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La leña que enciende el debate

NO SOLO LEÑA. Los resultados preliminares del proyecto Observatorio de los Combustibles Derivados de la Madera (OCDM) del Instituto Forestal (Infor), dan cuenta del complejo escenario de contaminación atmosférica que enfrentan las ciudades de Panguipulli, La Unión y Valdivia, en el cual la leña no sería la principal responsable.
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Investigador del

Infor

Todos los inviernos los medios de comunicación, las autoridades y la ciudadanía en general, fijan su atención en la nube gris que cubre las ciudades del centro y sur de Chile. Al analizar el problema surge inmediatamente un culpable -la leña- y al mismo tiempo una solución: reemplazarla.

Si bien, la contaminación atmosférica asociada al uso ineficiente de leña representa un problema real y significativo, es un error responsabilizar sólo al combustible. Varios y conocidos son los factores que se conjugan para generar episodios críticos de contaminación urbana: viviendas mal aisladas, calefactores inadecuados que permiten "ahogar" la combustión, y el uso de leña húmeda y mal dimensionada.

Los combustibles derivados de la madera (CDM), especialmente la leña y los desechos forestales, satisfacen el 28% de la matriz de energía primaria nacional, constituyéndose en la tercera fuente energética después del petróleo y el carbón mineral. La leña es el principal combustible para calefacción y cocción de alimentos en miles de hogares urbanos y rurales del centro y sur de Chile, siendo utilizada también en industrias, empresas e instituciones públicas.

En Europa y Norteamérica, los CDM se han posicionado como una alternativa a los combustibles fósiles, de la mano del desarrollo de estándares de construcción (aislación térmica), y tecnologías apropiadas (calefactores, calderas, centrales de cogeneración, etc.) que permiten maximizar sus beneficios y minimizar sus impactos.

Cuando en los 90s comenzaron los episodios de contaminación del aire en Santiago nadie planteó prohibir la gasolina, por el contrario, se propuso mejorar la eficiencia de los vehículos, la calidad del combustible, etc. Lo mismo debemos hacer con la leña, mejorar los calefactores, hacer más eficientes nuestras viviendas y mejorar sus estándares de calidad (contenido de humedad y tamaño de los leños).

El debate no es blanco o negro, como siempre, hay matices que deben considerarse para tomar decisiones inteligentes.


Infor señala a mala aislación de viviendas como primer factor de contaminación

La deficiente aislación térmica de las viviendas, el alto consumo de leña de mala calidad y el uso de calefactores inadecuados, son los principales factores que se asocian a la contaminación atmosférica que afecta a las ciudades de Valdivia, La Unión y Panguipulli, según los datos entregados por el proyecto Observatorio de los Combustibles Derivados de la Madera (OCDM), iniciativa que implementa en la Región de Los Ríos el Instituto Forestal (Infor) -organismo adscrito al Ministerio de Agricultura.

Así lo confirmó el investigador y director del proyecto OCDM, René Reyes, quien explicó que el primer factor, y quizás el principal, que gatilla la contaminación atmosférica en estas ciudades es la mala aislación térmica de las viviendas. "Según los datos que hemos recogido, el 80% de las viviendas de la Región de Los Ríos no cuentan con una aislación térmica adecuada. Esta situación genera un gasto excesivo en calefacción, debido a la enorme cantidad de energía que se pierde por techos, muros, pisos y ventanas", puntualizó el profesional.

Más necesidades

Esto está directamente asociado con al segundo factor de contaminación: una vivienda mal aislada requiere una enorme cantidad de energía para calefacción, que se satisface con el combustible más económico, que es la leña, lo que implica un consumo excesivo de leña de mala calidad, es decir, con más de un 25% de humedad y mal dimensionada. "La leña es el combustible más barato. El costo del kilowatt-hora es entre 3 y 4 veces más bajo que el producido con gas licuado, kerosene o electricidad", señaló Reyes.

Los datos del proyecto OCDM señalan que el 97% de los hogares de Valdivia y Panguipulli, y el 99% de La Unión, utilizan leña como la principal fuente de energía para calefacción, con un consumo promedio de 9 metros cúbicos al año.

