Refuerzo de la difusión turística
Una leve baja en la llegada de visitantes en relación al año pasado, motivó una acertada activación de campañas promocionales. Por lo mismo resulta acertada la determinación de seguir adelante con los programas veraniegos, especialmente el de la Noche Valdiviana (25 de febrero)...
Las cifras de la actividad turística regional son positivas. Más de un 70% de ocupación hotelera y un constante flujo de visitantes chilenos y extranjeros, sobre todo argentinos, así lo demuestran. Sin embargo, hay inquietud porque se nota una tendencia a la baja respecto del año anterior y las expectativas forjadas por un 2016 históricamente beneficioso, no se cumplirían.
La disminución tiene que ver con múltiples factores, pero los más evidentes están relacionados con los incendios forestales, que afectaron a un amplio porcentaje de la población en la zona central, origen de muchos visitantes nacionales. Hay pérdidas económicas que dañarán a todas las actividades del país y, una de ellas, es el turismo; quizás la más sensible de las industrias, porque trabaja con percepciones, sensaciones, experiencias, que varían según los hechos que ocurren.
Por lo mismo, es importante y acertada la decisión de reforzar las campañas de promoción, mostrando la belleza de los lugares regionales, la tranquilidad de ellos y la seguridad que nuestra zona ofrece a quienes la elijan como destino de vacaciones. También es una oportunidad para multiplicar ofertas y buena atención, dos razones que hacen la diferencia a la hora de escoger dónde ir.
Sumar esfuerzos en esta dirección resulta acertado hoy, cuando todavía falta que ocurran algunas de las actividades más interesantes del verano, en Valdivia y las comunas. Por lo mismo resulta acertada la determinación de seguir adelante con los programas veraniegos, especialmente el de la Noche Valdiviana (25 de febrero), que da oportunidades para todas las actividades económicas que se desarrollan en torno a ella. En algún momento hubo voces levantándose para pedir que los recursos se destinaran mejor a ayuda para las regiones de la zona de catástrofe, pero claramente eso causaría un daño interno muy alto, porque hay personas cuyos ingresos dependen de este tipo de eventos. Por supuesto que además de la fiesta se puede colaborar, e incluso darle un sentido solidario; pero no reemplazarla. Sería un error.
En este escenario, entonces, el llamado es a apoyar acciones que multipliquen el turismo, para que los buenos resultados se mantengan.