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Caja de Los Andes realiza tres talleres en la Escuela de Verano de la USS

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Por segundo año consecutivo y en el marco de un convenio de colaboración, la Caja de Los Andes realiza los talleres de Tai-chi, Bordado Ruso y Baile Folclórico, en la IX Escuela de Verano del Adulto Mayor (Evam) de la Universidad San Sebastián.

Una de las presentaciones más esperadas en el cierre de los talleres de la Evam es la del Baile Folclórico. Para Bárbara Reyes y Javiera Astete, monitoras del curso a cargo del profesor Carlos Carrasco, las actividades son todo un desafío para los adultos mayores, que con disciplina las han sabido llevar adelante. "Los asistentes tienen mucha energía y entusiasmo", coinciden.

asistentes

Para Carmen Jara, lo fundamental del Tai-chi (disciplina oriental basada en movimientos suaves) son los beneficios físicos y mentales que se logran. "Practico hace 12 años, desde antes de pensionarme, porque me servía para el estrés. Es excelente que lo dicten de forma gratuita", expresó.

En tanto, Sonia Montero, quien asiste al taller de Bordado Ruso, comentó que la técnica ha sido todo un descubrimiento. "Es complicado, distinto, no me imaginaba cómo era y realmente es bonito. La voluntad de la profesora me ayuda. Estoy agradecida por esta posibilidad de aprender".

Caja Los Andes

Basny Vega, gerente de la sucursal Valdivia de la Caja de Los Andes, indicó que "estas actividades permiten potenciar los beneficios que entregamos . La Escuela de Verano USS es una de las actividades más atractiva en época estival".

Víctor González: un hombre criado a pulso y cuequero de corazón

EXPERIENCIA. A los 93 años, este valdiviano se ha formado autodidactamente y siente que el folclore ha llenado un espacio vacío.
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Víctor Heriberto González nació el 10 de marzo de 1922 en Cabo Blanco, Valdivia. Es un hombre de esfuerzo que hasta hace poco trabajó en su puesto de la feria fluvial, local que ahora maneja uno de los nueve hijos que tuvo con Georgina Aros.

Él fue criado por su padrastro y dos hermanos mayores, porque su madre falleció cuando era pequeño. Jugaban en el campo, donde creció junto con los animales. Cuando era más grande, como a los 12 o 13 años, lo mandaban a buscar el ganado y encerrar a los animales.

Aprendió a leer y escribir en forma autodidacta a los 16 años, porque su familia no le permitió estudiar, ya que tenía que trabajar.

Además de cuidar a los animales en el campo, otra de sus labores era viajar hasta Valdivia a vender las hortalizas que cosechaban. Una locataria vecina lo ayudaba con las cuentas, hasta que también aprendió a sumar y restar.

Entre recuerdos

¿Qué cosechaban en el campo de su familia?

-Plantábamos papas, choclos, repollo, habas y porotos. Eso era parte de las cosas que recolectábamos, para venderlas y así subsistir.

¿Hasta cuándo estuvo así?

-Hasta que me casé, en 1949, con Georgina Aros, con quien tuve nueve hijos. Ocho siguen con vida: Higinio, José, Ernesto, Carmen, Emilio, Víctor, Cristina y Eduardo, quienes aunque algunos viven más lejos, tratan de venir constantemente.

¿Ud. está trabajando ahora?

-Mire, hace dos años dejé de trabajar en el puesto que tengo en la feria fluvial y se lo entregué a uno de mis hijos, porque no tenía ningún lugar donde guardar mi mercadería y ya a mis años era más complejo poder traérmela todos los días.

Música, baile y viajes

Después de la muerte de su esposa, ocurrida en 1991, don Víctor se ha dedicado de lleno a una de sus pasiones: el folclor chileno y en especial, el baile. Pertenece al grupo Lluvias del Sur desde 1998 y ha viajado por todo Chile y Brasil.

¿Qué le gusta hacer?

-A mí. lo que me gusta hacer es bailar cueca y folclor, en el grupo al que pertenezco. Además, me encanta leer las letras de las canciones que vamos a bailar. Otra cosa que me gusta mucho es viajar.

¿A qué partes ha viajado?