Finalmente, la contaminación atmosférica está asociada a un tercer factor: el uso de calefactores de "combustión ahogada", más conocidos como combustión lenta. Respecto de este punto, Reyes advirtió que mantener cerrado el tiraje de los calefactores a leña, práctica muy usual para que la leña dure más tiempo, produce una gran cantidad de material particulado (cientos de veces por sobre la norma). "Las emisiones, tanto en estufas de combustión lenta como en cocinas a leña, dependen del uso del tiraje por parte del usuario, lo que es muy difícil de controlar. Es necesario que los calefactores sean diseñados pensando en evitar estas prácticas", manifestó el investigador.

En la ciudad de Valdivia, el 57% de los calefactores a leña corresponde a estufas de combustión lenta y el 39% a cocinas tradicionales. En La Unión y Panguipulli, en tanto, el 46% son combustiones lentas y el 50% cocinas tradicionales.

¿Soluciones?

"Prohibir la leña, como se ha propuesto en Santiago, no es la solución", señaló la arquitecta y también investigadora del proyecto de INFOR, Alejandra Schueftan.

De acuerdo con la especialista, existe un gran potencial de reducir la demanda de energía para calefacción mejorando la aislación térmica de las viviendas, lo cual permitiría bajar entre un 60% y 70% el consumo de leña de las viviendas. Esto se potencia aún más si se complementa con uso de leña de buena calidad y calefactores modernos.

"Al implementar estas estrategias en conjunto no se requeriría reemplazar la leña por otros combustibles", sentenció Schueftan, quien también mencionó la existencia de un fuerte componente social en este problema, ya que reemplazar la leña por combustibles más caros agudizaría estados de pobreza de energía. "La gran mayoría de la población no contaría con el poder adquisitivo para satisfacer sus necesidades de calefacción".

En esa línea, la investigadora del OCDM sostuvo que "una casa mal aislada pierde calor por todas partes, lo que disminuye la temperatura al interior de las viviendas. Esto genera problemas de salud por exceso de frío y humedad".

La utilidad del proyecto

Con todos estos antecedentes, el proyecto de INFOR está generando información que permite a las autoridades diseñar mejores medidas para combatir la contaminación atmosférica, considerando para ello aspectos económicos, sociales y ambientales.

"Con los datos obtenidos - concluyó la arquitecta- se ha demostrado que el foco de las políticas públicas debe estar, en primer lugar, en reducir la demanda de energía de las viviendas mejorando su aislación térmica, ya que de esta forma la leña puede ser utilizada como un recurso sustentable que aporta a la economía local".

Por su parte Ricardo Millán, director de Corfo y del comité de Desarrollo Productivo de la Región de Los Ríos, agregó que el proyecto del Observatorio de los Combustibles Derivados de la Madera (OCDM), ha permitido incrementar el conocimiento sobre el uso de los combustibles, y en este caso su relación con la contaminación atmosférica.

"En ese aspecto, la estrategia debiese apuntar hacia la reducción de la energía requerida en calefacción, a través de una mejor aislación de las viviendas, la promoción de tecnologías limpias y eficientes, la innovación en sistema de aislación térmica y el desarrollo de tecnologías que consideren mayor eficiencia y reducción del consumo", apuntó Millán.

"La estrategia debiese apuntar hacia la reducción de la energía requerida en calefacción, a través de una mejor aislación de las viviendas, la promoción de tecnologías limpias y eficientes".

Ricardo Millán, Director Corfo Los Ríos"

80 por ciento de las viviendas de la región de Los Ríos no cuenta con aislación térmica adecuada, lo cual se traduce en mayor gasto energético para calefaccionar y más contaminación.

3 a4 veces más barato es un kilowatt-hora (equivalente) producido por leña, que el generado con gas licuado, kerosene o electricidad, según el análisis del Infor.

70 por ciento podría bajar el consumo de leña de una vivienda, si es sometida a un buen programa de aislación térmica, de acuerdo a las estimaciones del estudio del Infor.

René Reyes