondo de Reservas de los BRICS.

En la reunión del G20 en Turquía en noviembre, los gobernantes de los BRICS expresaron su "profunda decepción" por la falta de progresos en la reforma de los organismos financieros internacionales, dominados por las potencias occidentales.

Por eso fue una sorpresa cuando el 18 de diciembre, los congresistas estadounidenses aprobaron un gran paquete presupuestario para el año fiscal 2016 por US$ 1,15 billones, entre cuyasprovisiones incluyeron la luz verde a la reforma del FMI.

Lagarde celebró en un comunicado la decisión como un paso hacia un FMI "más moderno y representativo". "Mejorará la gobernanza del Fondo al ofrecer un mejor reflejo del creciente papel de los dinámicos países emergentes y en desarrollo en la economía global", afirmó.

Hace unos meses las perspectivas eran más sombrías. En la última Asamblea Anual del organismo, celebrada en Lima en octubre, pocos de los asistentes se mostraban optimistas sobre la reforma y plantearon la búsqueda de escenarios alternativos.

Muchos lamentaron el tiempo perdido por un Congreso, de mayoría republicana, demasiado obsesionado con pelear contra cualquier propuesta del Presidente Barack Obama, quien intentó adjuntar la reforma del FMI sin éxito a una decena de propuestas legislativas.

La reforma, a la vez, conlleva duplicar los fondos disponibles de la institución para prestar a países en crisis hasta los US$ 755 mil millones.

Pero el voto republicano tuvo condiciones: el legislativo deberá aprobar cualquier participación de EE.UU. en préstamos extraordinarios del FMI más allá de 2022 y el representante en el organismo deberá informar al Congreso de su votación a favor de un crédito de gran volumen.

Los principales beneficiados tras la reforma interna son China, que pasará a ser el tercer país en representación desde su actual sexto puesto y se colocaría por delante de Francia, Alemania y el Reino Unido; la India, que subirá al octavo del undécimo; y Brasil que será el décimo.

La cuota de Estados Unidos en el FMI seguirá siendo mayoritaria, mantendría su capacidad de veto y solo se vería reducida ligeramente, desde el 17,69 % actual hasta el 17,40 %.

Antecedentes

El pasado 18 de diciembre el Congreso de EE.UU. aprobó la reforma del sistema de cuotas del FMI.

Esto con el objetivo de dar mayor peso político a las economías emergentes en la institución internacional.

Desde 2012, la directora Christine Lagarde, había instado a EE.UU. por su retraso en el impulso de la propuesta.

El voto republicano en el Congreso de EE.UU. puso como condición que se deberá aprobar cualquier participación en préstamos sobre 2022.

Los principales beneficiados tras la reforma interna son China, India y Brasil, que suben en representación.