-Conozco prácticamente todo Chile, desde Arica hasta las Torres del Paine. Estuve en uno de estos barcos que pasean por los glaciares y tomé whisky con hielos del sur. También por el tema del baile estuve en Brasil.

De todas las ciudades que ha conocido, ¿cuál es la que más le gusta?

-Bueno, uno siempre le da preferencia a su pueblo. A mí, la que más me gusta de todas es Valdivia. Incluso le escribí un poema, aunque me demoré como dos años, pero lo terminé.

En la música

Volviendo al tema de la música folclórica, ¿por qué le gusta ? y ¿qué es lo que le llama la atención?

-Desde joven, me gustaba ver bailar, por lo que me interesó aprender. Primero, con mi señora, pero no ingresé nunca a un grupo hasta su muerte en 1991. Me interesó porque uno sabe bailar cueca o lo intenta, pero no es como se baila en realidad. Entonces, yo quería saber a bailar bien cueca, porque tiene una coreografía que tiene que bailarse bien.

¿Qué otro ritmo folclórico le gusta bailar?

-De todo lo que bailamos en el conjunto folclórico, me gustan el vals chilote, cumbia, samba, milonga y tango. Estuve como tres años en un grupo de la Caja de Compensación La Araucana e íbamos para Los Lagos, San José de la Mariquina y otras ciudades, que ya no me acuerdo. Lo dejé de lado cuando me metí a otro grupo de baile.

¿Qué sensaciones le da el tema del baile a Ud.?

-A mí me gusta, porque me da la sensación de estar haciéndolo bien y que a las personas les gusta verme bailar. Ha llenado un espacio vacío en mí.

"A mí, lo que me gusta hacer es bailar cueca y los otros bailes folclóricos en el grupo al que pertenezco". "Aprendí a leer solo, a los 16 años me compré un libro y empecé a juntar letra por letra, hasta que ya aprendí".

Víctor González, Cuequero

Grupo folclórico Lluvias del Sur

El conjunto folclórico Lluvias del Sur tiene 18 años de existencia y lo integran 20 adultos mayores, que tienen entre 60 y 93 años y que ensayan dos veces a la semana, durante todo el año. Ayer se presentaron en el Encuentro Costumbrista de Niebla, donde fueron muy bien recibidos. El grupo tiene tres áreas de trabajo: músicos, cantantes y bailarines, quienes han recorrido el sur de Chile con la música y el 23 de enero tienen agendada una presentación en Fiesta de la Cereza de Tralcao.

Adulto mayor

Artrosis en los adultos mayores

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Director

Kinesiología UST

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la artrosis es la enfermedad reumática más frecuente entre los adultos mayores a nivel mundial. De acuerdo a datos de esta institución, cerca del 28 por ciento de la población mayor de 60 años presenta artrosis sintomática, y el 80 por ciento tiene limitaciones en el movimiento.

Si consideramos la esperanza de vida en Chile, se estima que de aquí al 2020 esta patología se transformará en una de las principales causas de discapacidad entre los adultos mayores, siendo la artrosis una enfermedad articular caracterizada por una alteración inicial a nivel del condrocito, asociada a una reacción reparadora proliferativa del hueso subcondral y a un proceso inflamatorio ocasional de la membrana sinovial. Sin tratamiento, se transforma en un proceso crónico, pudiendo llegar a la destrucción de la articulación afectada.

Es fundamental que nuestros adultos mayores reciban información respecto a esta enfermedad, para que se realicen diagnósticos oportunos, y vean opciones de tratamiento de esta patología, que como señalábamos puede tener resultados catastróficos en la calidad vida del paciente.

Existen factores generales y locales que favorecen la aparición de la artrosis o aceleran su evolución. Entre ellos se encuentran la edad, obesidad, herencia, factores climáticos, laborales, tensionales, alteraciones hormonales y metabólicas. Los factores locales son sobrecargas producidas por alteración de la fisiología articular normal, como desviación de ejes de las extremidades inferiores. Además de afecciones locales de la articulación como traumatismos, necrosis a vasculares, entre otras.

Algunos tratamientos simples y efectivos son la aplicación de calor local superficial (compresas calientes, baños termales) y calor profundo (ultratermia, ultrasonido). En los períodos menos sintomáticos, los ejercicios terapéuticos que mejoran la potencia muscular son de utilidad.

Eduardo

Cruzat