Celino Villanueva Jaramillo, el hombre más longevo del país, cumple hoy 120 años de edad en Mehuín, en el hogar de la familia Morales Ramírez, la cual lo cobija desde que tenía 99 años.
El hombre -sin embargo y pese al amor que lo rodean- ha experimentado un notorio cambio, desde fines del año pasado y comienzos de este año.
Marta Ramírez, quien lo acogió cuando quedó en la calle y de brazos cruzados al incendiarse su casa, comenta que hoy, tras 21 años junto a él, "ya no es el de antes. Duerme poco y por las noches se viste. Incluso, en la oscuridad se levanta a recorrer la casa. Habla mucho, ve cosas y a veces, rezonga".
Es -no obstante- lo único que preocupa a Marta, su hija Ivón y a Valentina, una de las nietas de la casa, porque en cuanto a salud Celino "no se queja de dolores, aunque come poco, no como antes. Tampoco sale a ver su huerto y se duerme fácilmente sobre la mesa, incluso después de comer". indican.
Cuidaba una vivienda
Hoy, Celino Villanueva cumple 120 años, en medio de la felicidad de la familia Morales y de la comunidad mehuinense, en especial de la Villa Nahuel, donde vivió 30 de sus 120 años, como cuidador de una vivienda.
Marta Ramírez y su hija Ivón recuerdan con cariño que "cuando llegó a la casa, a sus 99 años, jamás imaginamos que cumpliría 120 años de edad con nosotros, que viviría tanto. De verdad, no entendemos por qué vive tanto. Pero, jamás lo iremos a dejar a algún hogar de ancianos".
PáNICO
Recuerdan que hace 11 años, Celino fue operado de cataratas en uno de sus ojos, en el Hospital Regional de Valdivia. "Fue algo ambulatorio, porque ese mismo día, el paciente (Celino) estaba desesperado por salir del hospital y venirse a la casa. Igual que hace cuatro años, cuando por una neumonía estuvo un par de días en el hospital de San José de la Mariquina. Casi se arranca, porque lo único que quería era volver a la casa. Siente pánico, cuando a veces cree que se lo llevarán a otro lugar".
Por lo mismo, hoy para la familia Morales Ramírez, "un buen regalo sería el compromiso de alguna autoridad a que nos apoyen como familia, con algún geriatra, para saber cómo convivir con un adulto mayo de 120 años, que comienza a manifestar cosas, que a veces no entendemos o no sabemos cómo reaccionar, para que él no sufra". La idea, aseguran, es aprender para cuidarlo mejor".
