Adultos mayores y lenguas extranjeras
A pesar del triunfo de la longevidad en el siglo XX, todavía existe temor y resistencia a la vejez...
Una de las imágenes que comúnmente se mantiene de los adultos mayores, es la disminución de la capacidad intelectual y cognitiva, lo que se conoce como "el declive de la inteligencia", como consecuencia del desgaste que se genera en el proceso vital. Si bien, existen numerosos estudios e investigaciones que prueban y constatan la inexactitud de estas afirmaciones, no es menos cierto que el aprendizaje en la tercera edad presenta ciertas peculiaridades que deben tomarse en cuenta para cualquier aproximación a los programas educativos que incluyen personas mayores.
Tanto gobiernos como organismos nacionales e internacionales, la Unesco, la OMS, Ministerios de Educación y universidades llevan años desarrollando programas y propuestas sobre la enseñanza y aprendizaje de idiomas extranjeros en adultos mayores. En 1991, la Asamblea General de la ONU adoptó una serie de principios a favor de las personas mayores, alentando a los gobiernos a incluirlos en sus programas nacionales. Pierre Vellas (1973), profesor de la Universidad de Ciencias Sociales de Toulouse, Francia, puso en funcionamiento la primera universidad para la tercera edad, con el objetivo de facilitar el acceso a la cultura y al conocimiento a los adultos mayores. Entonces, se empiezan a crear universidades y programas en distintas disciplinas para las personas mayores, destinados a ofrecer formación y reconocer los intereses y necesidades de este grupo de población.
Los estudios señalan que a pesar del triunfo de la longevidad en el siglo XX, todavía existe en la actualidad temor y resistencia a la vejez, cargado de prejuicios hacia lo que este periodo de la vida supone. El trabajo por el aprendizaje de idiomas extranjeros en la tercera edad supone reconocer la calidad de vida y la autonomía de las personas mayores, permitiendo el reconocimiento de la competencia y validez de este grupo social, a través de diversos programas y cursos, elaborados para favorecer su bienestar e integración social.
Las teorías y concepciones sobre el aprendizaje de una lengua extranjera han evolucionado de manera considerable y de forma diferente a lo largo de la historia, y confirman que los adultos mayores pueden aprender a aprender. Al considerar el aprendizaje como resultado de la interacción de sujetos activos es absolutamente defendible cualquier tipo de práctica pedagógica en el proceso enseñanza-aprendizaje de los adultos mayores.
Eduardo Roldán Yáñez
Docente Pedagogía Media en Inglés USS Valdivia