A elevar la mirada, Chile
...que la evocación de la patria nos centre en aquellos grandes valores que hemos construido juntos.
Se nos avecina un "dieciocho" más "corto" en medio de un escenario económico y social de rasgos depresivos y un escenario político álgido y a un mes de elecciones municipales y con la carrera presidencial en el horizonte.
La vorágine de las agendas mediáticas nos salta de un escándalo a otro en forma implacable. Los futbolistas elevados al mayor de los tronos históricos pasan en dos partidos al foso de los leones. Otros ídolos copan minutos y caracteres con una semana de exequias y homenajes. Los inéditos escándalos, fraudes y abusos que atrapan portada de meses pasan ligeramente al olvido.
Inevitablemente, ocurra lo que ocurra, nos encontramos a mediados de septiembre con las pinceladas de chilenidad que traspasan las barreras políticas y la coyuntura judicial o económica. Aromas y ritmos acompañan esta tintura tricolor que se convierte en paréntesis de buenos deseos.
Ya no es la hinchada roja que alienta un título, sino el festejo familiar del primer baile nortino o chilote del nieto en el jardín, la arrancada al paseo con asado y juegos, los volantines y el sobrado pretexto para el abrazo y el brindis.
Esta pausa, siempre vigorizante, es una oportunidad de valorar lo mejor de lo nuestro. Por eso la tradición de los Te Deum, ceremonias en que los representantes de la sociedad se reúnen en la fiesta de la patria a agradecer a Dios por los frutos de su bondad presentes en la vida comunitaria y social. El paréntesis dieciochero puede ser, entonces, una valiosa vía para elevar nuestra mirada sobre Chile, y ayudar a otros a que la evocación de la patria nos centre en aquellos grandes valores que hemos construido juntos, a lo largo de tantas generaciones.
Ante miradas fatalista y virulenta, procuremos abrir espacio a la esperanza. Cuando un ser querido tambalea o tropieza, ¿no le ayudamos a levantarse y a seguir caminando? Un buen gobierno, una buena ley, un buen proyecto, una resolución justa, han de ser buena noticia para todos, así como todos vibramos con un "Viva Chile". Lo esencial de Chile, su alma, trasciende toda coyuntura y nos conecta con lo mejor que somos.
Ignacio Ducasse
Obispo de Valdivia