Pensar, hacer y enseñar diseño con un enfoque social implica un compromiso con el desarrollo sostenible, donde además de aprender implica una posición de autocrítica y una voluntad de gestión hacia la comunidad, su relación con el contexto cultural, social y político de un determinado momento histórico.

Como diseñadores debemos ganar espacios de participación en la toma de decisiones para colaborar en proyectos de impacto social que pueden ser pensados para aportar a solucionar problemas de vulnerabilidad desde el diseño social.

El diseñador es un comunicador social, que resuelve problemas de diseño y es un profesional que trabaja en forma multidisciplinaria y es capaz de dirigir equipos que vayan en beneficio del bienestar colectivo. Hablar de diseño la mayoría de la veces se relaciona sólo con la creación de un producto o de una imagen corporativa, sin embargo el Diseño de Pensamiento y el Diseño de Experiencias apunta a diseñar procesos y metodologías en pos de un diseño integral, se debe tener conciencia que todo objeto o situación diseñada cumple una función social que interactúa e influye de manera sistémica con diversas formas de vivir y modos de comportamiento.

Dar solución a problemáticas sociales desde el diseño, exige nuevas formas de comunicar, nuevos lenguajes, acciones concretas y formas innovadoras que devengan en creaciones que sean útiles a la comunidad, con metodologías pensadas en conjunto con los ciudadanos, las que permitirán generar nuevos polos de desarrollo, dejando instaladas herramientas sociales y conocimientos pertinentes para su continuidad.

El diseño busca impacto y acciones positivas en las personas, en las organizaciones y en la sociedad, es una disciplina activa en constante dinamismo y actualización. Diseño desde lo social implica ser responsable desde el lugar y entorno donde se vive, poner en valor el patrimonio cultural/natural y aportar a mejorar la calidad de vida del ser humano, logrando transferir mensajes que nos ayuden a comprender la realidad, fortalecer vínculos y buscar caminos en conjunto.

Catherine Hugo

Jefa Diseño Gráfico

Santo Tomás

Durante cuatro años, Jorge Veiga Cabrera (50) estudió Medicina Tradicional China en la Escuela Latinoamericana de la especialidad en las sedes de Santiago y Puerto Montt. Actualmente desarrolla técnicas que componen dicha medicina oriental, como son la acupuntura, ventosas, moxibustión, electroacupuntura, cráneopuntura y auriculoterapia en su consulta en Valdivia.

Luego de estudiar y titularse de traductor inglés-español e ingeniería de ejecución en prevención de riesgos, Veiga apostó por lo que era su vocación: ayudar a que otros se sientan mejor, con un emprendimiento propio, donde actualmente atiende a cientos de valdivianos.

Orígenes

¿Cómo comenzó su interés por la medicina tradicional china?

Siempre tuve una motivación por aprender de la cultura oriental, practiqué cinco años kung fu y siempre tuve ganas de hacer algo que tuviera relación con algún tipo de medicina y sanar. Por esa curiosidad de lo oriental y buscando, encontré los componentes de la acupuntura y decidí estudiarlo.

¿En qué consiste la acupuntura?

-La acupuntura consiste en trabajar con los meridianos que hay en el cuerpo, que son canales en los cuales transita el Chi o la energía y ésta tiene que circular libremente, cuando uno tiene un problema tanto físico como emocional, estas energías que circulan a través de los canales se ponen lentas o se estancan y ahí se produce la enfermedad o el dolor.

¿Cuál es el trabajo que realiza con las agujas?

-Lo que uno hace con los puntos, las agujas y las otras técnicas, es hacer que vuelva a circular libremente la energía en la sangre, liberándose el dolor y las enfermedades.

¿Qué enfermedades o dolencias se pueden tratar con medicina tradicional china?

-Las enfermedades que se pueden tratar son muchas y casi todas, porque en medicina china no existen enfermedades, sino que son síndromes y bloqueos de energía. Desde ese punto de vista, uno puede prácticamente tratar todo.

¿Cuáles son las consultas más recurrentes?

-Lo más recurrente son los dolores de cabeza, todo lo que tiene que ver con dolor de espalda, depresión, estrés en general, sobrepeso y ansiedad.

¿Cuáles son las contraindicaciones?

-La acupuntura en general no tiene contraindicaciones y cualquier persona se lo puede hacer. No se puede venir con consumo de alcohol reciente ni en ayunas, con sin muchas horas sin comer, porque influye en el tratamiento. Algunas restricciones para las personas que tienen marcapasos, es que no se pueden hacer el tratamiento de electroacupuntura o las ventosas, no se le pueden hacer a personas que tengan problemas de coagulación.

¿Cuáles son sus planes a futuro en el rubro de la medicina tradicional china?

-Mi idea es dedicarme a esto, que fue algo que fui descubriendo y me gusta hacerlo, me gusta trabajar en esto y la idea, creo, es hacer lo que a uno gusta y que en mi caso a su vez le ayuda a las personas.

¿Cuál es la recepción de los pacientes?

-Hay harta gente interesada, pero se conoce poco, cuando la gente busca y encuentra que en Valdivia hay esta alternativa, viene, la mayoría cree en esto, aunque he tenido pacientes incrédulos que vienen porque les dicen que vengan, para probar.

¿Qué le gustaría que cambiara en torno a la inclusión de las medicinas alternativas en el país?

-Me gustaría que a futuro se incorporase en isapre o fonasa, porque la gente se interesaría mucho más, porque quieren algo alternativo, algo distinto a lo convencional.