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Piezas importantes

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Jefa Carrera Técnico

Laboratorista Dental

CFT Santo Tomás

Cuando hablamos de salud bucal y adultos mayores, tendemos a pensar en ausencia de piezas dentales, como si ese fuera un estado propio y normal en esta etapa de la vida. La verdad es que la mayoría de este grupo etario son portadores o requieren de una prótesis dental que sustituya las piezas perdidas y este aparato protésico es confeccionado por el laboratorista dental.

Es aquí entonces, cuando se ve destacado el rol del laboratorista dental, ya que la confección de un aparato protésico debe cumplir con una serie de requisitos, como por ejemplo el diseño adecuado para distribuir las cargas masticatorias equitativamente y cuidar la disminución o pérdida progresiva del reborde alveolar, el cual se distingue por el espacio donde ya no existen dientes y serán reemplazados por piezas dentales artificiales, esto, muchas veces genera desajuste de las prótesis y en algunos casos la rápida evolución hacia la prótesis total.

Cabe destacar, que conservar algunos dientes, aunque tengan apariencia de "feos y gastados" , es de un valor para el proceso de confección, puesto que, servirá de referencia para ubicar estratégicamente las características originales del sistema estomatognatico, lo que permitirá mejorar aspectos, fisiológicos adaptativos: función masticatoria, fonética y estética del paciente, contribuyendo a que el adulto mayor recupere su autoestima y dar prolongación a un estilo de vida integrado y activo en la sociedad.

A modo de conclusión, el parecido que debe tener el aparato protésico y piezas dentales, con los dientes verdaderos del paciente, deben ser idénticos, ya que contribuye no solo de manera estética, sino que mejora una serie de áreas, considerando que si bien los adultos mayores son los que recurren a este tipo de tratamiento, sino que también jóvenes y adultos.

Claudia

Guaquin

René fernández, el funcionario público que no abandona el deporte

VIDA SANA. Se ha desempeñado por espacio de 36 años en la Municipalidad de Valdivia, y actualmente se prepara para participar, representando a Chile, en un campeonato de básquetbol senior en Italia.
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Cuando era estudiante de enseñanza primaria en Pichirropulli, René Sebastián Fernández Perales tuvo su primer contacto con el básquetbol. Fue en un cancha de tierra, para luego practicar este deporte en una bodega de Ferrocarriles. Con el paso de los años, continuó jugando en el Instituto Salesiano, el Liceo de Hombres y en la Universidad Austral, siendo alumno sucesivamente de Pedagogía en Castellano y Pedagogía en Inglés. El matrimonio lo hizo abandonar temporalmente su afición, hasta que a los 50 años de edad, la retomó; y actualmente se prepara para participar -en la categoría de 70 años- en el 14° Campeonato Mundial de Maxibásquetbol de Montecatini Terme, en la región italiana de Toscana, que se desarrollará entre el 30 de junio y el 9 de julio de este año.

"Yo nunca fui un deportista de excepción, aunque alguna vez fui seleccionado del Liceo de Hombres. Además, no tengo físico de basquetbolista, porque sólo mido 1 metro 74. Por eso, nunca tuve más ambición que la de disfrutar con este deporte. Por eso, cuando estuve en Santiago jugando en el Estado Italiano, me llamó la atención que el 30 de abril de este año -el día de mi cumpleaños-, un amigo me propusiera la idea de dar mis datos para ver si me consideraban como parte del equipo que iría a Italia. A los 10 ó 15 días me llamó para avisarme que fui considerado y si yo quería, me podía integrar. Me han preguntado si es para mí un sueño, y yo les contesto que no, porque nunca soñé con esto; pero sí es algo increíble y voy con mucho ánimo y ganas", dijo.

Ésta es una de las más importantes facetas de René Fernández, quien actualmente y desde la segunda mitad de los años 80 es el jefe de Recursos Humanos de la Municipalidad de Valdivia. Nació en esta ciudad el 30 de abril de 1946, siendo uno de los dos hijos del agricultor René Fernández Espinoza y la maestra primaria Berta Perales Martínez. Exequiel, su hermano, vive en Pichirropulli.

"Aunque nací en Valdivia, pasé los seis años de la educación primaria en Pichirropulli, en la Escuela N° 24 donde hacía clases mi madre. Me vine como interno a estudiar las humanidades al Instituto Salesiano y desde cuarto año estuve en el Liceo de Hombres. Después, pasé dos años en Pedagogía en Castellano y otros cuatro en Pedagogía en Inglés, pero no terminé ninguna de ellas", recordó.

En 1970 se casó con María Lidia Quezada Moraga -con quien fue padre de René Manuel, Carlos Patricio (fallecido), Juan Pablo y Andrés Sebastián-, y comenzó a trabajar como docente de inglés en la Escuela Industrial y el Liceo Comercial. "Sin embargo, el tema económico de los profesores no era muy bueno y esto me llevó a buscar otros horizontes. Ingresé a la Universidad Austral alrededor de 1975 y me dieron la oportunidad de desempeñarme como administrativo en el departamento de adquisiciones", contó.

Está muy agradecido de la experiencia adquirida en esa institución, porque le permitió obtener el conocimiento necesario para desarrollarse con solvencia en el siguiente desafío laboral. "Un día de 1980, atendí a un amigo de los tiempos del liceo, que era el jefe de la Central de Publicaciones de la Uach y hoy diputado, Bernardo Berger. Me dijo que se iba de la universidad, puesto que había ganado un concurso para trabajar en la municipalidad. Me acuerdo de que lo felicité y le dije: 'Cuando esté por allá, acuérdese de su amigo'. No pasó mucho tiempo, cuando Bernardo vino un día a mi oficina y me sugirió: '¿Sabes? Hay una posibilidad de trabajo, porque se va a crear el departamento de adquisiciones de la municipalidad".

Efectuó algunas gestiones, asistió a una entrevista y en 1981 se incorporó a la corporación, en calidad de jefe de aquel departamento. Poco después, Fernández fue llamado por el entonces alcalde Eduardo Schild: "Había renunciado a su cargo la secretaria municipal y el señor Schild propuso a Bernardo ser el nuevo secretario y a mí, el cargo que dejaría Bernardo: director de administración", señaló.

La carrera municipal de René Fernández se vio coronada en 1987, aproximadamente, con su asunción como director de Personal, repartición que hoy se denomina Recursos Humanos. "Es una labor que consiste, entre otras cosas, en hacer que los funcionarios se sientan bien acogidos, acceder a sus requerimientos y claro, resguardar sus antecedentes personales, porque tenemos todas sus carpetas. En estos años he formado un muy buen equipo de trabajo, y si bien es cierto que mi cargo es de muy bajo perfil -porque salvo mis amigos, conocidos y funcionarios, no muchos más me conocen-, trabajar en materias de personal es algo que da mucha satisfacción, sin esperar ningún agradecimiento", aseguró.

Subrayó que le gusta mucho su trabajo y que hace años pudo haber jubilado, pero prefirió quedarse. "Cuando se dicte alguna ley de retiro, pensaré bien si tomo la decisión de irme, porque ya me lo exige mi familia. Pero lo que espero es nunca dejar el deporte y para ello me cuido mucho, alimentándome sanamente, teniendo una buena vida familiar y de amigos. Y éste es un mensaje para otras personas que están en torno a mi edad, 71 años: el deporte es la droga a la cual soy adicto, en el buen sentido de la palabra. Por eso, aconsejo vivamente mantenerse activo y hacer ejercicio, y si se puede, practicar algún deporte", finalizó.