"A la filosofía en Chile le falta salir de la biblioteca"
ANÁLISIS. En una entrevista publicada en el diario La Segunda, el destacado académico valdiviano se refirió al posible fin de la filosofía en los colegios, y realizó un mea culpa del rol de la academia en el debate.
Sócrates fue condenado a muerte bajo los cargos de negar a los dioses y corromper a la juventud. Su apología, redactada por Platón, lo inmoló en la historia occidental como el padre de la filosofía, y su condena se convirtió en el símbolo de la lucha de la razón frente al poder oligárquico.
2.500 años después, dentro de alguna oficina del Ministerio de Educación, se propuso eliminar la filosofía del plan común de la enseñanza media en los colegios. ¿Habrá muerto Sócrates en vano?
Cristóbal Holzapfel Ossa, valdiviano, filósofo chileno, académico y miembro del directorio de la Universidad de Chile, reflexiona en torno al rol de la filosofía en nuestro país.
-La propuesta de acabar con la filosofía en los colegios ¿se trata de una forma de coartar el pensamiento o simplemente se pecó de ignorancia?
-Cuesta creer que no se trate de una broma. Estamos de cara a una distopía, como en las películas de ciencia ficción. Parece que quisieran que la gente dejara de pensar. Si hay que hacer desaparecer a la filosofía, sacándola de los colegios, se vacía también la academia. Pero pienso que hay un poco de ambas cosas: la gente del Mineduc no tiene idea de lo que están hablando y lo que están proponiendo.
-¿Es una medida contradictoria con el programa de gobierno?
-Sí. El filósofo, como dice Huizinga, es el 'aguafiestas', el que arruina el juego. En este caso, se trata de arruinarles el jueguito a estos genios del Mineduc, y esta fiesta bien fome y estúpida que están proponiendo. El aguafiestas, el filósofo, cumple siempre el rol del hereje, del apóstata o del revolucionario. El filósofo jamás puede olvidarse de ese papel, que resalta sobre todo en la reflexión que hace Nietzsche: es lo que hay detrás de lo intempestivo, de lo extemporal. La filosofía es justamente una reflexión que es capaz de romper con el mundo habitual, al cual la gente tiende a acostumbrarse y a no cuestionar. Hace peligrar el sistema.
-En otras épocas la filosofía ha influenciado a grandes movimientos sociales, pero hoy en Chile la filosofía está más bien marginada a la academia.
-Es cierto, y hay muchos ejemplos... el papel que jugó Rousseau en la Revolución Francesa, o el segundo tratado de John Locke en la Independencia de EE.UU. Podríamos estar revisando ejemplos todo el día. Hoy, en Chile, estamos en deuda. ¿Cómo no vamos a poder pronunciarnos acerca de la Ley reservada del cobre, o el debate acerca del proceso constituyente? Es triste.
-¿Qué le falta a la filosofía en Chile?
-Llegar más al ser humano. Salir de la biblioteca, estar más cerca de la gente, de los temas actuales, considerar el momento histórico en el que estamos viviendo y tomar en cuenta los signos de esta época. En este país, nadie toma en cuenta a la filosofía. Mientras eso siga así, nuestro argumento para defenderla no es lo suficientemente sólido. Lo que está pasando con el Mineduc debe ser un llamado de atención para la filosofía; es necesaria una autocrítica.
-Un filósofo que siempre estuvo activo en el debate fue Humberto Giannini. ¿Qué hubiera hecho él al respecto?
-Por supuesto que compartiría la crítica a esta medida del Mineduc. Recuerdo cuando en los 90 quisieron reducir las horas de filosofía en los colegios. En ese momento, nos reunimos transversalmente y triunfamos. Hoy estamos comenzando a organizarnos, con la Red de Profesores de Filosofía de Chile (Reprofich), con académicos de Arica a Punta Arenas.
-Hoy en medio del debate constituyente se ha advertido la importancia de haber quitado el ramo de cívica en los colegios. En última instancia, ¿qué va a pasar si quitan filosofía?
-Muchos de mis colegas se equivocan al intentar justificar la filosofía en criterios de utilidad. La filosofía, como el arte, no se puede medir en esos términos. De otro modo, caemos en la trampa del sistema.
Como dice Heidegger, la filosofía no es una bicicleta. La filosofía es el lugar donde se aprende a pensar y desde donde surgen las grandes preguntas del ser humano. ¿Acaso no es legítimo preguntarse por el sentido o el sinsentido? ¿O por el ser y la nada? Medidas como ésta deshumanizan a la juventud. Pero esto parte porque la filosofía se enseña mal en los colegios. Trata temas netamente actuales, pero en la sala se enseñan como algo lejano, que está sólo en los libros y no en la calle.
-¿Es responsabilidad de los profesores?
-La filosofía no comienza en un ramo en la Enseñanza Media, sino en la niñez. La filosofía es la reflexión, es natural del ser humano. Mientras los profesores no entiendan eso, y no promuevan en los alumnos el asombro, no se puede lograr nada. Por eso acaban pasando cosas como esta, donde un grupo de señores de un ministerio piensa que sería más provechoso dejar de enseñar filosofía.
-¿Qué lectura les recomendaría a los que estuvieron detrás de esta iniciativa en el Mineduc?
- "Principios de filosofía", de Adolfo Carpio, es como una historia de la filosofía, pero una filosofía en problemas.
(Camila Sáez, La Segunda )