Abogado, magíster en Sociología, doctor en Filosofía y profesor universitario, redactor de columnas periodísticas. Así se puede definir a Carlos Peña, rector de la Universidad Diego Portales, quien estuvo en Valdivia hace pocos días invitado por la Universidad Austral, en el marco de la celebración de los 25 años de la Revista de Derecho de esa casa de estudios.

Durante sus días en la región de Los Ríos, Peña se dio tiempo para hablar sobre la actualidad que desafía al sistema de educación superior. En particular sobre la gratuidad, que comienza este año y a la cual la UDP también se sumó.

¿Por qué la UDP adscribió a la gratuidad?

-Por varios motivos, pero principalmente porque ante todo, los miembros de la universidad convergen con uno de los principios fundamentales de la gratuidad, que es que Chile necesita independizar los derechos de la educación, de la cuna. O sea, que el origen socioeconómico de las personas no obstaculice el tener al alcance las oportunidades educacionales.

La segunda razón es de índole intelectual. La UDP se esmera por ser una universidad plural y diversa, y dentro de esa diversidad nos interesa que también sea en el área socioeconómica: que haya personas de todas las clases sociales estudiando con nosotros, selectiva y exigente académicamente, pero pluralista en los alumnos que recoge. Y queremos proseguir en ese acto, porque una universidad más diversa que pone a dialogar entre sí a personas con trayectorias vitales distintas es una universidad más exigente, intelectualmente. Son mejores las universidades diversas que las uniformes.

En tercer lugar, porque la UDP se ha caracterizado por ser por más de dos décadas, cada vez más selectiva académicamente hablando, pero diversa socio económicamente y queremos ser fieles a esa trayectoria.

¿Cuál es el porcentaje de alumnos que ingresaron con gratuidad en la UDP?

-En nuestra universidad, el porcentaje de alumnos de los cinco primeros deciles es menor del 41%. Nosotros, el 2015 teníamos un 20% de alumnos dentro de los deciles incluidos en la gratuidad y esperamos que se incremente este año, pero no tenemos 100% claro el número, aunque según nuestros estudios debería ser un 25% de nuestro alumnado.

¿Cómo van a solventar el tema de la gratuidad? Porque adscribirse le genera pérdidas económicas a la institución.

-La UDP está experimentando el mismo fenómeno que todas las otras universidades. Con la gratuidad, el total de los fondos para distribución ha disminuido, porque el sistema de educación chileno es muy caro. Se gastan grandes cantidades de recursos, porque se gasta el 2.5% del PIB. Para verlo en comparación con el resto de los países que pertenecen a la OCDE, que gastan el 1.5% del PIB. Chile gasta muchísimo en educación superior.

Además, del total invertido por Chile, el 60% lo solventan las familias mediante deudas o recursos propios. Entonces, el objetivo de la política pública gubernamental es sustituir parte del gasto familiar con rentas generales, pero eso exige disminuir el monto y en su conjunto está experimentando una adecuación a la estructura de costos y es inevitable que así sea. Lo que creo que va a ocurrir es que va a disminuir el monto total de entrega del sistema, pero al mismo tiempo esa cantidad de recursos se va a repartir entre menos instituciones, porque dentro de las muchas que hoy forman parte de la educación superior, es probable que tiendan poco a poco a languidecer, tener menos alumnos e influencia y finalmente a cerrar.

No es razonable que un país que tiene 18 millones de habitantes tenga 60 universidades y más de 100 IP y CFT, es excesivo. Muchos atienden a una pequeña porción de estudiantes en condiciones muy precarias, con pocos recursos y son estudiantes a veces muy carenciados y con desventajas, por lo que es mejor tener menos instituciones, pero de mejor calidad.

¿Usted cree que entonces se logrará la meta del 100% de gratuidad en la educación superior?

-Yo creo que no va a ocurrir. Lo que va a pasar y el gobierno lo sabe, es que de aquí al 2020 es muy difícil que aumente la cantidad de deciles con gratuidad . Se va a mantener en el 50% y lo que va suceder es que se integrarán más instituciones, en especial del sector técnico profesional.

universidad austral

¿Cuál diría que es la relación entre la UDP y la Universidad Austral de Chile?

-La UDP tiene casi 34 años y es una de las más importantes que en estos momentos existen en Chile. La relación con la Uach es muy cercana, porque tienen una similitud que valdría la pena subrayar y es que ambas son privadas y la UACh pertenece a la ciudad de Valdivia, en la mejor tradición universitarias. Hay que pensar que las universidades europeas en el siglo XIII y XIV se fundaron al amparo de las ciudades y sólo mucho más tarde, en el siglo XIX empiezan a ser concebidas como entidades estatales, a partir de la universidad napoleónica francesa. La Uach recoge esa bellísima tradición que es ser parte de la ciudad y expresar la formación más culta y reflexiva de ella. Además, ambas universidades son laicas y tienen una comunidad académica muy fuerte.

Demanda

¿Ha existido un auge de las escuelas de Derecho?

-Lo que ha habido en Chile en los últimos años es una masificación creciente de todo el sistema universitario, el que transitó de ser para una minoría que atendía a una delgada capa de la población, habitualmente la de más altos ingresos, a ser un sistema de masas, proveniente de todos los sistemas sociales. Hoy, la educación superior está incorporada en el horizonte educacional y profesional de todas las familias y no sólo en la carrera de Derecho, sino en todo ámbito.

Hoy día, la educación vinculada al área de la salud, experimentó en la admisión de este año una verdadera explosión de expectativa de postulación, con altos puntajes. Lo que estamos viviendo es una universalización de la educación superior en Chile y yo creo que es muy bueno.

¿Por qué cree que es bueno?

-Porque cuando todos los sectores sociales acceden a la educación superior, la ciudadanía se vuelve más ilustrada, más autónoma, más independiente e indócil a las elites y a la autoridad y todo eso contribuye a fortalecer -en el mediano plazo- la democracia. Además, que sectores socioeconómicos históricamente excluidos de la educación superior hoy día accedan a ella, debiera alegrarnos a todos.

Las dificultades más evidentes las conocemos todos. Puede ocurrir que haya un cierto desajuste en los programas universitarios que se ofrecen y las oportunidades laborales con las que los alumnos que egresan se encuentran. Eso es verdad, pero quizás debamos transitar hacia sistemas de formación general que permitan que los alumnos que egresen de las universidades sean más flexibles desde el punto de vista de su ubicación profesional en el futuro, como un college, todo eso es posible.

Sin embargo, todas estas dificultades no pueden hacernos olvidar lo fundamental: que una sociedad más ilustrada es una ciudadanía mucho mejor.