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Carlos Millán cumplió once años desaparecido y su historia se suma a una lista de casos misteriosos

BÚSQUEDA. En los registros de personas extraviadas en la zona aparecen jóvenes y adultos cuyo rastro se perdió en extrañas circunstancias. Todas las investigaciones se encuentran cerradas, hasta que una nueva pista permita retomarlas.
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Juan Vargas Oñate

Hace pocos días se cumplieron once años desde la desaparición del joven estudiante de Turismo de la Universidad Austral, Carlos Hugo Millán Cárdenas. Además de las informaciones sobre el recuerdo de su caso, otros temas similares regresaron a la agenda informativa local, pues son diez las personas que se encuentran extraviadas en la región de Los Ríos, en similares circunstancias que el estudiante.

Millán tenía 21 años y había llegado desde Ancud, para estudiar en Valdivia. La madrugada del 1 de octubre de 2005 asistió a una fiesta estudiantil, en u n céntrico local de la ciudad y desde ahí su pista se pierde. Sin embargo, hubo personas que aseguraron verlo entrar y salir de su pensión en el sector de Beauchef con Aníbal Pinto, en horas de la mañana.

No hay indicios sobre su paradero. Sus padres vinieron a colaborar en la búsqueda, pero tuvieron que regresar con la tristeza de no saber qué le pasó, ni darle sepultura.

El caso del universitario fue archivado para no perseverar el año pasado por la Fiscalía local, a la espera de algún antecedente para continuar la búsqueda, pero hasta ayer ninguno había llegado que ameritara una reapertura.

Lo mismo ha pasado con el caso de Yordan Fernández Ruiz, quien el 22 de diciembre de 1997 y cuando tenía 16 años, fue visto por última vez con vida, a la salida del Liceo Industrial de La Unión.

Sus padres aún hacen velatones en esa comuna, aunque se cumplirán 20 años desde su desaparición. Incluso han ofrecido recompensas en dinero, para aquel que sepa de algún dato sobre él, pero nada han conseguido.

Tres ministros en visita de la Corte de Apelaciones de Valdivia trabajaron en el caso, decretando excavaciones e innumerables rastreos policiales, con el apoyo de perros especializados. Pero, nunca pudieron correr el velo del misterio.

Casos de ANCIANOS

El 20 de junio de 2003 desapareció en Valdivia, Oscar Seguel Vera (78), quien ese día salió desde su casa en la población Petrohué y jamás regresó. Su hija Flor Seguel y su yerno, el conocido acordeonista valdiviano Raúl Mautz (no vidente) se agotaron de salir a buscarlo, junto a sus dos hijos .

En 2005 y desde Quitaqui, a unos 44 kilómetros de Valdivia, otro anciano de 82 años, Vicente Salinas Barrientos, también desapareció, sin ser nunca hallado, pese a los rastreos policiales. Uno de los hermanos del desaparecido, también un adulto mayor, murió hospitalizado, esperanzado en volver a ver su hermano.

En la comuna de Máfil, Remigio Cañio Carimán, de 87 años de edad, desapareció en 2004, tras salir de su casa el 5 de noviembre, con un hacha según dijo a su esposa (ya fallecida), porque iría a cortar leña para su casa.

Misteriosamente, el sombrero del anciano apareció al otro día, a unos 15 kilómetros de Máfil, en el sector de Millahuillín. Pero de él, nunca más se supo.

Con su BOTE

El 22 de abril de 2008, en el sector de Carboneros -en Isla del Rey- ocurrió otra desaparición, con un agregado que convirtió el caso en uno de los más enigmáticos de la región.

Ese día en la tarde, Reinaldo Segundo Guajardo Rain, de 38 años, salió de su casa, abordó su bote "Halcón", instaló sus remos y zarpó, pero sin regresar.

Momentos antes estuvo con su madre (ya fallecida) y una hermana, quienes entonces aseguraron que sintieron cuando remaba y se alejaba en dirección hacia Niebla.

