Cuatro mil personas se reunieron el domingo pasado en la Costanera de Valdivia para ver el básquetbol en pantalla gigante. Juntos vibraron cuando el Club Deportivo Valdivia derrotó a Universidad de Concepción por 78-76 en la Casa del Deporte, en la capital del Biobío. Cuando finalizó el encuentro, los hinchas hicieron una improvisada caravana, tocaron las bocinas de sus autos y celebraron hasta la madrugada.
Pero no solo en la capital de Los Ríos hubo celebraciones, hinchas emocionados y bocinazos. Los más fanáticos organizaron viajes hasta Concepción para estar ahí, junto con los jugadores, pasara lo que pasara. Entre ellos el grupo de amigos Marea Albirroja, liderado por Ricardo Rodríguez, de 46 años.
Son ellos quienes por su propia motivación entregan chaya, globos y serpentinas al público para llenar de blanco y rojo los gimnasios. Son quienes lanzan cánticos, animan a los jugadores y desconcentran a los rivales con sus gritos en los momentos clave. Hoy, Ricardo Rodríguez -quien asegura que desde adolescente ha seguido el fútbol, el básquetbol y el taekwondo e incluso trabajó como comunicador deportivo en radio y que ha involucrado en esta pasión a toda su familia- dice estar más entusiasmado que nunca con lo que pueda hacer hoy el CDV.
"Siempre uno tiene esa ilusión de ver al equipo de tu ciudad salir campeón y la verdad de las cosas es que tenemos pocas alegrías en el deporte masivo. Hemos tenido muchas alegrías en el remo, pero en el básquetbol y el fútbol no. Disfrutamos cuando subimos a Primera División en el 1987 con Deportes Valdivia y cuando en el básquetbol salimos campeones de la Dimayor en 2001. También con los casi casi de los años siguientes. Ahora, otra vez, estamos muy ilusionados. Desde la primera fecha yo sabía que este equipo haría cosas buenas", dijo.
-¿Qué señales vio en esa primera fecha?
-Lo sentí por el apoyo del público. Desde los 16 años que voy a los partidos y de todos creo que los últimos cuatro años habían sido los más malos. Pero en la primera fecha de la liga -cuando veníamos embalados con la Libsur, habíamos podido disputar un cuadrangular y veníamos de un casi casi- se notó una salida de ola que nos hizo pensar que arrastraría muchas cosas buenas. Cuando vi un Coliseo que tenía 900 personas -generalmente los que vamos siempre no somos más de 200- me alegré y pensé "esto viene para bueno", le dije.
-¿Y qué papel ha jugado el grupo de amigos Marea Albirroja en esto?
- Hacemos la fiesta antes, todo gracias a nuestra propia gestión. A veces nos dicen que somos la barra del CDV, pero no lo somos porque no tenemos contacto por los dirigentes. Solo queremos que el público se sienta partícipe y muestre alegría. Queremos ser el sexto jugador y creemos que lo hemos logrado, que ese sexto jugador fue fundamental para ganar los dos partidos en Valdivia y para que el equipo creyera que sí se podía. En Concepción también contribuimos, calentamos a la gente e hicimos mucha presión. Casi quedamos encima de la banca de Concepción y uno como hincha es apasionado, si puedo descontrolar a un jugador es estupendo. Me sentí halagado cuando el director técnico de Universidad de Concepción me apuntó y me hizo gestos obscenos, porque estaba más pendiente de lo que nosotros hacíamos que del juego propio. Doy gracias a todos los chicos que están en la Marea Albirroja, todos se entregan a esto.
-¿Cómo califica el desempeño de Manuel Córdoba durante este campeonato?
-Soy un fanático de Manu Córdoba. Creo que le inyecta ese ánimo y confianza al jugador que hace que se crea que es súper bueno. Y esa confianza que deben tener los jugadores hacia el técnico también se demuestra. Cuando volvió Manu Córdoba a Valdivia sentí que denuevo despegaríamos. Él vive el básquetbol y es el hincha número uno. Incluso cuando lo veo salirse de sus casillas, siempre le grito "cálmate, cálmate", porque él lo vive a concho. Ese ánimo no lo tiene ningún otro técnico.
-¿Y la actuación de los jugadores?
- Yo creo que todo el equipo ha crecido mucho. El que ha puesto experiencia es Erik Carrasco, ha puesto la pausa cuando se ha necesitado. Él ha vivido muchas finales. La energía ha sido inyectada por el Chapa Suárez, creo que Sebastián es muy habilidoso. De los extranjeros ni hablar, han sido parejitos ahora. Empezamos con una gran dificultad para conseguir a los extranjeros que queríamos. Todo se niveló cuando Claus Prützmann, el gran capitán, volvió. En ese momento Valdivia volvió a despegar. Claus es el pilar fundamental en el equipo. Cuando él volvió se arregló la defensa y Manu pudo buscar a los extranjeros que hacían falta. Los valdivianos queremos mucho a Claus, creo que en estos momentos es el mejor representante del básquetbol en Valdivia.
-¿Han preparado algo especial si Valdivia gana hoy?
-Como Marea Albirroja tendremos en el Coliseo unos 4 mil globos rojos y blancos, muchas chayas y banderas, cuya recolección ha sido un trabajo en equipo, de todos. Siempre hacemos todo con mucha humildad. Queremos hacerle algo a los jugadores, celebrar con ellos, así que esperamos que se queden un poco más para compartir. Cuando pienso en esto me emociono porque pienso que como valdivianos hemos sido tan castigados: por la naturaleza, por los malos manejos, ahora salimos en el Festival de Viña en chistes sobre el puente Cau Cau. Estamos siempre soñando y no alcanzamos. Quiero sentir ese orgullo de sentirnos campeones.
"Queremos ser el sexto jugador y creemos que lo hemos logrado, que hemos sido fundamentales". "A veces nos dicen que somos la barra del CDV, pero no lo somos porque no tenemos contacto por los dirigentes".
Ricardo Rodriguez Grupo de amigos Marea Albirroja