Directora académica UST Valdivia

La innovación es definida como una habilidad para gestionar de manera creativa el conocimiento y que éste a su vez tenga la capacidad de responder a las distintas demandas de un mercado específico. Desde dicha perspectiva, la innovación debe permitir a una empresa desarrollar nuevos productos, mejorar su calidad y un detalle no menor: lograr reducir los costos y alcanzar mayores utilidades. En términos más radicales, la innovación puede ser capaz de generar nuevos negocios, productos y hasta una nueva industria.

Pero, ¿qué pasos debe recorrer una empresa para convertirse en innovadora? Primero es necesario promover el trabajo en equipo, resaltando la importancia del rol de cada colaborador al interior de la organización. En segundo lugar, debemos incorporar la innovación como parte central del objetivo institucional o misión, logrando así comprometer a cada uno sus miembros con este ámbito.

Un tercer punto a considerar es el reconocimiento y la exploración de las innovaciones existentes en otros mercados, ya que esto nos permitirá ampliar nuestro conocimiento y a partir de ello, adaptar nuestros procesos.

A lo anterior, dependiendo del tamaño de la empresa podemos sumar un componente adicional relacionado con generar equipos especializados en control de calidad, procesos, productos e investigación y desarrollo. También debemos incentivar los liderazgos destacados en materia de innovación.

Sin embargo y dejando de lado todas las recetas en materia de innovación, la respuesta definitiva a nuestra pregunta anterior se encuentra radicada fundamentalmente en el capital humano y las capacidades que éste posea para innovar, adaptar y aplicar conocimientos producidos en otro tipo de empresa, a su propia realidad.

Katherine Hetz

Dreamy Nails Valdivia- Manicure es el emprendimiento de Dominique Claude Fuenzalida. Es valdiviana y nació el 9 de junio de 1987. No lleva más de cinco meses trabajando en ello y ya se requiere agendar sus servicios, al menos con una semana de anticipación.

¿Cuando decidiste dedicarte al manicure a domicilio?

-A mediados del año pasado tuve la idea de realizar un curso de manicure, porque siempre me gustó la idea. Es un tema de la estética en general y las uñas en particular. Me gusta todo lo que sea maquillaje, peinado y manicure. En un momento me cuestioné ¿por qué no hago un curso profesionalmente? Y así fue. Lo hice en el salón de Heidi Manicure Orellana. Pasado un mes de que tomé el curso, me decidí a comprar todos los elementos para hacer manicure, como esmaltes, lámparas, todos los insumos. Pedí a Santiago y a Estados Unidos, porque quería empezar inmediatamente con productos buenos.

A EE. UU. mandé a pedir una variedad de colores que no se encuentran. De esa manera tuve un stock suficiente para iniciar y ofrecer mis servicios de manicure. Comencé ofreciendo 12 colores y en este momento tengo 50 de esmaltes permanentes de la marca Artistic, que son de los mejores que existen en el mercado. En Valdivia no los venden y en Santiago hay un solo proveedor y se agotan muy rápido. Casi siempre están agotados.

¿Cómo fueron los primeros meses de tu emprendimiento?

-Tenía la impresión de que me iba a ir bien, porque en Valdivia faltaba alguien que se enfoque en lo que ofrezco, que son los diseños. Ese es mi sello, la innovación. La mayoría de mis clientes me busca, por los diseños que puedo realizar. Eso no estaba en Valdivia. De esta manera, puedo incluso estar hasta tres horas con una clienta, haciéndole el diseño que le guste, sin cobrarle más por ello.

Cuando las clientas vieron que ofrecía ese servicio, se corrió muy rápido la voz y en un mes recuperé toda la inversión. Fue demasiado rápido. Partí con tres clientas a la semana y a la semana siguiente tuve 10 más y la semana próxima 20 y ahora puedo atender, por lo menos a siete personas por día. Me ha tocado estar pintando uñas hasta las 2 de la mañana.

¿Qué es lo que trabajas específicamente?

-Hago manicure y pedicure con esmaltes tradicionales y permanentes, pero en realidad la mayoría me pide lo segundo, porque duran dos semanas sin dañarse. El servicio es de manicure-spa y se termina con el esmaltado. Dependiendo la forma de las manos, una recomienda la forma de la uña. Lo que más me piden son uñas en tonalidades en degradé, con diseños a mano alzada con pinceles y cuando lo requieren con incrustaciones de cristales Swarovski. También, les enseño a mis clientas el proceso de retiro de ellos. Ofrezco el servicio de gift cards para regalar manicure a domicilio y próximamente sumaré el servicio de uñas acrílicas, que es ideal para personas con uñas cortas o que se las comen y quieren tener uñas largas, presentables y bonitas.

También me muestran imágenes y las dibujo en las uñas. Desde chica he sido buena para ello. El valor agregado de mi servicio es que atiendo a domicilio, por ejemplo a mamás con bebés, personas que trabajan y que cuando salen de sus jornadas, ya están cerrados los salones. Tengo clientas en Niebla, Valdivia, Paillaco y Futrono. En casos especiales, por ejemplo casamientos, he viajado. El mínimo que necesito son cuatro clientas.

¿Qué es lo que te apasiona de tu emprendimiento?

-Lo que me gusta es que para mí no es un trabajo, es hacer algo que me gusta. Hice de mis pasiones un negocio. Siempre me ha gustado el diseño, la pintura.