Lluvia de teatro
En 1970 don Rubén Sotoconil funda la Escuela de Teatro en esa maravilla de creación que fue la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Austral, liderada por el decano Agustín Cullel. Con una orquesta de cámara de primerísimo nivel, con ballet, coro, salas repletas a todas horas de instrumentistas, de jóvenes bailarinas, pintores, actores, todos en formación. Facultad donde podía uno a la vuelta de un pasillo toparse con un filósofo de la talla de Luis Oyarzún, con un poeta como Omar Lara, con esa increíble mujer que se llamó Matilde Romo; con teatristas ilustres como Jaime Silva, Juan Guzmán Améstica, Hernán Poblete, Lina Ladrón de Guevara. Maestros y maestras de excepción para locos que querían ser artistas. El golpe, más tarde o más temprano, acabó con todo eso.
Pero el teatro no murió: Jaime Silva continuó por un par de años con el Taller de Teatro de la Uach haciendo en 1974 ese emocionante Oratorio Escénico 1850. Nosotros fundamos La Rueda. Guzmán los café concert. El Teatro Municipal encabezado por los entrañables Luis "Turu" Arriagada y Jorge Ojeda estrena entre muchos otros a Riedemann. Surgieron grupos independientes. En los 80 el recodado Tic; los grupos de Pedro Jara y la Maha Vial. Jorge Torres con Lillo y Ethelvina Ruiz estrenando Radrigán a nivel nacional. En 1985, con producción del Tic y dirección de Margarita Poseck, los grupos se unen para dar a luz a ese fenómeno que se llamó Calígula. Había grupos originales como el teatro de living de don Carlos Zúñiga. Existían los amigos del teatro y su festival. Los noventa estuvieron dominados por el Teatro Luna, su propuesta antropológica y sus cientos de funciones en los lugares más apartados del país. Llegaron las Lluvias de Teatro. El comienzo del nuevo siglo por la Compañía de Teatro de la Universidad Austral, que también recorrió Chile de Putre a Tierra del Fuego. Y luego, La Pequeña Isla, la Granbu Fanda, el Mote, Zotavento… Pero se sentía en el ambiente que algo se iba apagando.
La caridad empieza por casa, reza el refrán popular. No voy a la Lluvia de Teatro porque allí se gastan millones para compañías foráneas mientras el teatro de Valdivia está en estado comatoso y no hay nadie dispuesto a llevarlo a la UTI. Nuestro teatro: aquel teatro mágico de los temas nuestros y las obras originales.
Y, por suerte, se me terminaron los 2.300 caracteres, porque si no habría dicho que sus principales verdugos se llaman Fondart y Corporación Cultural Municipal.
Roberto Matamala Elorz
Participación ciudadana
Varias instituciones públicas regionales han decidido reactivar los Consejos Consultivos Ciudadanos. He observado algunos de ellos y francamente encuentro que son inútiles. Creo, que para estas instancias sean realmente un aporte a la gestión de las instituciones Públicas, deben estos espacios transformarse en "Juntas de Directores Ciudadanos", que definan cuestiones realmente relevantes como: aprobar el Plan de Gestión de los Directivos públicos, contratar, modificar presupuestos, definir estándares de calidad y de atención. Así, serían un aliciente real para que los directivos, se focalicen en mejoras reales de gestión y no en cuestiones cosméticas e intrascendentes, que evocan sutilmente una real participación ciudadana vinculante.
Nilo Zúñiga Economista
Parientes
Desde que nacemos somos parientes de alguien: hijos de nuestros padres, hermanos de nuestros hermanos, sobrinos de nuestros tíos...en fin. Es inevitable ser pariente. Con los años, sin perder estos parentescos, aparecen otros: nos transformamos en padres, cuñados, tíos, suegros.
Hubo un Presidente de Chile que dijo: "Entre un desconocido y un amigo prefiero a un amigo y entre un amigo y un pariente prefiero a un pariente". No se equivocó pero pudo haberle ido mal. Le ha pasado a algunos sin que haya habido mala intención.
Omar M. Henríquez F.
Educación y salud municipales
¿Es la Municipalización la causa de los problemas, es la des municipalización la solución?
El traspaso de la administración de la educación y de la salud a los municipios tienen un origen común.Ambas ocurrieron durante la dictadura militar.
Sin embargo, si bien educación y salud municipal tienen este origen común y han pagado hasta ahora el precio del abandono del rol garante que debe tener el Estado, no se puede desconocer que otro de los fundamentos de este proceso como fue la "descentralización de la administración", se justificaban plenamente, dado el asfixiante centralismo de la época, que hasta hoy es motivo de nuestras críticas y causa de muchos males.
En el actual escenario, donde el parlamento discute la des municipalización de la educación, resulta pertinente plantearse si volver la educación para su administración al Ministerio solucionará los problemas de calidad y financiamiento.
¿Qué sentido tendría entonces retroceder a niveles de centralismo o la creación de nuevas estructuras administrativas de la educación si el Estado sigue teniendo sólo un rol subsidiario?
Este es el tema a resolver y no otro y esto pasa por devolverle al estado el rol de garante de los derechos sociales.
Patricio Alarcón Barrientos Pdte. Con. Desarrollo de la Costa