Velero suizo Fleur de Passion se despide de las costas locales
TRAVESÍA. Llegó hasta Valdivia el 17 de febrero y hoy parte a Robinson Crusoe e Isla de Pascua. En Los Ríos, sus ocupantes realizaron actividades de extensión.
Luego de un mes y medio de permanencia en las costas valdivianas, la tripulación del velero suizo Fleur de Passion -que recorre el mundo para recrear la travesía de Hernando de Magallanes y para realizar investigaciones relacionadas con el medioambiente- dice adiós a Chile continental. Hoy parten hacia Robinson Crusoe e Isla de Pascua, para llegar a principios de junio a la Polinesia Francesa.
En Valdivia su tripulación realizó varias actividades de extensión. La investigadora española Yaiza Santana relató que hicieron jornadas de puertas abiertas en el muelle Schuster en el que los turistas y valdivianos recorrieron el velero y conocieron los proyectos que sus profesionales desarrollan. También hicieron una charla en la Carpa de la Ciencia del Cecs en la que participaron 340 niños que pertenecían a escuelas de Valdivia y Niebla. Los niños también pudieron conocer la embarcación. Realizaron charlas en universidades y un evento privado con la embajada suiza, la comunidad suiza en Chile y con autoridades de la Armada.
"El público se mostró muy interesado por el proyecto, por conocer el barco y también por conocer un poco más de las problemáticas ambientales que actualmente se producen en los océanos", destacó. También aseguró que tuvieron una buena acogida por parte de la Universidad Austral de Chile y del Centro de Estudios Científicos.
Sus investigaciones
El viaje del velero finalizará en 2019. Mientras ese tiempo transcurre trabajan en un polo científico, uno socioeducativo y otro cultural. En los proyectos científicos se destaca la iniciativa "20 mil sonidos bajo el mar", realizada en colaboración con el Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas LAB de la Universidad Politécnica de Cataluña. Con ella se busca cartografíar la polución sonora de los océanos.
La segunda investigación se llama "Micromegas" y con ella se persigue evaluar el contenido de contaminantes plásticos existentes en los mares. Esto lo logran recogiendo muestras periódicamente. Este programa es ejecutado en colaboración con la Asociación Suiza Oceaneye, con sede en Ginebra.
Proyecto socioeducativo
El viaje también tiene un objetivo socioeducativo. En el velero son acogidos adolescentes para que tengan experiencia como grumetes. Los jóvenes que se embarcan son suizos y son seleccionados en coordinación con el sistema judicial de ese país. "Hay toda una estructura y proceso montado para llegar a embarcarse", destacó la investigadora Yaiza Santana. En esta travesía fueron incluidos siete jóvenes de entre 15 y 17 años, seis hombres y una mujer. También son parte del grupo tres educadores sociales.