La difícil carrera de Erika Olivera
De prosperar alguna iniciativa, la definición sobre este tema continuará en el Congreso...
La valiente revelación de la maratonista Erika Olivera hizo que muchos chilenos y deportistas tuviéramos una razón más para admirarla, a la vez que nos hizo presente la dura realidad del abuso sexual infantil.
Junto con ello, han surgido argumentos en favor de la imprescriptibilidad de este tipo de delitos. Si bien puede parecer de sentido común que no debería obstaculizarse la persecución penal aunque transcurran muchos años desde su comisión, la regla general en nuestro sistema penal es que la prescripción opera como causa de extinción de la responsabilidad criminal.
La prescripción se basa en la acción del tiempo sobre los acontecimientos humanos y su fundamento radica en razones de seguridad jurídica y reinserción. La finalidad es impedir el ejercicio del poder punitivo del Estado una vez transcurridos ciertos períodos de tiempo. En Chile, los delitos sexuales prescriben en 5 y 10 años, dependiendo si se trata de simples delitos o crímenes, respectivamente.
Respecto de los delitos sexuales cometidos contra menores de edad, un gran avance fue la modificación al Código Penal mediante la dictación de la Ley 20.207 en agosto de 2007, en la cual se estableció que el plazo de prescripción empezará a correr al momento de que la víctima cumpla 18 años.
El sentido de tal modificación dice relación con las especiales circunstancias de estos delitos, en que existe una relación de abuso o poder de un adulto contra un menor de edad, en que éste no es plenamente consciente del abuso y/o en que transcurren muchos años para que la víctima reúna la fuerza y la valentía para denunciar.
En el otro extremo de la persecución penal se sitúan algunas legislaciones en estados norteamericanos, en la que este tipo de delitos son imprescriptibles. Ejemplo de aquello es el caso del reconocido director de cine Roman Polanski, acusado de un abuso sexual cometido en Estados Unidos en 1977, cuando tenía 43 años, y que a sus actuales 83 aún le pesa, existiendo orden de captura en su contra.
Claramente se trata de un tema no pacífico, ya que por un lado existen bastantes defensores de la prescripción, y por la otra, víctimas que como Erika Olivera han alzado la voz pidiendo una modificación legal. De prosperar alguna iniciativa, la definición sobre este tema continuará en el Congreso.
Por María Consuelo Oliva Arriagada
Fiscal de Valdivia especializada en delitos sexuales