Secciones

Pese a la lluvia, los británicos acuden en masa a votar sobre su relación con la UE

REFERÉNDUM. Un sondeo avizoraba el triunfo de la permanencia en el bloque comunitario y un prominente líder euroescéptico reconocía la derrota. David Cameron agradeció a los ciudadanos por votar por un Reino Unido "más fuerte".
E-mail Compartir

Después de una tensa campaña electoral, millones de británicos votaron ayer por la permanencia o salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) luego de 43 años en el bloque, en una jornada marcada por la lluvia y la incertidumbre absoluta sobre el resultado.

La consulta transcurrió con normalidad y una importante afluencia a los colegios electorales. Unos 46,5 millones de electores registrados en 382 distritos estaban llamados a votar, lo que significó un récord histórico en el número de personas con opción a sufragio.

La lluvia que arreció con fuerza durante toda la jornada en Inglaterra, y que causó problemas de acceso en los lugares previstos para el voto, no impidió a los británicos pronunciarse masivamente sobre esta crucial pregunta: "¿Debería el Reino Unido permanecer como miembro de la Unión Europea o abandonar la Unión Europea?".

En cuanto a la participación electoral, el primer dato revelado fue el del Peñón de Gibraltar, donde alcanzó un 84%.

Minutos después del cierre de las mesas y mientras se estaba a la espera de que se conocieran los resultados oficiales, la firma YouGov divulgó un sondeo que le daba una ventaja de 4 puntos a la permanencia en la UE: 52% de los votos versus un 48% a favor de la salida. Ello coincidió con las declaraciones de uno de los líderes de la campaña contra la UE, Nigel Farage, quien reconoció que "al parecer el voto para quedarse ganará".

En Gibraltar, uno de los primeros recuentos en conocerse, ganó abrumadoramente la opción por quedarse en la UE, con un 96% de las preferencias. En Newcastle, primer resultado oficial en Inglaterra, ganó por poco la permanencia (51%).

Los principales líderes políticos depositaron su voto, entre ellos el primer ministro británico, David Cameron, quien acudió a las urnas junto a su esposa, Samantha, y el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, ambos defensores de la campaña "Stronger in Europe" ("Más fuertes en Europa").

Concluida la cita electoral, Cameron fue el primero en agradecer a todos los ciudadanos el que hayan acudido a las urnas para votar por un Reino Unido "más fuerte" y "más seguro" en su cuenta de Twitter.

También entregó su papeleta la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, que, al igual que los dos anteriores, hizo campaña por la permanencia, y que advirtió esta semana que Escocia podría convocar otro referéndum de independencia si gana el "brexit".

Del bando del "Vote leave" ("Vota salir"), el ex alcalde conservador de Londres y líder oficioso de la campaña del "brexit", Boris Johnson, que ejerció su derecho a voto a última hora, afirmó que abandonar el grupo de los Ventiocho sería un "triunfo de la democracia".

También el dirigente del eurófobo UKIP, Nigel Farage, depositó su papeleta en el condado de Kent, donde reside, y donde reiteró que hay algo "equivocado" en la relación de este país con la UE, además de opinar que el "brexit" tiene "posibilidades sólidas" de ganar.

La última vez que los británicos tuvieron un referéndum sobre su relación con los socios comunitarios fue en 1975, dos años después de que el Reino Unido ingresara en la entonces Comunidad Económica Europea.

"No sé si es necesario repetir que deseamos una decisión de los ciudadanos para que Reino Unido siga siendo parte de la UE".

Angela Merkel, Canciller alemana

"Hay algo equivocado en nuestra relación con la UE y tenemos que tener un referendo para cambiarlo".

Nigel Farage, Dirigente eurófobo

43 años en la UE

cumplió este 2016 el Reino Unido. En 1975 celebró un referéndum similar.

Sesión de la OEA termina sin acuerdo y Venezuela pide la renuncia de Almagro

DISCUSIÓN. El titular del organismo pidió al Consejo Permanente tomar medidas "ante la crisis humanitaria" del país caribeño.
E-mail Compartir

La reunión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA, convocada para tratar la situación en Venezuela, concluyó ayer sin que se tomara ninguna decisión sobre la aplicación de la Carta Democrática al país sudamericano.

Después de cuatro horas de sesión, el embajador argentino que ocupa la presidencia rotatoria del Consejo, Juan José Alcurri, dio por concluido el plenario, sin anunciar cuándo se retomaría.

Por la mañana el secretario general de la OEA, Luis Almagro, afirmó que el Consejo Permanente debería tomar medidas "ante la crisis humanitaria sin precedentes" que sufre Venezuela, y recomendó la convocatoria a un referéndum revocatorio.

Almagro indicó que recurrió al artículo 20 de la Carta Democrática de la organización para solicitar "la convocatoria de un Consejo Permanente que deberá atender la alteración del orden constitucional" de Venezuela.

El secretario general de la organización presentó ayer en Washington su informe de 132 páginas sobre Venezuela, en el que enumeró los problemas que, a su juicio, afronta el país caribeño.

"El Consejo Permanente debería tomar medidas ante la crisis humanitaria sin precedentes innecesaria que sufre Venezuela", afirmó.

La intervención de Almagro fue recibida con fuertes críticas por las delegaciones de Venezuela, Bolivia y Nicaragua, que solicitaron la dimisión del secretario general y lo acusaron de querer dar un golpe de Estado en Venezuela.

"Se está dando un golpe de Estado para derrocar el Gobierno legítimo del Presidente (Nicolás) Maduro", afirmó la canciller venezolana, Delcy Rodríguez.

El secretario general solicitó que se adopten sus recomendaciones, como la puesta en marcha de un referendo revocatorio a lo largo del año, la liberación de los presos políticos, aparcar las diferencias para resolver la crisis humanitaria y que el Ejecutivo deje de socavar a la Asamblea Nacional (Parlamento).

Almagro habló de "crisis humanitaria" y se refirió a la escasez de medicamentos, de alimentos, de abastecimiento de agua y el aumento de las tasas de pobreza.

El diplomático uruguayo culpó de esta situación al Gobierno de Maduro, al que acusó de haber perdido "la finalidad de la política" y de haber olvidado "defender el bien mayor y colectivo a largo plazo sobre el bien individual a corto plazo".

Si los estados de la OEA respaldaban el pedido de Almagro de invocar la Carta, se daba paso a un proceso que podía terminar con la suspensión de Venezuela del organismo, tal como ocurrió con Honduras tras el golpe de Estado de 2009.