UACh: 62 años
Fue un sueño largamente acunado. El sueño de un hombre con fe. Un hombre que soñó, creyó, confió, lucho. Su nombre: Eduardo Morales Miranda. Soñó y creyó que en la lejanía provinciana era posible construir una Universidad. ¡ Imposible! dijeron algunos del centro dominante.
Pero el Dr. Morales, quijote del siglo 20, se propuso luchar contra lo imposible, triunfar sobre el miedo invencible, alcanzar la estrella no importando cuán lejos ella estuviera, luchar por el bien sin temor, ser fiel al sueño ideal, combatir hasta el último aliento y " si logro ser fiel a mi sueño ideal estará mi alma en paz al llegar de mi vida el final"
En la provincia pocos confiaron en esta empresa. Estaba lejos de la capital; en aquellos tiempos en que teníamos ferrocarril Valdivia era solamente un ramal; había en Santiago una gran Universidad pública y lo que había que hacer era crear una sede dependiente del centro. No faltaron los obstáculos. Pero la FE pudo más. Algunos pocos valdivianos, algunos destacados intelectuales ( Jorge Millas, Luis Oyarzún) se sumaron a la concreción del sueño imposible.
Académicos europeos también se sumaron a esta tarea. También llegamos algunos jóvenes (de ese tiempo) titulados en la Universidad de Chile. Se unieron experiencia y entusiasmo bajo la conducción de un gran capitán.
Llegaron los primeros estudiantes. No eran muchos pues no era fácil confiar en una Institución que nacía alejada del duro centralismo. Se trabajó duro y se demostró que se podía hacer la tarea con seriedad.
En 1955 se comenzó a impartir la enseñanza en las tres facultades del sector Silvoagropecuario y al año siguiente en el área de Humanidades con el fin de formar profesores para la enseñanza media. Se creó la Facultad de Estudios Generales para la formación de los estudiantes en las disciplinas básicas y, además, en asignaturas que dieran formación en cultura general.
Se creó también la Facultad de Bellas Artes con el Conservatorio de Música , Artes Plásticas y Ballet. Esa facultad fue, durante un tiempo, el centro social del mundo académico en el cual, todos amigos nos juntábamos a compartir. Llegaron estudiantes de otras regiones.
Se creó la Facultad de Medicina y así, paso a paso, se llegó a tener diez Facultades que imparten docencia de pre y postgrado y realizan investigación de alto nivel.
Tras la Rectoría del Dr. Morales vino la del Dr. Félix Martínez Bonati, un joven y talentoso académico, bajo cuya dirección aumento su fortaleza. Se logró la autonomía.
Al Dr. Martínez Bonati le sucedió Dn. William Thayer Arteaga, quien condujo a la UACh al mundo internacional.
Corría el mes de abril del año 1971 y en Washington D. C. , en el acto de clausura de un Seminario sobre Educación Superior, un alto ejecutivo del Banco Interamericano de Desarrollo expresó que la Universidad Austral de Chile era la mejor del mundo. Sentí un sereno orgullo al escuchar ese juicio. Recordé los difíciles tiempos de la fundación de la UACh, bajo la sabia y tenaz dirección del Dr. Eduardo Morales.
Tras ese seminario la universidad continuó sus tareas las que se vieron interrumpidas por la intervención militar de 1973. Se perdió a destacados académicos pero, a pesar de eso, se logró vivir ese duro período gracias a la fortaleza adquirida en los años previos.
Hoy día la Universidad Austral de Chile tiene carácter internacional. Muchos académicos se han perfeccionado en centros de prestigio; la universidad desarrolla sus tareas de docencia, investigación y extensión al más alto nivel y muchos jóvenes de distintos países llegan a Valdivia atraídos por la belleza del entorno y por el prestigio logrado por la Institución. Además de Valdivia, tiene campus en Osorno, Puerto Montt y Coyhaique.
Muchos, casi todos, de los que tomamos parte en la construcción de la UACh ya no estamos en ella. Algunos emigraron de Valdivia, otros de la vida y otros de la actividad académica porque el ejercicio del pensamiento libre produjo molestias. Pero allí está la UACH, construida andamio tras andamio porque es una tarea eterna que, al igual que la democracia, es imperfecta porque imperfectos somos los seres humanos. Habrá otros que continuarán la tarea que comenzó hace 62 años, tarea que no tiene fin pues en el afán de perfección, que no tiene límites, habrá que seguir construyendo andamios.
Omar M. Henríquez F. Padre fundador UACh
Rubén Darío
La etapa en que se encuentra el Gobierno en este momento me trajo a la memoria un poema de Rubén Darío, famoso poeta nicaragüense ( 1867-1916), cuya primera estrofa reza: "La princesa está triste, ¿Qué tendrá la princesa?/Los suspiros se escapan de su boca de fresa,/que ha perdido la risa, que ha perdido el color./La princesa está pálida en su silla de oro,/está mudo el teclado de su clave sonoro,/y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor./ ¿Qué tendrá la princesa?"
Mauricio Pilleux Dresdner mpilleux@telsur.cl
Política y refranes
Más vale diablo conocido que diablo por conocer. Eso por un lado. Nunca segundas partes fueron buenas. Esa es la contraparte.
Estos dos refranes van a estar muy cerca de los chilenos durante los próximos meses, ya que todo indica que la pugna presidencial estará en manos de Ricardo Lagos y Sebastián Piñera, a quienes se les puede aplicar ambas máximas.
Cada elector deberá decidir, entonces, si prefiere lo conocido o teme a las reiteraciones.
Carlos A. Vargas P. cavarpe_545@hotmail.com