La sociedad de hoy se caracteriza por ritmos de vida rápidos que exigen el cumplimiento de horarios y metas en poco tiempo y con la mayor eficiencia posible. Factor que influye -directamente- en la calidad de vida de las familias y sus integrantes, especialmente, en los lactantes y primera infancia, debido a que necesitan una mayor estimulación y son a quienes más afecta la escasa dedicación, donde es clave la díada tiempo - calidad. Tal cual señala Ponce de León, en esta etapa, por lo general, la práctica educativa, así como en la educación motriz, en particular, se fundamenta no sólo en saber, y en saber hacer, sino también en sentir y expresar, en reflexionar, valorar y crear.
En este contexto, es que el desarrollo integral es la base para acciones tan cotidianas, como situarnos en el espacio y tiempo, principios de orientación, de conciencia corpórea, control del tono y educación de la actitud y postura frente a la vida, de lateralidad, de cualidades, capacidades y habilidades motrices tales como coordinación, equilibrio, desplazamientos, saltos, giros, expresión corporal y re-educación emocional, y tantos otros elementos que nos desarrollan como seres humanos; así como para el aprendizaje y progreso de técnicas específicas en el deporte, como lo es una adecuada estimulación de las habilidades motrices básicas.
La sociedad chilena tiene un gran desafío, respecto a conocer, comprender y valorar la importancia de la estimulación temprana y desarrollo de habilidades y capacidades motrices desde un enfoque integral, considerándolo un regalo para la vida de los niños y niñas. Como indica Shinishi Suzuki "dos cosas necesita una semilla: Tiempo y estímulo".
Resumiendo, un objetivo esencial es reflexionar sobre la importancia de realizar actividades de estimulación temprana en la infancia, ocupando los tiempos, aunque no sean tan prolongados, pero donde prime la calidad en la realización de actividades, que otorguen vivencias significativas desde las distintas áreas de estimulación, tanto motoras, perceptivo-cognitivas; y así otorgar la posibilidad de vivenciar actividades intencionadas de estimulación multi-sensorial, y también de lenguaje y afectivo-sociales, entre otras.
Cabe señalar que, para alcanzar dicha meta es importante aprender y comprender qué hacer y cómo hacerlo, pues un niño estimulado correctamente -desde temprana edad- será un adulto íntegro, con más oportunidades y más feliz.
Melisa Guerrero Coronado Sec. Estudios de Pedagogía en Educación Física USS Valdivia