Costanera
Sería hermoso tener una Costanera donde se pueda ver el río y no esos matorrales que facilitan la suciedad y pueden amparar ratas y delincuentes.
En diciembre 2015 escribí reclamo en el libro de la OIRS de la Municipalidad, me respondieron un correo protocolar....y todo está igual.
M Angélica Aros V
Profesores
Los niños del futuro necesitan profesores con visión del futuro. Nuestra educación actual los está matando y no se hace nada para revertir la situación, ya que las reformas en educación no abordan el problema en profundidad. Son mero parche que no sana una herida, con un tono ideológico deshumanizador.
Nataly Mariñan Martínez Directora de Ejecutiva Libres
Ciencia sin lucas
Son muchas la batallas que debemos dar los científicos a través de nuestra carrera. Día a día seguimos rigurosa y estructuradamente el método científico, con la esperanza de comprender el mundo que nos rodea para luego dar a conocer nuestras ideas y resultados.
Esta labor, que es fundamental para que un país como el nuestro pueda desarrollarse en ciencia y tecnología, es por sí sola una tarea ardua, capaz de consumir tanto las jornadas laborales como las personales.
Lamentablemente, no es la única. Una batalla paralela se lleva a cabo fuera de los laboratorios, zonas de exploración o áreas de cultivo y tiene como protagonistas a investigadores que están iniciando sus carreras y al Consejo Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT) dependiente del Ministerio de Educación.
Actualmente, cientos de investigadores jóvenes, de entre 28 a 35 años, que empiezan a hacer ciencia en Chile están viviendo una compleja situación laboral.
A estos investigadores les fueron adjudicados en noviembre pasado, luego de un exigente proceso de selección, proyectos de investigación de postdoctorado, iniciación o inserción, todos ellos dirigidos a potenciar diversas áreas de conocimiento.
En nuestra región específicamente estos proyectos comprenden áreas como biología marina, genética, ecología, agronomía, Ciencias Sociales, microbiología, geología, entre otras.
Ya han pasado casi cinco meses de aquello y muchos de los proyectos ya están en marcha, sin que hasta ahora estos investigadores hayan recibido su sueldo y/o los montos asignados para gastos operacionales e insumos propios del desarrollo del proyecto por parte de Conicyt.
¿La razón? Los fondos están detenidos, inmersos en los procedimientos burocráticos que siguieron a la recientemente promulgada Ley 20.905. Estos fondos solo serán liberados cuando sean cerrados los expedientes de todas y cada una de las becas que los investigadores responsables de los proyectos obtuvieron con Conicyt en el pasado.
Dicho procedimiento podría ser expedito y simple, dados los avances tecnológicos existentes. Sin embargo, el aparato (negligentemente) burocrático de fiscalía de CONICYT, optó por procedimientos que pueden tardar meses en tramitar cada caso.
Hasta la fecha, ninguno de los investigadores afectados ha recibido una respuesta concreta y la situación se agudiza cuando la fecha límite para no perder los fondos se acerca peligrosamente.
Soñamos con ser un país desarrollado, pero nuestra frágil economía sucumbe ante los vaivenes del precio del cobre.
La única forma de que dejemos de ser una país exportador de piedritas y lleguemos a ser una país exportador de conocimiento y tecnologías es subsanado estas inoperancias burocráticas, deteniendo la fuga de cerebros y la precarización laboral de los profesionales en ciencias.
PhD. Violeta Tolorza Francisco Orrego G. PhD. Adriana Bertín Benavides Anita Arenas Miranda
¿Por qué queremos a Julita?
El lunes murió Julita Astaburuaga de un cáncer pancreático que la tuvo convaleciente pero con sus capacidades mentales activas a pesar de sus 96 años.
Esta conocida socialité de la cultura nacional era una figura bastante especial. Fue muy querida por quienes la conocieron y por quienes no. ¿Por qué alguien que proviene de la clase alta, que bebe champán y usa trajes de diseñador es tan querida a través de los peldaños de la escala social?
Creo que se debe a que Julita era una persona común y corriente a la que le tocó nacer en una familia adinerada (que luego perdió la plata) y ella reconoció eso con hidalguía. Reconoció que todos partimos de ubicaciones distintas en el mundo y que eso no es motivo de festejo, es sólo un punto de partida. Julita no frecuentaba sólo fiestas, apareció también en la Semana contra la Homofobia, defendiendo los derechos de quienes sufren discriminación por su orientación sexual.
Julita no era mágica, pero parecía serlo. ¿Cuál era la magia? Reconocer lo accidental de la existencia, agradecer por lo recibido y trabajar por los propios sueños. Eso te puede transformar en un ser egoísta y falsamente autosuficiente. La diferencia está en que los demás cabían en los sueños de Julita.
Pamela Ugalde Docente U. Central