¿Qué le pasó a él y su bote? La pregunta lleva más de ocho años sin respuesta, pese a que sus familiares incluso consiguieron apoyo aéreo para sobrevolar la isla, el río y el litoral, con la esperanza de que al menos apareciera algún resto náufrago de la embarcación.

El lauchita

En 2007 pasó a formar parte de la lista de los desaparecidos misteriosamente en Valdivia, Luis Alexis Barrientos Barrientos, de 18 años, un enfermo de epilepsia que el día 29 de junio, salió de su casa en el sector de Inés de Suárez, en dirección al cerro Kunstmann.

Nunca volvió y su padre, con el cual vivía y era un conocido garzón de un restorán local, murió tres años después, sin poder abrazarlo de nuevo.

El paradero de su "Lauchita", como cariñosamente le decía, sigue siendo también un enigma, con la causa archivada y la búsqueda suspendida.

El hincha

En Valdivia, en 2008, otro caso ocupaba la atención de la opinión pública.

Era el de Rafael Heraldo Esparza Carimán, de 36 años, quien el 31 de agosto de ese año viajó a Osorno para ver un partido de la Universidad de Chile, el club de sus amores y del cual era hincha.

Testigos siempre afirmaron que regresó ese mismo día a Valdivia, con otros hinchas en un mismo bus y que lo perdieron de vista en el puente Calle Calle, porque él vivía en Las Ánimas con una tía. Nunca llegó a su casa.

Mujer en los lagos

En la comuna de Los Lagos, el 12 de julio de 2009 se sumó a la lista una mujer. Ana Huenchumilla Reyes, de 48 años, salió ese día desde su hogar, pero no volvió. Su esposo falleció, sin saber qué le pasó a su esposa, con la que había cumplido 25 años de matrimonio.

El siempre reconoció que ella era adicta a la bebida, pero nunca dudó que no quisiera regresar a su casa, porque ya antes lo había hecho. Salía, pero no desaparecía.

Su marido pidió apoyo en los medios de comunicación para que no dejaran de buscarla. Pero, un día la búsqueda -estéril como en los otros casos- se detuvo.

Estadísticas

La realidad que reflejan estos casos de Los Ríos, no es distinta a la que se vive en otras zonas del país.

Según datos de la Jefatura Nacional de Ubicación de Personas, la PDI en 2015 investigó en todo el territorio nacional 8.438 causas de presuntas desgracias.

De ellos, la mayoría fue aclarada, pero aún hay 400 casos que no tienen pistas para seguir y que son catalogados como "desapariciones de alta complejidad".

Sitios web y redes sociales ayudan en la búsqueda con la publicación de fotografías y descripciones de las víctimas, con el objetivo de que la comunidad pueda ayudar a resolver los enigmas. Pero, los datos -reconocen en la Policía- no siempre son fructíferos.

Aunque las causas de desapariciones son múltiples, en la PDI han identificado algunas que permitirían analizar los casos: enfermedades de adultos mayores, problemas conductuales de adolescentes entre 13 y 16 años, y embarazo adolescente.


Casi dos décadas de búsqueda

El caso de Yordan Fernández comenzó en 2007 y hoy se encuentra cerrado, bajo la orden de ser reabierto si se recibe una pista cierta para seguir.

En la causa han trabajado tres ministros. La última fue la magistrada Emma Díaz, quien ordenó las diligencias más recientes en mayo de 2014, cuando los testimonios de algunas personas permitieron hacer nuevas indagatorias.

Sin embargo, tras una nueva búsqueda, no se encontró rastros del escolar, quien era alumno del Liceo Industrial de La Unión.

8.438 órdenes de investigar recibió la PDI a nivel nacional el año pasado, por presuntas desgracias. De ellas, un 93,7 por ciento obtuvieron buenos resultados, según estadísticas de 2015.

134 es el número de emergencia de la PDI, para recibir llamados acerca de personas extraviadas o desaparecidas en la región. En Carabineros es el 133. Se recomienda tenerlos registrados.

1997 fue el año en que desapareció el escolar Yordan Fernández Ruiz, en La Unión. Nunca apareció y su caso constituye el más emblemático en la región de Los Ríos.