Demolición del puente Cau Cau
Hace seis meses el Mop dijo que la única salida para el puente era desmantelar. La empresa Azvi reitera que no es necesario. Según la empresa, el Cau Cau se podría usar hoy sin problemas de seguridad para el tránsito de vehículos, si se bajan los brazos alzados.
Han pasado seis meses desde que el ministro de Obras Públicas viajó a Valdivia y anunció que la única solución para el puente Cau Cau era demolerlo. Aseguró que esa era la mejor salida, de acuerdo a los informes técnicos de los cuales disponía y que la acción implicaría un gasto de aproximadamente 10 mil millones de pesos adicionales, con un plazo extendido hasta 2018.
Poco se ha cuestionado desde entonces el diagnóstico; sin embargo en el último mes la empresa constructora Azvi, que estuvo a cargo de las obras, ha señalado en dos ocasiones que ese camino no es el único y que ellos tienen los respaldos suficientes para asegurar que la falla en el puente está concentrada solo en el sistema de levante, el cual se puede arreglar con menos presupuesto que el calculado por el Mop y en menor plazo. También aseguran que el Cau Cau se podría usar hoy sin problemas de seguridad para el tránsito de vehículos, si se bajan los brazos que actualmente se encuentran alzados. Esto, mientras se corrige el problema que permita levantarlos nuevamente.
Si bien luego de la polémica suscitada y con todas las aristas que el tema tiene, no es fácil confiar en los anuncios de los implicados en el caso; parece de sentido común y necesario, conceder a ambas posiciones el beneficio de la duda y solicitar que no se efectúen trabajos para desmantelar las obras, hasta que algún organismo especializado emita un informe confiable -y "neutral"- ante los ojos de la comunidad, que en definitiva es la principal afectada por este problema. Más aún si se considera la enorme cantidad de recursos públicos que esta obra ya ha consumido, si se dimensiona el descrédito que ella le ha dado a Valdivia y la forma en que ha postergado las necesidades locales en materia de conectividad.
En este escenario, se necesita más que nunca el trabajo de los parlamentarios en forma coordinada (ya lo han hecho de manera independiente) y unida con la municipalidad, los gremios, los representantes sociales, las universidades, para que estos puntos sean -al menos- debatidos en una instancia seria y con las competencias necesarias, antes de seguir tomando malas decisiones o iniciando acciones irreversibles.