Gobiernos regionales más fuertes
El año termina con una gran noticia. El Congreso aprobó un cambio constitucional que permite la elección directa de autoridades regionales.
Mucho del rezago actual que enfrentan las regiones de Chile se origina en el centralismo que las políticas públicas homogéneas han consolidado, sin considerar las particularidades de los territorios. Pero cuando hablamos de descentralizar no hablamos sólo de la elección democrática de autoridades regionales. Debemos apuntar también a la ampliación de los espacios para el pleno ejercicio democrático, como por ejemplo, la capacidad y posibilidad que tienen los ciudadanos de ejercer acciones de control de la gestión pública, velando por sus derechos y por el cumplimiento de los compromisos que el Estado ha asumido con ellos.
Debemos fortalecer nuestras regiones y su capacidad de conducir sus propios destinos, en función de sus características estratégicas y las realidades locales. Regiones más sólidas, con más atribuciones para decidir sobre sus políticas y programas en ámbitos tan importantes como el turismo, la infraestructura, el transporte público o el fomento de la actividad económica. El proyecto recién aprobado, junto con otro que se tramita por estos días en el Congreso para fortalecer las atribuciones de los gobiernos regionales, responde a un proceso que se hace urgente para el desarrollo integral de nuestro país. En Chile, las competencias se concentran mayoritariamente en el nivel central de la administración pública. Debemos avanzar progresivamente en la modificación de dicho modelo de distribución a través de un cambio en la institucionalidad pública regional. Este es el desafío que tenemos por delante: redibujar las relaciones que actualmente se dan entre las instituciones del gobierno central y los gobiernos regionales y seguir trabajando para entregar recursos, capacidades e incentivos a las regiones para que conduzcan sus procesos de desarrollo.
Ricardo Lagos Ex Presidente de la República.