Noche Valdiviana
Con la colaboración ciudadana, la fiesta mayor del verano sureño llegará a un satisfactorio balance. Para la ciudad y sus autoridades se trata igualmente de un desafío.
Ha llegado el día más importante del año para la actividad turística en una amplia zona del país, el de la aguardada Noche Valdiviana, que además señala el final de las actividades estivales, en el marco de una jornada que lleva el sello de lo masivo, porque -con números más, números menos- moviliza a centenares de miles de personas hacia las riberas de los ríos Calle Calle y Valdivia.
La jornada se caracteriza también por la enorme cantidad de visitantes que llegan a la capital regional de Los Ríos solamente a presenciar el espectá-culo, que además contempla el lanzamiento de fuegos artificiales, para luego regresar a sus hogares, completando un periplo que agrega el sacrificio al placer de ser espectador.
Para la ciudad y sus autoridades se trata igualmente de un desafío, por la necesidad de responder a las expectativas de todo tipo que implica reunir a 200 mil o más almas en espacios menos amplios de los ideal. Ellas requieren que además del corso y el despliegue pirotécnico exista una adecuada oferta complementaria en servicios y, especialmente, en seguridad, porque tamaña multitud facilita la presencia de antisociales e irresponsables capaces de causar algún malestar a más de alguien.
Para que todo resulte de manera impecable resulta imprescindible que la ciudadanía colabore en materia de prevención de percances y también facilite el paso a quienes vienen especialmente por la Noche Valdiviana.
Ha sido una constante que nuestra gente ponga lo mejor de sí para conseguir el objetivo de convertir a la fiesta de finales del verano en el acontecimiento más importante del verano en todo el sur de Chile y por ello es que se debe continuar en la línea del respeto a las medidas adoptadas por las autoridades.
Es de esperar que los esfuerzos desplegados por quienes se desempeñan en la organización y cuidado de la multitudinaria reunión resulte de acuerdo a lo planificado y que nuevamente se pueda entregar un satisfactorio balance de lo vivido.