María Muñoz sáez: veinte años dedicada a la cocina en la región
CONMEMORACIÓN. Cuando se cumplen dos décadas de la creación de uno de los restaurantes más reconocidos de la región, su dueña repasa el proceso.
Uno de los restaurantes más conocidos de Lanco, se llama "La Casa del Campesino", el cual desde su creación en 1996, es manejado por María del Carmen Muñoz Sáez y su marido, Carlos Pérez.
Muñoz es la mayor de diez hermanos del matrimonio de Orlando y Mercedes, un pareja de trabajadores del campo de Chillán, ciudad en la cual nació el 2 de abril de 1954.
A los 15 años emigró a Santiago a acompañar a unos tíos y trabajar como asesora del hogar. "Ellos me dijeron que iba a poder estudiar, sin embargo eso no sucedió. A veces pasaba eso en algunas familias, en las que se prometían muchas cosas y después no cumplían", recuerda.
A los 16 años conoció a quien sería su marido. Se casó a los 18 y tuvo cuatro hijos, dos mujeres, "una Ingeniera en Sonido y la menor estudiante de Agronomía y dos hombres, el mayor de ellos Prevencionista de Riesgos y el que le sigue, egresó de Derecho este año", dice. Además, el matrimonio tiene un nieto de diez años.
Los Pérez - Muñoz se quedaron a vivir en la capital de Chile, en donde él realizó diversos oficios como mueblista o taxista y ella se dedicó a la crianza de los hijos y a tener negocios o emprendimientos en el hogar. "Vendí tortas, tuve negocitos, una amasandería", dice.
- ¿Cómo una mujer de Chillán, viviendo en Santiago, decide venirse a vivir a Lanco?
-Mi marido es de Liquiñe, cerca de Panguipulli y yo también soy del sur, por lo que la sangre tira dicen. Siempre nos habíamos querido venir a vivir al sur, hasta que hace veinte años vimos un aviso de que se vendía un restaurante con patente y todo. Lo compramos y comenzamos a trabajar.
- ¿Fue muy difícil?
-Demasiado. Tuvimos hartas dificultades, pero gracias a Dios, hemos salido adelante, con mucho esfuerzo y dedicación de darle la mejor atención a los clientes.
- Pero el esfuerzo se ha visto recompensado...
-Claro. ahora somos reconocidos en la región por el sabor que tienen las comidas que ofrecemos. Por acá han pasado ministros, Presidentes y diversas autoridades.
-¿Siempre fue buena para cocinar?
-Para nada, cuando me casé, se me quemaba hasta el agua y a mi marido le encanta comer. Nos fuimos a vivir a una pieza en una pensión, en la cual residían muchas mujeres adultas mayores, quienes me fueron enseñando sus recetas y sus tips para que me fuera quedando mejor la comida.
-¿Por qué se llama La Casa del Campesino?
-Fue un poco por rebeldía. En el momento que nosotros compramos el restaurante -que tenía otro nombre- los campesinos eran mal mirados por la comunidad. Decidimos que no íbamos a discriminar y recibimos a todo el mundo por igual, ofreciendo comida casera y rica todo el año.
¿Cómo han cambiado los gustos de los clientes en estos años?
-Mucho. Antes, las personas preferían 100% la comida casera y se daban el tiempo para comer tranquilos, con la sopa o consomé, el plato de fondo, postre y agua de hierbas.
Ahora en cambio, las personas no tienen tiempo para nada. Con suerte piden un solo plato porque deben volver a trabajar y prefieren comerse un sandwich en la misma oficina antes que salir. Además, antes las personas no cuidaban tanto su figura como ahora. Las mujeres quieren cosas rápidas, pero sanas.
- ¿Le gustaría que alguno de sus hijos continuara con la empresa que formó?
-Tengo sentimientos encontrados. Por un lado, el restaurante es como un hijo, porque lo construí desde un inicio, sufrí y me desvelé por él y me encantaría que uno de mis hijos se interesara en mantener esto y hacerlo crecer.
Por otro lado, es tan sacrificado este trabajo, uno no descansa nunca, que no quisiera que alguno de ellos se vea como esclavo de mi proyecto.
"Cuando me casé, se me quemaba hasta el agua, y a mi marido le encanta comer... Donde vivíamos me enseñaron todo lo que sé".
María Muñoz Sáez, Dueña de "La Casa del, Campesino"
La Casa del Campesino
La Casa del Campesino fue inaugurada el día 10 de octubre de 1996, en Lanco, y ofrece abundantes y sabrosos platos, con su servicio cálido y ambiente familiar. Dentro de sus principales preparaciones se encuentra la típica gastronomía chilena, con cazuelas, porotos granados, asados de cordero, cerdo, vacuno, pavo y pollo, estofados y carne mechada. También destacan sus pasteles de choclo, humitas y empanadas de la zona.
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