Al final del día: varios temas sobre la mesa
Resulta curioso que en un pueblo que se niega a desaparecer, se espere el fin del mundo con tanta serenidad...
Por segunda vez Miradoc nos trae un documental que transcurre en el pueblo de Quillagua, un oasis situado a 280 kilómetros al norte de Antofagasta y a orillas del río Loa, en la comuna de María Elena, donde el censo del año 2002, registró una población de 102 habitantes. Según National Geographic, Quillagua es el punto más seco de la tierra, sus registros pluviométricos indican que en los últimos 40 años apenas registra 0,2 mm de agua caída en promedio y el río Loa casi no tiene caudal.
Quillagua es parte de el Camino del Inca y fue un importante centro productivo, sin embargo, la construcción del tranque Sloman, para la producción de las salitreras María Elena y Vergara, así como la progresiva contaminación de las aguas a raíz de las faenas mineras, han provocado el progresivo despoblamiento del caserío.
Este filme de Peter McPhee, transcurre durante el 21 de diciembre de 2012, mientras la gente del pueblo espera el supuesto "fin del mundo" que los mayas predijeron para ese día. La tierra no se puede trabajar, los jóvenes emigran y sólo van quedando los ancianos. Para esta comunidad indígena, esta realidad se presenta como su verdadero fin del mundo, y es en el día del apocalipsis maya, en que su gente reflexionará sobre el necesidad del cuidado de la madre tierra.
Este documental nos entrega varios mensajes profundos sobre el curso que está tomando el planeta en la era moderna, poniendo diversos temas sobre la mesa. La escasez de agua es un problema mundial que está llevando a países enteros a replantear su política de explotación de recursos naturales y en Chile, tan extenso como diverso, genera aún más contrastes, ya que la aridez del desierto se contrapone con el exceso de agua gracias a las lluvias del sur, recordándonos que los pueblos construyen su cultura siempre junto al agua.
La desaparición de los pueblos originarios le otorga un clima aún más desolador al pueblo, convirtiéndolo en un reflejo de Sudamérica, tan pluricultural y a la vez tan desorientada en términos de identidad, a causa de la migración y la pérdida de las costumbres ancestrales, situación que en Chile pareciera ser más evidente.
La crisis de los medios de comunicación es la última arista, donde vemos que el mensaje que se entrega es pobre y carente de toda reflexión, tomándose con ridícula literalidad el fin del mundo que nunca llega, al menos no de la forma burda que se plantea en matinales y programas radiales.
Romy Valenta
Escritora