Municipio sordo
El 6 de abril de 2015 solicitamos al Municipio de Valdivia un paso de peatones para poder cruzar la calle Los Robles en las inmediaciones de la rotonda de la Isla Teja, pues no existe. Es imposible cruzar esta calle sin peligro, es obvio para todos quienes pasamos por allí. También es obvia la necesidad de cruzar esta calle en ese sector. Parece que al Municipio esto no es suficiente. Como fuimos ignorados, en diciembre de 2015 recurrimos a la Seremi de Transporte para que nos ayude en esta sencilla solicitud, quien tramitó el requerimiento, pues es responsabilidad del Municipio hacer un paso de peatones. La respuesta de la municipalidad fue que "las medidas se concretarán a partir de febrero del 2016". Considerando que ya pasó un año, podrían incluir también el paradero solicitado en la misma carta de abril de 2015, así al menos esperaríamos sentados.
Recemos para no tener que lamentar otro accidente, como el horrible atropello de Benjamín, el estudiante del Colegio Aliwen accidentado la semana pasada en otro sector que requiere intervención en Valdivia.
Enrique Suárez Presidente Comité de Adelanto y Seguridad Villa Rucatayo
Día de la Madre
Quiero contarles lo que pasó en un Día de la Madre, hace ya varios años. Nuestra profesora, la señorita Olga, nos había pedido escribir un pergamino para nuestras mamás. Pero el día en que estábamos revisando los trabajos, la profesora dijo que una de las mamás nos iba a contar lo que un compañero del curso quería decir, pero no podía. Abrió la puerta de la sala de clases y apoyada en sus muletas, entró la mamá de Patito, la misma señora de la que muchas veces nos reímos porque caminaba raro.
Ella nos saludó en forma muy cariñosa y nos dijo: ¡Hola niños y niñas!, en primer lugar les agradezco por ser amigos de mi "Patito" y por ese mismo cariño que le tienen, vengo a compartir con ustedes algo que me pasó hace unos días. Ese día mi Patito llegó muy triste a casa. Mi niño estaba hecho un mar de lágrimas, lo que a mí me dio mucha pena, después de un rato me dijo: "¡Mamá estoy aburrido de que mis amigos me molesten porque tú eres coja y caminas con muletas!, ¿por qué no eres normal como todas las mamás?"
Me puse a llorar con mi niño, no por mí, ni por lo que me aqueja, sino porque a veces las personas hablan de cosas que no conocen. Ahí le conté una historia que ahora quiero compartir con ustedes.
Yo nunca había sido así, no nací así. Crecí normalmente como lo están haciendo cada uno de ustedes. Conocí un hombre maravilloso, con el cuál formamos una familia, luego como una bendición llegó Patito. Cuando mi niño tenía como 2 añitos de vida, estando la puerta abierta de nuestra casa, sin percatarnos salió hacia la calle. Cuando me di cuenta de ello, salí corriendo en el preciso momento en que venía un auto directo a atropellarlo. Sin pensarlo ni por un momento, salté sobre mi niño. El auto pasó sobre mis piernas, pero a mí hijo no le pasó absolutamente nada. Las secuelas de ese atropello están a la vista.
Nunca nuestra sala de clases había estado con tanto silencio, sólo se escuchaban nuestros sollozos, no sé si por la historia de la mamá de Patito o por el remordimiento que teníamos de habernos reído de una de las mamás más valientes del mundo.
Jaime Bórquez Zúñiga Daem Río Bueno
Huellas en la arena
He leído recientemente en la prensa algunas cartas poniendo en duda la existencia de Dios. Por mera coincidencia, el párroco de mi iglesia comentando el evangelio el domingo pasado, señaló que Dios está siempre con nosotros, compartiendo nuestras alegrías y sufrimientos. Sin embargo, debemos aceptar que en nuestro diario vivir nos dejamos llevar por pensamientos y sentimientos propios de nuestra naturaleza humana: si me va bien, Dios existe. Si me va mal, la duda -sin quererlo- aflora.
Hay una reflexión al respecto que quiero compartir. Se llama "Huellas en la Arena", copio textualmente una parte de ella. "Señor, Tú me prometiste que si te seguía caminarías a mi lado. Sin embargo, he notado que en los momentos más difíciles de mi vida, había sólo un par de huellas en la arena. ¿Por qué, cuándo más te necesité, no caminaste a mi lado?. Entonces Él me respondió: Querido hijo. Yo te amo infinitamente y jamás te abandonaría en los momentos difíciles. Cuando viste en la arena sólo un par de pisadas es porque yo te cargaba en mis brazos…".
Gustavo M. Astorquiza
Contaminación
Los problemas de Chiloé no son solo marea roja. El vertido de millones de toneladas de sustancias relacionadas a la industria del salmón en nuestros mares interiores, se ha traducido en una baja de oxígeno disponible y por consiguiente se han deteriorado los ecosistemas marinos, los que además han sido afectados por el florecimiento de algas como la de la marea roja.
Esta crisis socio ambiental es profunda, la industria salmonera es una de las principales responsables en conjunto con las pesqueras industriales, y sobre todo, un Estado permisivo, ausente e indolente ante el sufrimiento.
Jaime Salvador Sáez Quiroz